Capítulo 10

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Ryuhito tenía ganas de reírse de la manera más estruendosa posible, pero debía empezar a valorar su vida. Sabía que Young Mi no dudaría en ahorcarlo en ese mismo instante si pudiera, aunque su entrada al backstage había sido una gran sorpresa. Mientras salía del local, por casualidad se había encontrado con Young Woon que sumido en su completa felicidad, lo invitó de inmediato a pasar.

Era obvio que no iba a rechazarlo.

— ¡Han hecho un trabajo estupendo hoy, chicas! —exclamó el hombre frente a él con exceso de algarabía, las chicas parecían emocionadas ante sus felicitaciones, claro, a excepción de Young Mi que parecía más concentrada en él. No sabía porque, pero no podía parar de sonreír cuando la tenía en frente. Y bueno ¿Cómo no hacerlo? Ese vestido negro con estampado floral le quedaba espectacular. Con la coleta alta que llevaba dejaba sueltos algunos mechones de su melena oscura y el maquillaje ligero la hacían ver preciosa, aunque tuviera cara de pocos amigos.

Tuvo que romper el contacto visual con la muchacha cuando Young Woon se dirigió a él con una sonrisa de oreja a oreja

— ¿Disculpe? No le he entendido — pregunto de manera educada, rezando porque no se diera cuenta de que no le había prestado atención en absoluto. Se tranquilizó cuando el hombre asintió amable.

— Te preguntaba si te había gustado el fanmeeting.

— Me ha encantado — dijo sincero, aunque se escuchara con otra intención, de verdad había sido bastante entretenido. Escucho a Young Mi bufar molesta y tuvo que contener de nuevo, las ganas de reírse.

— ¿Vieron? ¡Hasta le gustan a la realeza! —Todas las chicas rieron, excepto ya saben quién que le dedicaba una mirada asesina. —. Para celebrar, yo pago la cena. ¿Vienes, Ryuhito? También estas invitado.

Se quedó parado en su sitio, de repente todos estaban enfocados en él. Sin querer, su vista se enfocó en Young Mi que lo miraba con una expresión que advertía con claridad que lo iba a asesinar si llegaba a aceptar la invitación. Sonrió ladino; de algo tenía que morir, ¿no?

— Muchas gracias por la invitación Young Woon- Nim, me encantaría cenar con ustedes.

Ya está, Young Mi parecía al borde del colapso mientras que sus compañeras luchaban por no romperse a carcajadas en ese momento.

— ¡Perfecto! Espérenme aquí, no tardare— dijo Young Woon saliendo del lugar. Cuando desapareció por la puerta, la iracunda muchacha no tardó en encararlo.

— ¿Puedes decirme que pretendes, principito?

— ¿Cenar? —contesto como si no supiera a que se refería.

— ¡No bromees conmigo! — gruñó molesta.

Se encogió de hombros fingiendo inocencia.

— No veo que otra pretensión pueda tener además de cenar, Young Mi— recalcó con seriedad. Young Mi que ya estaba roja de la ira y lo más probable que con ganas de clavarle algo en la yugular, abrió la boca a punto de gritarle dios sabe qué tipo de improperios, no obstante, fue interrumpida por la chica a su lado.

— ¡Vamos! No seas mala con él, solo intenta ser sociable — exclamó la chica de cabello rosado que, si mal no recordaba, se llamaba Sun Hee. Ella bufó, dándole la espalda. La muchacha rió, guiñándole un ojo —. No te lo tomes personal, Ryuhito, ella odia a todo el mundo.

Young Mi chasqueó la lengua.

— Eso no es cierto.

— ¡Claro que sí! — saltó otra de ellas, una chica bajita de cabello castaño ¿Ji Soo? No estaba muy seguro —. Una vez asustaste a una niña mientras ensayábamos en un parque.

Young Mi se dio la vuelta de nuevo para mirar a su compañera

— ¡Ella me lanzo un helado encima! Además, eran mis primeras semanas de trainee, no me comportaba de la mejor manera.

— ¿Y cuándo amenazaste con una silla al pobre Dae Hyun? El hombre se puso incluso más pálido que cuando su padre le grita — salto la pequeña rubia que solo podía ser Haneul. Mordió su puño, en un intento inútil de no echarse a reír, Young Mi era única en su violenta especie. La muchacha señalo amenazante a la rubia

— Eso fue porque no paraba se hacerme bromas tontas.

Soltó una leve risilla que hizo que Young Mi dirigiera su atención a él de inmediato. Ryuhito Se sobresaltó y alzo las manos por impulso.

— Matarme sería golpe de estado — dijo con una sonrisa torcida haciendo reír a todas, menos a la muchacha que seguía mirándolo con odio.

— Tienes suerte de que no quiera a ir a la cárcel y menos en Japón — escupió con desprecio. Iba a contestar algo, pero fue cortado de inmediato por ella —. Ni siquiera te atrevas a decirlo—murmuró colérica, señalándolo de manera amenazante.

Él ladeo la cabeza con confusión

— ¿Eh? — fue lo único que salió de su cabeza, ahora si se había perdido.

— A decir tu tonta frase ¡Ni siquiera te atrevas a decir que yo también te caigo mal! — abrió los ojos sorprendido, no se esperaba eso. Volvió a sonreír, esta chica era en definitiva una caja de sorpresas.

— En realidad iba a decir que solo serias juzgada en Japón, pero la condena la cumplirías aquí en Corea... pero si no quieres escuchar mi opinión sobre tú persona, lo respeto—La mandíbula de Young Mi se fue al suelo a causa de la impresión por su respuesta. Todos rieron a carcajadas otra vez.

— ¡Serás...!

— ¡Todo listo! Ya podemos irnos a celebrar — un Young Woon feliz hizo que la mujer cerrara la boca de inmediato. Ninguno de ellos tardo en seguirlo, ya quedaban pocas personas adentro, no había nadie más que el equipo de seguridad de las chicas y el suyo propio, sin embargo, sintió como tomaban su brazo para detenerlo.

Se dio la vuelta y se sorprendió al toparse de frente con Young Mi, estaba muy cerca de él, procuro no verse tan abrumado como se sentía con su presencia— No sé qué quieres, no sé qué pretendes, pero lo que sea que quieras, te aseguro que no lo vas a conseguir — murmuró antes de soltarle el brazo, sonrió ladino.

— Solo busco divertirme, Young Mi... y créeme que lo estoy logrando — la muchacha chasqueó la lengua, alejándose para seguir a los demás. Él no tardó en hacer lo mismo, sonriendo al ver sus coquetos andares.

Lo más divertido, era que la noche apenas empezaba.

El capricho del príncipeWhere stories live. Discover now