No me importa que nos vean

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Sábado por la noche, se festejaba el cumpleaños de Ángela. Renato no tenía muchas ganas de ir, estaba cansado y saber que Gabi iba lo tiraba un poco para abajo. Últimamente la relación entre ellos se había puesto tensa, desde que el menor le había confesado que gustaba de él. Ya estaba harto de tener que guardarse las cosas, así que se lo había confesado.

*Flashback*

— Renato: Gabi, necesito hablar con vos.
— Gabriel: Decime Tatito.
— Renato: Éste último tiempo me estuvo pasando algo. A mi me encanta que seamos amigos, y que estemos más unidos que nunca, pero hay cosas que ya no puedo ocultar. Por ejemplo, cuando venís y me hablas de Antonella, yo ya no puedo ocultar que me duele, que siento celos. Cuando tiene que grabar Ignacio y te veo tan cerca de él, ya no puedo negar que me molesta.
— Gabriel: No... No entiendo.
— Renato: Que me gustas Gabi. Perdón que te lo diga así, pero ya no podía callarlo más.
— Gabriel: No pasa nada. Todo bien.

*Fin del flashback*

Después de esa conversación, Gallicchio se fue, y nunca más volvieron a hablar del tema. A partir de ese día su relación había cambiado. Ya no habian fotos juntos, ya no estaban en el camarin solos. El ruido de su celular lo sacó de sus pensamientos. Un mensaje de Ángela "¿No vas a venir? No te lo perdono nunca eh". Renato sonrió. No podía fallarle a su amiga porque no aguantaba estar cerca de Gabriel sin tener que hablarle. "Estoy yendo" respondió. Ni siquiera se tomó el trabajo de cambiarse de ropa, fue así como estaba, solamente se despeino un poco, y ya estaba, el estilo Quattordio.

Apenas llegó a la fiesta, lo primero que hizo fue buscar a Gabi con la mirada. Ni él se entendía, no quería verlo, pero lo buscaba. Saludó a Ángela con una abrazo y se quedaron charlando un rato, pero mientras la chica hablaba, la mirada de Renato estaba en otro lado.

— Ángela: Recién lo vi en la barra.
— Renato: ¿Qué?
— Ángela: Gabi, estaba en la barra.
— Renato: Ah, ok. Pero no quería verlo igual.
— Ángela: Dale Tato. Te conozco, y está bien. Anda y decile lo que te pasa.
— Renato: Ya lo hice, y se alejó.
— Ángela: ¿Gabi? ¿Seguro?
— Renato: No, Fausto. Sí Ángela.
— Ángela: Viene para acá.
— Renato: ¿Quién?

Renato sintió que se le congelaba el cuerpo apenas escuchó su voz.

— Gabriel: Hola Tato.
— Renato: Gabi.
— Gabriel: Pensé que no venías.
— Renato: Yo tampoco jajaja, pero acá estoy.
— Gabriel: Estamos con los chicos por allá ¿Vamos?

Apenas levantó la mirada vio que estaba Ignacio, no tenía ganas de estar cerca de él.

— Renato: Deja, prefiero quedarme por acá.
— Gabriel: ¿Seguro?
— Renato: Sí. Vos anda.
— Gabriel: Pero yo vine a buscarte porque quiero estar con vos.
— Renato: Yo no quiero estar cerca de Ignacio. Lo sabes.
— Gabriel: Pero es mi amigo.
— Renato: No necesito explicaciones, anda Gabi. Está todo bien.
— Gabriel: Ok.
— Renato: Pero antes, veni.
— Gabriel: ¿Qué pasa?

Renato sacó algo de su bolsillo, y se lo pegó a Gabriel en la frente. Un corazón.

— Gabriel: ¿Qué es esto?
— Renato: Un corazón. Si me queres te lo vas a dejar.
— Gabriel: Te quiero.

El mayor le dio un beso en el cachete, y Tato vio como se alejaba. Lo tenía loco. No entendía que había sido ese acercamiento, pero le gustó.

Había pasado una hora de fiesta, y Gabriel estaba borracho. Renato estaba mareado, y no dejaba de mirarlo. Esa camisa roja le quedaba tan bien, lo volvía completamente loco. Estaba tranquilo hasta que vio que Gabi se estaba acercando a él, rápidamente el corazón le comenzo a latir muy fuerte, sentía que se le iba a salir del pecho.

One shots || Quallicchio y BlasniorWhere stories live. Discover now