Samhain

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Todos los años a finales de octubre, los pueblos celtas celebran la gran fiesta para conmemorar "el final de la cosecha", más conocida como Samhain (el final del verano).

En la noche de esta gran celebración, los espíritus de los muertos vuelven al mundo de los mortales, es por eso que se encienden grandes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus.

En la misma noche de la celebración, los niños recogen alimentos para llevárselos a los druidas, estos son los sacerdotes o chamanes que pertenecen a los pueblos. A los druidas se les conoce por hacer sacrificios de animales y humanos, preferentemente de niños, estos sacrificios son las ofrendas para sus Dioses, para así obtener más poder, sus altares se encuentran dentro de grutas, en los bosques cercanos a los pueblos.

No muy lejos de allí, entre los árboles se encuentran dos jóvenes, uno de ellos tiene una cicatriz en su ojo izquierdo y pelo verde como la hierba, el otro joven tiene pecas y su pelo es negro como el carbón, ellos se encuentran ahí para salvar a las personas, que quieren sacrificar los druidas para sus dioses.

Uno de los sacrificios para la ofrenda, es la de un joven, con una tez tan blanca como la nieve, pelo amarillo como el sol y de una ceja en forma de remolino, en este momento los sacrificios se encuentran amarrados de manos y pies, ya que estos, serán sacrificados a las 12 de la noche de ese día.

–Zoro por ahí no es el camino – dijo el pelinegro – Sígueme y no te pierdas, o no podremos llegar a tiempo para poder rescatar a Sanji y a los otros – sin decir nada el peliverde siguió al pecoso entre los arboles sin perderle de vista.

Zoro no creía en dioses, demonios o espíritus y no iba a permitir que Sanji fuera una ofrenda para esos dioses inexistentes. El plan era fácil, llegar donde se encontraba Sanji y los otros y sacarlos de ahí, luego de eso, ellos no regresarían nunca más al pueblo, ya que robar las ofrendas de los dioses significaría la muerte y es por eso que no debía cometer ningún error en este momento o no podría salvar a la persona más importante de su vida.

Ya muy cerca de su destino, diviso algunas fogatas, no muy lejos de estas, se encontraban las ofrendas, ahí vio a Sanji que estaba entre algunos animales y las otras dos personas que también iban a ser sacrificadas.

–Ace ahí esta Sanji – Zoro apunto donde se encontraba Sanji.

–Bien, solo debemos acercarnos sin que nos vean y podremos sacar a Sanji de ahí, juntos a los otros – mientras se acercaba a unos arbustos cercanos de las fogatas, para que pudieran ver mejor.

–Creo que los druidas se encuentran en la cueva preparando lo del ritual – dijo Zoro mirando y viendo que no se encontraba nadie en el lugar.

– Así parece, esta es nuestra oportunidad de sacarlos de aquí, vamos – acercándose con cautela donde se encontraban las personas.

–Cejillas – susurro Zoro, pero este no prestaba atención – Oye cejillas me escuchas – susurro un poco más fuerte, pero sin tener respuesta aun – mierda de cocinero di algo – levanto más la voz – pero sin recibir respuesta alguna, se disponía a gritar, pero Ace le tapó la boca.

–No grites Zoro o nos descubrirán – susurro el pecoso – A Sanji le debieron dar algún tipo de droga, si te fijas bien, parece ido – apunto el pecoso a Sanji – vamos Zoro, debemos apurarnos y llevarlos con nosotros – acercándose a las otras personas.

Zoro se acercó mucho más a Sanji para poder desatarlo, ahí se fijó que este tenía la mirada perdida, como si mirase al vacía, con una navaja que llevaba en su cinturón, corto las cuerdas que le tenían amarrado.

–¿Sanji...? – mas no hubo respuesta – ¿qué mierda le dieron Ace?

–No lo sabremos hasta que los saquemos de aquí – dijo Ace colocando a las otras dos personas en sus hombros y se dispuso a caminar – apúrate Zoro, debemos salir de aquí antes que druidas lleguen – dijo, mientras se adentraba otra vez al bosque.

Halloween Zoro x SanjiWhere stories live. Discover now