XIV

586 50 1
                                    

Terminamos de cocinar la señora Libia y yo. 

Preparamos filetes de pollo empanizados, con verduras cocidas a vapor, con una sopa de espagueti. De beber un agua fresca de frutas. Y de postre un flan y un pay de queso.

Cuando terminamos de servir nos sentamos los tres a la mesa, era una pequeña mesa muy fina para 4 personas, con un florero precioso al centro.

-¿Y estudias? -me pregunta la señora Libia 

-Si, estoy en el último semestre de la Preparatoria 

-Igual que Matías -dice y puedo notar una mirada de orgullo en sus ojos 

-¿Ya sabes que estudiar?

-No, estoy indecisa 

-Matías va a estudiar Arquitectura 

-Si, me lo comento, ¿le digo que es curioso?

-Claro dímelo

-Una de las carreras en las que estoy interesada en la arquitectura

Ambos me miran 

-Por otro lado mi padre quiere que estudie derecho y mi madre psicología 

-Bueno pues el tiempo está sobre ti, tienes que decidir 

-Si, pero es complicado 

-¿Por qué?

-Bueno, mis padres tiene que estar de acuerdo en todas mis decisiones  

-Pero no pueden obligarte a hacer algo que no quieres -me dice la señora que dejo de comer para mirarme 

-En realidad no me atrevo a llevarles la contra, gracias a ellos soy lo que soy 

-Si pero también tienes que aprender a tomar tus decisiones y equivocarte y aprender de esos errores, tus padres no estarán toda la vida a tu lado 

-Si, ya lo he considerado muchas veces 

-¿A qué le tienes miedo Yaritza?

Bajo la mirada 

-Abuela déjala, no más -le dice Matías 

-Claro, esto no es mi asunto, no quiero que creas que soy una viejilla metiche 

-No, de ninguna manera -le digo mientras le sonrío levemente 

-Iré por el postre -se levanta y se va a la cocina 

-¿Estás bien? -me dice Matías mientras me toma de la mano 

-Si, no es nada 

-¿Estás segura?

-Es que tu abuela me hizo abrir los ojos, vivo como mis padres me dicen, soy su títere, nunca he tomado una decisión por mi cuenta 

-Ya no pienses en eso, mi abuela se cree con el derecho de hablar y regañar a todos 

-Es muy lindo de su parte 

Me sonríe y deposita un beso en mi mano 

-Esto huele delicioso -dice mientras coloca el flan en la mesa la señora Libia

-Si, huele bastante bien -le digo con una sonrisa 

-Puedo serte sincera Yaritza -dice la señora Libia 

-Por favor 

-Abuela -le dice Matías con tono de reproche 

-No es malo hijito, relájate

-Cuida lo que dices por favor 

-Yaritza eres una persona muy buena, sé que si mi niño y tu llegan a tener algo más serio, estará en buenas manos, eres diferente a todas las demás 

Sin ti, Soy nadaWhere stories live. Discover now