-¡¿Amor?!
Yoonji fue al baño pero la puerta estaba cerrada.
-¿Jinnie, tu llamaste?
-Sí- ella entreabrió la puerta- Mmm. Hay velas en mi habitación, y un encendedor, ¿podrías traerlas por favor?
Yoonji apretó sus labios para reprimir una sonrisa. Jinnie era demasiado linda para su propio bien.
-Vuelvo enseguida.
Había muchas velas en el dormitorio de Jinnie de hecho. Una docena de bloques de cera de color y perfumadas. Yoonji se preguntó si las habia traído o si estaban en la casa. Finalmente se conformó con cinco grandes de colores pastel y un olor agradable antes de volver al baño.
-¿Bebé?
-¡No entres!
Yoonji no hizo ningún comentario sobre eso y esperó pacientemente a que Jinnie le diera una señal. Finalmente, volvió a abrir la puerta y tomó las velas.
-Bien, gracias.
Jinnie cerró la puerta de nuevo y Yoonji no pudo evitar suspirar con cariño ante todo ese secreto.
Jinnie abrió de nuevo.
-Está bien. ¿Cómo... cómo quieres hacer esto?
-¿Hacer qué?
-Bueno, ¿eh, quién va primero en la bañera?
Yoonji quería gritar y rodar por el suelo por lo jodidamente preciosa que era Jinnie.
-Lo que prefieras bebé.
-Está bien. Bien eh. Si no te importa...
-Yo no...
Jinnie frunció el ceño.
-Ni siquiera he terminado mi oración.
Yoonji levantó una ceja.
-Estoy escuchando.
-Esto es estúpido- Jinnie frunció el ceño, viéndose rara. Yoonji no podía dejar que retrocediera ahora.
-Jinnie- Yoonji empujó un poco la puerta para entrar y tomar a Jinnie en sus brazos. El baño estaba iluminado por las tenues llamas de las velas y el agua seguía corriendo, haciendo que las burbujas crecieran en la bañera. Yoonji sonrió.
Jinnie puso mala cara.
-Qué- ella parecía avergonzada. Era demasiado para el corazón de Yoonji.
-Por favor, báñate conmigo. Por favor por favor por favor, por favor...
Jinnie rió suavemente y abrazó a Yoonji con más fuerza.
-¿Te importa si voy primera?
-No- Yoonji la besó en la mejilla- Llámame cuando estés dentro, estaré justo detrás de la puerta.
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La décima cita - "Yoonjin/au female"
FanfictionYoonji y Jinnie son novias. Una con mucha experiencia en el sexo y la otra aún virgen. La regla de la décima cita lo cambia todo.