Lo único que podía hacer era dejarme envolver en los engaños de éste hombre, sentía su mirada lasciva recorrer mi cuerpo.
Asco
Eso sentía, me asqueaba que otro hombre que no fuera Luffy me viera, debía ser muy estúpida, a pesar del trato que había recibido por parte de Luffy, no podía odiarlo, cualquier mujer lo hubiera delatado; pero yo no, aquí estaba haciendo tratos con Doflamingo, sólo para que no diera a conocer la identidad de mi amor.
- Entonces Princesa ¿Aceptas mi generoso trato?-
Apreté los dientes, no tenía salida, Luffy aún estaba en recuperación y no iba a arriesgar a mis subordinadas de la isla, mucho menos a mis hermanas.
Es por Luffy
Me giré para encararlo.
- Acepto- dije tan segura como de que era la mujer más hermosa.
Otra vez, su escalofriante risa taladro mis oidos.
- Muy bien- sentí como me volvía pegar a su cuerpo. - Pero no esperes amabilidad de mi parte, yo jamás he sido amable- aspiró en la zona mi cuello.
No sería capaz de percibir todas las sensaciones tan desagradables que sentí. La impotencia era la que más predominaba, tal vez Luffy tenía razón, yo sólo le traía problemas, no podía hacer nada bien para ayudarlo.
Dios, si que soy una tonta
Ahora tal vez tenia una pequeña oportunidad, podía ayudarlo a que la Marina no lo encuentre y asi pueda reunirse con su tripulación, aguantare hasta donde más pueda, si con eso puedo salvarlo, al menos haré eso bien.
El sonido de la puerta hizo que me sobresaltara. Intenté alejarme, pero Doflamingo me tenía bien sujeta de un brazo y de la cadera.
- Espera, debo abrir- le susurre muy bajito.
- No es mi problema lo que tengas que hacer- me dijo con una mirada penetrante que me hizo temblar.
- Debo ir, debe ser importante- aplique más fuerza y logre zafarme.
Estaba molesto, podía sentir como me fulminaba, estaba enojado por que me atrevía a darle más prioridad a la persona que está tras la puerta que a él.
-Dije que no quiero ver a nadie..- las palabras se me atoraron en la garganta.
- Hancock- me llamó por mi nombre, me encantaba cada vez que lo decía.
- L..luffy- la voz me temblaba por el miedo.
Debió notarme rara, pues me pregunto que si me ocurría nada, tuve que mentirle aunque en éstos momentos le tenía miedo al hombre detrás de mi, vi como Doflamingo alzaba su mano, conocía lo más básico de su fruta del diablo y sabía que cada vez que hacia eso su "adversario" salia perdiendo.
Asustada salí y cerre la puerta, para que Luffy no viera a mi excéntrico visitante y evitar que me convirtiera en una marioneta Humana.
-Luffy, tienes que irte- susurre. - en unas horas te llevó comida- intente sonreír, aunque sabía que debía haberme visto más falsa que nada.
Luffy me miró extrañado.
- ¿Podría pasar? Así estamos juntos-
- ¡No! - dije rápido. - Es decir, no, yo te alcanzó después- intenté corregir.
Rápidamente volví a encerrarme, llevé una mano a mi boca.
Maldita sea
Me sentía horrible, le estaba mintiendo al amor de su vida; sabía que era lo mejor así lo protegía, así podía ser de utilidad para el.
- Tardaste mucho- escuche la voz de Doflamingo.
- Tenía asuntos que atender- dije seria mostrando un rostro de asco.
- Asuntos con ¿mugiwara?- se levanto y caminó con sus típicos excéntricos pasos.
- Eso no te importa- dije de manera tosca.
- En eso te equivocas querida- sentí como me atrapaba utilizando su asquerosa habilidad. -todo lo tuyo me importa hasta que yo me aburra de ti- hizo que me acercará a el.
- pudrete, eres patético tienes que recurrir a la amenaza para poder tenerme, asqueroso como típico hombre-
- puedes llamarme como quieras- solto una escalofriante carcajada. - los hombres con poder recurren a cualquier cosa para tener lo que quieren-
Sentí como aspiró el olor de mi cabello.
- y no sólo los hombres, incluso las mujeres o ¿crees que no se como has logrado conseguir todos tus privilegios?-
Apreté los dientes, me sentía una sucia al tener a este hombre mirando mi cuerpo centimetro por centímetro con un rostro que reflejaba lujuria pura.
Todo por Luffy
Era una estúpida, no importaba lo que el me hiciera simplente quería que Luffy saliera herido, al menos más de lo que estaba; anteponia la vida y el bienestar de Luffy antes que el mío. A pesar de que me había decidido a ser una espectadora más en su vida, solamente ser un personaje secundario pues el principal ya lo tenía Nami.
- Ocupando tu precioso cuerpo, dejando ver de más, pero nunca lo suficiente-
Uno de sus largos dedos jugaba con el escote de mi vestido, fingiendo bajarlo en un sadico y asqueroso juego que solo su mente retorcida disfrutaba. Una lágrima repleta de orgulloso y amor por Luffy escapo de mis ojos.
- shhhhh, no llores, aunque me excita ver la carita de la mujer más orgullosa del mundo con esa expresión- se pego más a mi. - mejor si, llora y dejame sentir que tengo el poder absoluto sobre ti-
Comenzó a rosarse sin pudor alguno sobre mi cuerpo; el asco y las nauseas se apoderaban de mí, quería detener aquellas lágrimas no deseaba satisfacer su asqueroso fetiche.
- simplemente hermosa, perfecta-
Su mano apreso con fuerza uno de mis pechos logrando lastimarme.
- Ven Hancock, juguemos-
Lo miré con expresión asustada.
/Luffy salvame\
Woooow no tengo perdón de Dios :c lamento no haber actualizado la semana pasada :'(
Pero aquí les traigo el otro cap espero que les agrade :')
Saludos <3

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Reina Pirata Luffy X Boa Hancock(Historia 2)
FanfictionLa emperatriz que se enfermó de amor, el rey que se encargara de que jamás encuentre una cura