† Capítulo 14 †

7.5K 421 2
                                    


Amber Beckett

Una semana más tarde, tenía una cosa clara y en mente.

Mis pesadillas habían vuelto torturandome todas las noches que estaba en medio de mis sueños, tuve que ir a trabajar las tardes de la semana anterior para conseguir lo de unos estudios que iba a realizarle a Nate, quien no había recibido casi tratamientos para tener una buena salud de su edad. Para mí suerte, aquella señora que siempre me apoyo cuando trabaje en la cafetería acepto gustosa que trabajará esa semana. Al final, tendría que volver para las vacaciones como siempre.

Por otro lado, Nate lo había dejado a cuidado en una guardería de tiempo completo. Al salir ibas verlo por un rato, y cuando era de noche me pasaba a darle una última vista para no tener problemas más adelante donde le pasase algo. Los chicos habían intentado hablar conmigo cuando Mathews les confeso que sabía lo que eran más aún así, no deje que ellos se acercarán a mí.

Aún sentía que todo fue ayer, la primera vez que entre a ese mundo era una niña de trece años ingenua sin conocimiento alguno de lo que era aquello por la ignorancia en que mi padre me tenía sometida. Haber caído en la red de uno de ellos, llegar a querer a alguien por locura para después descubrir que era otra persona totalmente distinta a cómo se mostraba ante mi. Había dolido cuando descubrí la verdadera cara de Trent. No le juzgue, le acepte cómo era. Había sido amigo mío y de mi hermana desde pequeños pero ella sabía cosas que yo no y por su odio hacia mi me lastimaron de la peor manera posible.

Con mis piernas flexionadas contra mi pecho, mi rostro oculto en medio de ellas sobre la cama a mitad de la noche estaba sollozando por el pánico que sentía al recordar todo. Era como una película del siglo pasado, todo a blanco y negro, pero tan nítido y claro que me aterraba. Mi corazón latía rápidamente haciendo que lo escucharán los propios oídos queriendo salirse de mi pecho. Ojalá fuera eso posible, una muerte rápida pero no podía rendirme sin luchar por Nate.

Él no podía llevárselo, no podía tenerlo. Ni siquiera debe conocerlo, pero más que nadie sabemos a la perfección que una vez te ven la cara en medio de ese mundo eres conocido por todos. Agradecía que había cambiado un poco, aunque aún tenía los mismos parecidos aquel día en aquella carrera a la que él me llevo a la fuerza y dónde Mathews me saco de ahí, varias personas si me habían reconocido. El olor a tabaco golpeó mis fosas nasales, la droga traía recuerdos al igual que las armas que habían en medio de ellos. Ingenuamente creí que los chicos no eran parte de eso – contando a Tara – debido a que, algunos jóvenes iban a ese lugar a correr y sabia que ellos iban a correr esa noche más no era así.

Mis miedos más profundos perforan mis pensamientos transportandome a mi pasado. Recordando cada cosa que me había sucedido.

¡Amber no seas tonta! — exclama mi hermana por segunda vez viendo cómo recogía lo que había tirado al suelo, era torpe en esos tiempos. Había derramado mi chocolate en el suelo y lo estaba secando — Para eso está la servidumbre. — su rostro se pone burlón antes de volver a hablar — Oh, verdad que eres una de ellos.

Mis ojos miraron como la niña que era mi hermana frente a mi se reía. No entendía. A mis ocho años no entendía su odio a mi.

— ¿Y eso es malo?

— No, así papá te castiga porque te odia, no eres nadie recuerda. Solo debes obedecer.

— Si. — musite indecisa arrodillada mientras seguía fregando el suelo.


No entendía los rechazos que tenían ellos dos hacia mi, no sabía que mi padre me odiaba debido a que no era hija de él. Vale, sabía que era parte de una infidelidad pero, ¿Qué culpa tenía yo de su odio a mi?

— Él es Trent, tienes que atenderlo como me atiendes a mi, es mi amigo. — Ella estaba colgada de su brazo mientras el rubio frente a mi sonreía.

— Hola. — saludé con una sonrisa.

Traenos unas sodas y popetas, estaremos jugando en el patio.

— ¿Puedo jugar con ustedes? — pregunté con ilusión.

— No.

— Si, déjala. Una más no nos hará mal. — había dicho él.

Juegos que se grabaron en mi mente, inocentes al inicio, después fui el juguete de ellos dos.

Mi cuerpo después de mis diez años se había llenado de marcas de cortes, de quemaduras y rasguños que me propinaban. Más ellos no les importaba o al menos eso me había creer él. Pero todo fue parte de su plan.

Me queje del dolor en mis muñecas, ardían debido a la marca que habían dejado las esposas que me habían puesto. Mi cabello estaba corto debido a que no hermana me lo había cortado en un arrebato de su mal humor hacia mi. Se droga, era claro y descargaba su furia contra mí.

— Ponte eso, quitará el dolor.— sentada en la cama, Trent me pasó una cremita para ello, él era distinto, conmigo era diferente.

G-Gracias. — musite. Sonríe y antes de que tomara la pomada el mismo la aplica con cuidado, con delicadeza sobre las marcas rojas de mis muñecas.

— Siento no poder hacer nada.

No haces nada, pero cuando te drogas como ella me maltratada igual. Eso había quedó decirle, reprimo mis palabras al sentir sus suaves labios en la comisura de mis labios.

Mis mejillas sonrosadas, mis nervios y mi corazón se disparo al mil. Con trece años supe que me gustaba él, un chico de quince queme gusta.

— Me gustas, Amber.

Sentí que mis uñas se enterraban contra la sábana de mi cama. Quería dejar de sentirme así. Debía hacer algo.

Recoger entonces los besos de Mathews, unos dos besos que me habían disclocado. Sud labios eran suaves, de una textura tentadora. Suaves, gruesos y dominantes. Había hecho que sintiera deseo y más que eso ante ese beso. Y si, quería más pero no puedo, no debía haberlo besado, no debí haber sentido eso. Ahora estaba confusa.

— Sal de mi cabeza, por favor. — murmuré con cansancio. Él era igual a él. Trent es su amigo, Mathews sabe quién en él. Ninguno debe estar conmigo. No quiero a ninguno.








¡VUELVO DE NUEVO PARA SU NUEVO CAPITULO!!❤️

VOTEN Y COMENTEN ✌️

GRACIAS 😎

Cruzando LimitesWhere stories live. Discover now