CAPÍTULO 10 | Del amor al odio.

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POSEE ESCENAS FUERTES PARA LA SENSIBILIDAD DE ALGUNAS PERSONAS, LEER BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD

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POSEE ESCENAS FUERTES PARA LA SENSIBILIDAD DE ALGUNAS PERSONAS, LEER BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD.


Tengo el corazón en la boca, no sé lo que pueda suceder en este momento y estoy muy nerviosa.

Seguro me matará.

El Hombre Oscuro me tiene tomada por el brazo mientras caminamos hacia su habitación. Nunca antes había llevado a tal lugar pero tengo un mal presentimiento sobre esto.

—Caminad. —dice molesto.

Atrás de nosotros se encuentra el Oficial de Policía, está muy atento a nuestros pasos y parece pasivo, lo que es todo lo contrario en cuanto lo conocí.

—Entrad.

Hago lo que ordena.

La habitación tiene paredes marrones claras con columnas de madera, de ellas cuelgan algunas cabezas de animales cazados y disecados.

El Oficial es el último en pasar y cierra la puerta con seguro.

Esto no está bien.

—Con esto estamos a mano.

Dice el Hombre Oscuro y toma haciendo en un sillón de cuero que está justo en mi frente.

—Le aseguro que sí, Señor.

Al decir esto, el Policía se acerca a mí con una sonrisa macabra. Se coloca detrás de mí y me coloca las esposas en mis muñecas.

No puedo moverme.

» —Serás mía. —me susurra al odio— De nuevo.

Me levanta rápidamente el vestido y con un solo movimiento me baja mi pantis. Al subir acaricia mis piernas hasta llegar a mi cintura y con sus ambas manos me aprieta.

Solo veo al Hombre Oscuro, con lágrimas en mis ojos al darme cuenta que he sido su forma de pago y no puedo oponerme.

» —Eres mi perra ahora.

El Oficial se coloca en mi frente y me da una fuerte bofetada que me hace caer en la cama. Allí toma mis piernas y las abre para tener una mejor vista de mi sexo.

No dejo de lagrimar.

Saca su pistola de su estuche y la libera de las balas.

» —Quédate quieta, puta.

Comienza a pasar la punta del arma por mi pie derecho, luego sube hacia la zona de la pantorrilla y finaliza en el muslo.

Sonríe con sus horrorosos dientes amarillos como si tuviera una buena idea para hacerme sufrir.

Lanza un escupitajo a la pistola y la introduce en mi vagina.

—Ahh. —grito.

—Eso, quiero oírte puta.

Con fuerza, vuelve a presionar más adentro.

—Ah, basta. —grito nuevamente mientras lloro.

Él continúa con el movimiento de su arma dentro de mí mientras me rompe a profundidad. Cada segundo es más doloroso que el anterior y no creo poder soportarlo.

Quiero que pare, que se detenga.

—Perra jodida.

Con su mano disponible me da una segunda bofetada.

En ese momento decide sacar el arma de mi sexo y la muestra muy orgulloso de ella, toda llena de sangre y dolor.

» —Ahora es mi turno. —dice con voz ronca.

Desabrocha el sujetador de su pantalón para liberar a su miembro, es muy velludo y me parece asqueroso.

Hace que dé un giro de ciento ochenta grados hasta quedar boca abajo, me cuesta mucho respirar y me encuentro muy exaltada. Puedo sentir como me penetra de manera rústica haciendo que me arda por dentro, lo hace tantas veces que comienzo a perder sensibilidad.

En ese momento, doblo un poco el cuello para ver hacia el sillón y ahí está. Observando cómo abusan de mí y no hace nada al respecto.

Necesito que reaccione, que me salve de esto.

—Por favor.

Susurro mientras fijo la mirada en el Hombre Oscuro; él aprieta su mandíbula y respira hondo. Creo que no puede controlarlo.

—Ya es suficiente. —dice y lo quita sobre mí.

El Oficial de Policía cae a un lado de la cama sorprendido ante su acción, lo que me hace pensar que me ha salvado de tal pesadilla pero no es así.

Mientras abusaban de mí, el Hombre Oscuro se excitaba por lo que veía y todo esto lo convierte en un enfermo mental. Por ello se lanza sobre mi y comienza el coito salvaje nuevamente, solo que con más rapidez.

—Oh, joder. —dice exaltado— Sí, sí.

Y es allí cuando la oscuridad de aquel hombre termina con lo que el Oficial ha empezado, dejándome más herida de lo que ya me encontraba.

Sale de mí y se limpia con las sábanas.

Ya no me quedan lágrimas, se agotaron mis gritos, el dolor se ha evaporado y ahora no creo tener ese sufrimiento dentro de mí. Lo han convertido en odio y rencor.

Porque ahora, no seré más la niña inocente y me vengare.

LA CHICA DEL BOSQUE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora