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{capítulo quince}

Serena se lanzó a la cama de Darien, mirando la habitación por unos segundos antes de cerrar los ojos. Darien entró tras ella, observándola desde el lumbral de la puerta. Se le escapó una sonrisa inmediata al encontrarse con la mirada de su amada, quien le sonrió devuelta, palmeando a su lado en la cama.

— ¿vienes? — la chica preguntó, haciendole ojitos a su novio. El chico asintió, sentandose en la cama a su lado. Colocó su cara a la altura de ella, observándola antes de dejar un beso corto en sus labios. Serena sonrió. — te amo, Darien.

— Yo también te amo, Serena. — el chico cerro los ojos, rozando suavemente sus narices. Era algo que su madre en el Milenio de Plata le hacia a él para demostrarle cariño, y habia tomado la costumbre de hacerlo con Serena en algunas ocasiones.

Ambos permanecieron en silencio por algunos minutos, disfrutando simplemente de sentir al otro cerca, de presenciar el olor de ellos, de estar juntos. Aun que ambos tenian varias cosas en la cabeza, estando juntos sabian muy bien que todo estaba bien. Al menos, por ese momento, era así.

— ¿Alguna vez te interesó Beryl? — la voz de Serena lleno el silencio de la habitación, haciendo que Darien abriese los ojos para mirarla. Sus ojos se encontraron, y Darien noto la inseguridad en los ojos de su prometida.

— No. — dijo rápidamente. — Eramos amigos, nada más, nunca habia querido adentrarme en eso llamado amor...al menos, no hasta que vi aquella hermosa princesa merodeando por el jardín del palacio, mirándome. — Darien sonrió ante aquel recuerdo. Habia pasado hace mucho, mucho tiempo, pero el recordaba la primera vez que vio a Serena como si hubiese sido hace poco. Las mejillas de Serena se tornaron rojas ante aquel recuerdo, haciendo que pasara su mirada a otro punto de la habitación.

— ¿De verdad? — preguntó.

— ¿Por qué te mentiría?— Darien tomo con cuidado el rostro de la rubia, haciendo que lo mirará. — Ella era una chica buena, una buena amiga...pero el amor tóxico que me tenia la cegó.

— Pero...

Darien la interrumpió. — No hay peros. Serena, sabes muy bien que solo tengo ojos para ti, no importa que tan buena sea Beryl...no te cambiaria por ella. Al menos, no por mi voluntad. — esto último lo dijo recordando cuando aquella mujer le lavó el cerebro para hacerlo creer que la queria, aun cuando no era así.

Serena sonrió, asintiendo. — Lo siento.

Darien negó suavemente. — No lo sientas, está bien.

— y...bueno, también queria preguntarte si crees que es raro que...bueno...no me sienta aun lista para lo que viene — Serena se sentó en la cama, mirando su estómago. — Yo...no me siento emocionada por este embarazo, o por nuestra boda...siento que algo pasará y lo arruinara todo.

Darien la miró. — Solo estas asustada, es normal. No esperabamos que esto pasara tan rápido. — el pelinegro buscó las manos de la rubia, tomándolas. — Si deseas... podríamos atrasar la boda hasta que te sientas mejor. Sabes que no me molestaría.

— Pero quiero casarme — contesto rápidamente. — quiero ser tu esposa, y que tengamos a una hermosa bebé, y que estemos bien...merecemos estar bien, ¿o no? —la voz de Serena mostró tristeza. De verdad habia esperado que los villanos se acabarian, peeo con lo que habia pasado hoy, sabia que pronto se acercaba algo peor.

Darien se sentia igual. No sabia muy bien como decirle que todo estaria bien cuando él temia que no fuese así. El chico la miró, entrelazando sus dedos y dejando un beso en su mano.

— No importa lo que pase, después de que estemos juntos, todo estará bien. Eres Sailor Moon, lo puedes todo, ¿recuerdas? eres invencible. — Serena asintió suavemente. No creia que fuese invencible, sabia que no lo era del todo, pero cuando Darien lo decía sentía que podía serlo. Que podía con todo y todos.

Escribiendo el destino [Sailor Moon] [SD2]Where stories live. Discover now