I‹ Amnesia

628 16 2
                                    

–¿Puedo pasar?– escuché una voz bastante familiar al otro lado de la puerta de mi habitación.

–Sí – me acomodé mejor en mi cama individual que se encontraba repleta de cajas de cartón con algunas de mis pertenencias; quedando sentada.

Jo subió las escaleras que conducían finalmente a lo que llamaba "habitación" pues en realidad era el ático de la casa.
E intentó buscar un lugar donde sentarse, ya que aun los muebles estaban desordenados y todo el lugar era un verdadero desastre con cajas por todos lados.
Tomó asiento en el suelo, recargando su espalda a la cama, dándome la espalda.

–Lamento que...–

–Jo, no tienes que disculparte, nada es tu culpa...– lo interrumpí.

Y es verdad, nada de lo que pasa es culpa de nadie, excepto de una persona, Maribel, mi madre.
Después de un terrible accidente de auto que sufrimos tanto ella como yo, nada ha sido igual; Tenía tan solo seis años de edad, la peor parte me la llevé yo, quedando en una especie de coma por un fuerte golpe que recibí en la cabeza; afortunadamente regresé en si. Pero con una consecuencia: Amnesia, prácticamente perdí todo recuerdo de mis primeros 6 años de vida.
Se suponía que mi madre me ayudaría a recuperar todos esos recuerdos e información, pero a pesar de que me contó toda una historia más que desarrollada, simplemente hay cosas que no terminan de convencerme, y aunque ella haya dicho que todo lo que sé hasta ahora es todo lo que necesito saber, este vacío sigue ahí, siento que lo que ella me ha dicho, no es del todo cierto o completo. Tengo un presentimiento de que me oculta algo.

–Quizá si hubiera actuado antes... Si no la hubiera escuchado no estaríamos aquí –

Noté como Jo se pasaba frustradamente las manos por su cabello –Ya no hay nada que hacer... Solo aceptarlo – aunque me escuchaba ligeramente más tranquila y despreocupada aun en mi interior había una batalla por intentar hacerme la fuerte.

Hasta hace unas horas estaba llorando sin ningún impedimento en el aeropuerto de Londres, y es que a mi madre, por tercera vez se le dio la gana de mudarse de un momento a otro. Es algo que prácticamente ya no me sorprende del todo, Cuando salí del hospital, nos fuimos a vivir con un hermano de mi madre, que por cierto, era un hombre insoportable y de un carácter muy especial.
Cuando cumplí los 7 años ella ya estaba casada con un hombre en Nueva York, del que se separó al año, posteriormente cuando yo pasaba los 9 años se casó de nuevo, esta vez con un sujeto millonario de California, con el que solo estuvo unos cuantos meses para después mudarse a Inglaterra donde nuevamente contrajo matrimonio con Gerald, y sinceramente el único de mis "padrastros" con el que me llevaba bastante bien, al igual que con su hijo Brad, que siempre le agradeceré ayudarme a mejorar mi inglés casi a la perfección, ya que poseo descendencia mexicana y por supuesto hablo español. Realmente llegué a quererlos; casi tres años después, seguido de sacarme sin explicaciones de un internado para "señoritas" en en cual me inscribió en el último año, prácticamente me arrastró al aeropuerto, en el que apenas si logré ver a Gerald y Brad a través de la gente, sin lograr despedirme.

Ahora estamos en San Francisco, en una casa mas pequeñas de las que según mi madre "estamos acostumbradas"; por mi no hay problema en vivir en una casa modesta de una planta con dos habitaciones, un baño, cocina y sala en una sola habitación, un pequeño patio que da a la playa y el ático, que ahora es mi habitación.

–¿Te ayudo a desempacar?– finalmente Jo interrumpió el horrible silencio que se había formado.

–Uhmmm– sinceramente no me sentía con ánimos de hacer nada, el viaje y tanto llorar me había quitado todas las fuerzas.

–Ya entendí – se puso de pie y me miró –¿Y que dices de un helado?– me dijo con una sonrisa de lado.

–Jo... El helado no siempre es la solución–

–¿Eso es un no?–

Sonreí por debajo y me levanté hasta quedar a su lado,  pasó su brazo por mis hombros y bajamos para salir.

Probablemente lo mejor que me ha podido pasar hasta ahora es que Jo haya llegado a mi vida, tan solo era un chico de 14 años a cargo de una niña de 7 años, no me imagino lo que haya sentido en su momento, ya que cuando lo vi por primera vez hice un berrinche enorme de los que no hacia normalmente, me daba miedo siquiera mirarlo; Maribel estaba demasiado "ocupada" así que contrato un guardaespaldas para mí, que más que eso era un niñero, Jo había estado en la academia militar y así fue como mi mamá lo encontró, en fin, tres horas después de que mi madre nos dejara solos, y ambos muriéramos de hambre, una pizza nos convirtió en los mejores amigos hasta ahora, 5 años después.
Si bien, él no me ha querido contar gran cosa acerca de su familia o de su infancia, hay algo que me hace confiar ciegamente en Jo, y quizá sea que es la única persona que me escucha, que me entiende y ha estado a mi lado pase lo que pase; en pocas palabras es mi cómplice, y lo quiero como si fuera mi hermano.

–¡El último en salir paga el helado!– Sin darme cuenta Jo salió corriendo hacía la calle y yo salí detrás de él, creo que parecíamos unos desquiciados.

...
–No es justo, sabes que eres más rápido– dije Apoyándome en mis rodillas e intentando recuperar el aliento

Jo solo se limito a reír y esperó a que me recuperara para entrar a la heladería.
Nos sentamos en una de las mesas para dos personas con sillas altas que se ajustaban a ésta.

–Debo ir al baño... Ya ordené, ahora vuelo– Jo se levantó y entró a uno de los baños del fondo.

Comencé a jugar con un adorno de la pequeña mesa redonda, cuando alguien colocó dos copas de helado de Napolitano para mí y Chocolate para Jo.

–Gracias– dirigí mi mirada a quien me atendió para agradecer; y vi los ojos azules más intensos y hermosos que alguna vez haya visto.

–Por nada – el chico que parecía de mi edad, me sonrió con cortesía y se alejó.




///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Nicole y Jo en multimedia.... (creo que quedo claro con los nombres... pero bueno)


Behind the GlassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora