Capítulo 3: Impresión

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DISCLAIMER: One piece no me pertenece.

ADVERTENCIAS: ( a lo largo del fic): lenguaje vulgar, porno explicito, OC(?), capítulos cortos, AU, un Zoro cachondo todo el tiempo, romance cursi(?) y Fluff.

Al capítulo

ˏˋ((🌿))  

Saber que el dichoso rubio era el dueño del gimnasio al que siempre iba no le sentó bien, cada mañana al despertar se debatía si ir o no, si en verdad tenía ganas de verlo sin tener que aguantarse su semblante de indiferencia o desdén, Zoro estaba pensando más las cosas que hacía, y eso no le gustaba para nada.

No era una persona precisamente...estúpida, aunque sus amigos dijeran lo contrario, pero si tenía un orgullo lo bastante fuerte como para no dejarse amedrentar por cualquiera, ni siquiera por un chico bonito que solo tenía ojos para verlo como una persona del montón, pues según lo que había notado, el rubio solo se inmiscuía con chicas.

Al final abandonó sus divagaciones pues nunca pensaba lo que hacía, simplemente llevaba a cabo lo que quería y después se hacía cargo de las consecuencias, ¿No tenía por qué cambiar ahora cierto?

Terminó por ir, esta vez sin llevar sus espadas (No es como si siempre dependiera de ellas) llegando justamente cuando Torao salía del lugar.

—Oh, Roronoa-Ya .

Trafalgar era japonés también, pero nunca había entendido su muletilla de "ya" en cada nombre, se le hacía fastidioso a veces, pero nunca opinaba algo al respecto

—Si buscas a Mugiwara-ya está dentro causando algo de caos.

Como siempre  viró la mirada suspirando y su vista cayó en el torso desnudo de Law. Tenía un tatuaje negro en forma de corazón en todo su pecho y igual que él, sus abdominales y pectorales estaban muy bien formados. Eran pocas las veces que se encontraban, pues el azabache acostumbraba a venir realmente temprano, mientras que él lo hacía rozando ya el medio día.

No pudo evitar destacar lo guapo que era, sobretodo porque llevaba una toalla en su hombro y se limpiaba el sudor de su cabello, y no, no era que le interesara, si no que más bien desde hace algún tiempo, su mente empezaba a buscar que tenía de bueno el cuerpo de un hombre.

La mayoría de mujeres del extranjero eran bonitas, curvas pronunciadas, pechos grandes, cabellos lisos y suaves, pero a Roronoa se le hacía lo más común, al igual que con el ente masculino claro está, pero entonces ¿Por qué un rubio con buen culo y largas piernas le interesaba tanto?

¿Acaso era un caso de tensión sexual? No había tenido sexo desde hace meses, pero nunca las ansias y la excitación habían caído en una persona en concreto.

Torao iba a seguir su camino, ignorando completamente la mirada del peliverde, pero Zoro noto algo extraño en su boca que lo hizo detenerlo.

—Hey Tragalfar, ¿Qué tienes en la mejilla?

El susodicho se tocó la misma y saboreo las migajas inconscientemente

—Kuroashi-ya trajo galletas, y Mugiwara-ya me compartió solo una

Recalcó el una, porque el chiquillo de sombrero no había querido compartir sus galletas de chocolate, aunque si se trataba de Torao, podría sacrificarse un poco.

—Ah, con razón está causando destrozos

Murmuró dándole la espalda, sin preguntar quién era el tal "Kuroashi" , y tampoco es que le importara mucho.

Golden Sea (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now