Pasar pagina 📖

22 1 0
                                    


Y lo peor de todo es que a pesar de que estas rodeada de felicidad y cariño, el sentimiento de la soledad te llena de ansiedades intrascendentes.

Yo me siento como una carne fresca en medio de un desierto lleno de cuervos, donde nadie me puede proteger. Tengo buenos amigos claro, pero ellos están ocupados en su burbuja de atolladero, además no hay que molestar a nadie que no quiere ser molestado.

Ayer vi de nuevo a Axell, aunque las cartas que le he escrito han dejado cerrar sesión, los recuerdos que ya son parte de mi me agobian y me repugnan. No le dirigí la palabra, el tampoco y a pesar de que una parte de mí ya lo supero lo único que quería era llorar y no sé por qué... O quizá sí pero me limito a creérmelo.

También he querido llorar por las penas mal gastadas, pero el orgullo convierte mis lagrimas en algo inmaterial.

Por otro lado está mi padre con los problemas alcohólicos, ya les conté de eso, pero es que en serio su olor de ron me repugna odio las personas cuando no están sobrias y la verdad es que la única persona que esperaba que no me fallara fuera el.

Mi madre no se queda atrás, no sé por qué pero es que no siento su amor maternal, lo único que siento es el deber de obedecerla, no sé si es el efecto de tantos libros y películas pero yo también necesito el tipo de madre que te ayude con los problemas y que te abrase cuando lloras, lamentablemente ella no es así.

Creo... Que ya no me siento cómoda hablando sobre esto así que...

Bye .

La vida de Daniela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora