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En una noche, donde apenas se soportaba el calor y donde llovía torrencial mente, como si tiraran baldes de agua en los techos de las casas, un joven de aspecto cansado, cabello verde, tez morena y de nombre Zoro, miraba la lluvia, mientras se abanicaba, ya que su aire acondicionado estaba descompuesto.

- ¡BU! - grito un chico de tez pálida, ojos celestes, con una cabellera amarilla opaca, que le tapa su ojo izquierdo, dejando a la vista en su lado derecho, una ceja que tenía forma de espiral - jijiji

- Sabes que eso no me asusta, ¿verdad? - dejo de mirar la lluvia, para mirar un objeto que se movió al extremo de la chimenea.

- oh vamos marimo, admite que te asuste, aunque sea un poquito -Cruzo sus brazos, haciendo un puchero, desviando su mirada del chico.

Suspirando, Zoro miró la sala donde se encontraba, era amplia, con unos sillones de cuero, de color azul piedra, y con una mesa de centro de cristal, al frente de esta, se encontraba una clásica chimenea, que se veía solo en películas de Hollywood, en ella tenía varias fotografías, recordando a varios familiares y seres queridos.

- Creo que ya es hora de dormir - se encamino atravesando dicha sala, llegando a unas escaleras, que se encontraban a la salida de esta. Pero antes de que las subiera el chico de cabellera amarilla, de nombre Sanji, se puso en frete de él, impidiéndole el paso.

- Vamos marimo, no te enojaras por un simple susto ¿no?, además dijiste que no te asustaba

- No me asusta, solo me iré a dormir. Estoy cansado -Zoro prosiguió su subida, sin darle importancia a una pequeña pelota, con la que su gato jugaba, esta había caído por las escaleras, deteniéndose, enfrente de Zoro.

En el camino, Zoro había recogido al pequeño gato que se había puesto en su camino, este era de color negro, con una pequeña cicatriz debajo de su ojo izquierdo, este miro a Sanji, mientras Zoro seguía subiendo por las escaleras.

- Bien, con que con esa estamos - Sanji muy enfadado, fue a la sala en la que se encontraba antes, se acercó a la chimenea, y se puso a revisar las fotografías. En cada una de esas fotos, se encontraba el, junto con Zoro. Reviso una por una y miro la última, donde se encontraba él y sus amigos.

Aun recordaba lo que le decían.

"Sanji, no puedes jugar al vivo y al muerto, Sabes que eso a él no le gustara", "Sanji por favor, debes salir de esa casa" "Sanji, no es bueno estar apegado a las personas que ya no se encuentran en este mundo" ...

- Sanji has eso, Sanji no te involucres con ello, Sanji no tomes esto, Sanji han pasado 5 años..., TONTERÍAS, por eso me aleje de todos ustedes, estoy feliz aquí, junto al marimo. Nadie de ustedes entiende - le dijo a la fotografía, colocando la boca abajo.

- Mejor voy donde el marimo o pensara que realmente me enoje con el - salió de la sala, donde subió por las escaleras y entro a su habitación, donde se encontraba Zoro durmiendo, en la cabecera de este, se encontraba el gato que le miraba atentamente.

- Bueno, supongo que no volvieron a esperarme para dormir - con una sonrisa, se acercó a la cama, viendo como dormía Zoro -Eres mi razón para vivir, no pienso dejarte nunca, aunque todo digan que estás muerto, eso es mentira, porque aun estas aquí, aun estás conmigo Zoro.

Sanji se alejó un poco, abrió su armario, se colocó el pijama y se acostó al lado de Zoro.

En ese momento Zoro se sienta sobresaltado, ya que sintió un gran peso al lado de él, pero al mirar no encontró a nadie ahí.

Suspirando, coloco su mano en la cara.

- Sanji, ¿cuándo me dejaras en paz?, ya han pasado 5 años, ¿aún no puedes ir al otro lado? - bajando su mano y mirando, un anillo que tenía en su dedo anular - aunque te diga que te vallas, no lo harás ¿verdad?. Eres muy terco - apretó su mano - a veces me hubiera gustado haber muerto yo, pero así son las enfermedades, llegan cuando uno menos la espera ¿no? - soltando su mano, acomodo la almohada y se puso a dormir nuevamente.

El pequeño gato negro, aun en la cabeza de Zoro, miro la cómoda, que se encontraba al lado de la cama, en esta había un calendario, que marcaba la fecha, 31 de octubre, un día donde los muertos salen de sus tumbas, y se conectan los mundos de los vivos con los muertos, donde uno no sabe, quien es el vivo o quien es el muerto.

El gato bajo de la cama, de donde dormían sus dueños pacíficamente. Camino hasta una ventana del lugar, donde se puso a mirar, a una supuesta lluvia, que ahora solo se escuchaba como un pequeño murmullo.

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No muy lejos de ahí un par de niños caminaban cerca de la casa.

- Oye ¿porque no vamos a esa casa, a pedir dulces?

- ¿Estás loco?, esa casa esta embrujada desde hace más de 10 años, se dice, que en estas fechas, la casa enciende sus luces y se ve gente deambulando por el patio, aparte siempre hay un gato negro que mira por la ventana, como si vigilara a las personas que se acercan al lugar - dijo el niño mirando a la propiedad.

- Entonces vayámonos de aquí, no me gustaría ver eso - los chicos salieron de ahí, sin mirar a esa misteriosa casa.

FIN.

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Gracias a todos los que siguieron leyendo mis pequeños fic ^^

Creo que es mi ultimo fic por esta semana de la temática #dulceotruco

Saludos a todos ^^ y gracias nuevamente

Halloween Zoro x SanjiWhere stories live. Discover now