p r ó l o g o

1K 86 14
                                    

Le pisaron la cabeza a la niña que tenía en la camilla delante de mí.

Era sábado festivo en Seúl y las calles, abarrotadas, llenas de personas listas para consumir hasta el último bitcoin que habían conseguido ahorrar durante semanas y semanas. No ocurría muy a menudo que en la ciudad había un festivo casi absoluto, así que aunque fuera poco lo que les sobrase, se lo gastaban en lo más novedoso, lo más caro, lo más actual, en las últimas tecnologías, en las nuevas mascotas. 

Una de aquellas mascotas había sido el problema esta vez. 

Entre el gentío que se había acumulado en una de las plazas de la ciudad, una mascota había saltado sin control encima de la niña. No conocía la historia intermedia, solo sabía que ahora se encontraba tumbada en la camilla esperando para entrar en quirófano, con un alto riesgo de perder facultades básicas como el habla, la vista... la vida.

Salí de la sala de reuniones con el estetoscopio colgando del cuello y las manos sudorosas. En el momento en el que las madres de la niña me vieron apartar la cortina que separaba aquella macabra escena del resto del pasillo hospitalario, una de ellas casi se echó a llorar. Se tapó la boca con unas manos rasgosas, arrugadas, tristes por el tiempo, afectadas por la desgracia que acababa de sufrir su hija. La otra mujer la tomó de la mano, acariciándola levemente, enviándole toda la calma que podía a la otra. Me sentí incómoda por presenciar un contacto tan íntimo como el que tuvieron cuando la mujer que le había dado la mano a la anterior besó su sien, arrullándola entre sus brazos, le susurró algo en el oído.

—Buenas tardes, soy la doctora Rae —Estreché sus manos, me dedicaron una pequeña reverencia. La mujer que se había encargado de consolar a la otra le dio un último abrazo y se separó un poco de la cama y de la niña, prestando más atención a lo que tenía que decir.

—Jun Doyeon —Señaló a la mujer que estaba acariciando el brazo de la niña— Kim Ae y nuestra hija, Kim Bin —Asentí, reverenciándome ante ambas.

—Gracias por haber sido pacientes y rellenar todo el papeleo necesario. El quirófano está ya listo para que empecemos la intervención. Me encargaré junto a un equipo de trece doctoras de que la operación salga tan bien como sea posible. Deben entender pero, que hay riesgos —Doyeon asintió, sorbiéndose la nariz. Aunque no lo pareciera, la rojez alrededor de sus ojos y la sequedad de su boca indicaban que había estado llorando tan o más que Ae, y lo entendía perfectamente— Es una operación complicada.

Fui cortada por la celadora pertinente a Bin, quién iba a llevársela a la sala de operaciones. Ambas madres se despidieron débilmente de su hija y pocos segundos después de reconfortarse volvieron a mí. 

—Vamos a reconstruir tan bien como nos sea posible la parte que fue dañada del cerebro al ser aplastada por la fractura craneal. Por suerte es una zona bastante pequeña la que ha salido perjudicada, comparada con la que podría haberse deshecho realmente por la herida. Extraeremos el hueso incrustado y nos aseguraremos de reemplazarlo correctamente y en su sitio por uno de los más innovadores diseños que las impresoras 3d de última generación nos permiten realizar. Lastimosamente, vamos a tener que raparle el pelo a su hija para realizar la intervención evitando al máximo microorganismos que podrían complicar el proceso de recuperación —Me acerqué a ellas y pasé mis manos por uno de los brazos de ambas, intentando brindarles confort— Haremos todo y más de lo que esté en nuestras manos para que vuestra hija vuelva a ser la que era antes del accidente, pero tienen que saber que aunque la tecnología nos haga fuertes, la salud humana sigue siendo un aspecto tan frágil que en operaciones tan delicadas como esta, hay riesgos. Su hija podría quedar en estado vegetativo si sale mal.

Respiraron profundamente a la vez. No me moví de su lado cuando Doyeon secó la lágrima que caía por su mejilla.

—Gracias doctora, confiamos en que harán todo lo posible.

Asentí melancólica y dejándolas a ambas con nuestra orientadora en servicios sociales, quién iba a encargarse a partir de ahora de los trámites legales, corrí hasta el quirófano para empezar lo que iba a ser una de las operaciones más largas que jamás habría asistido.

**

Me estiré fuertemente al cruzar las puertas del hospital dieciséis horas después de haber establecido aquella conversación con Doyeon y Ae. 

La operación había sido un éxito, solo faltaba esperar a ver cómo sanaba la pequeña.

Encendí el teléfono y vi la hora, ya eran las dos de la mañana. Hoy era mi cumpleaños y cumplía ya veinticuatro. 

Miré las veinte llamadas que residían en mi teléfono, algunas de compañeras de trabajo, alguna amiga, pero la mayoría, era de mi familia. Sonreí contra la luz del móvil al ver la foto que me habían mandado, felicitándome. Salía mi hermana dedicándome un pequeño corazón con su mano y dejándome claro que aunque tuviera que trabajar hasta tarde, iban a visitarme a la mañana siguiente y querían verme despierta a las nueve para poder ir a desayunar por ahí y celebrar que veinticuatro años no se cumplían todos los días. 

Llegué al apartamento diez minutos después de haber salido del hospital y sin siquiera plantearme que debía limpiarme la cara, peinarme o cenar ya que no había comido nada des de la una del mediodía, me puse el pijama y me tumbé en la cama, exhausta por todo el trabajo del día. 

Aquella noche soñé con las mascotas, con aquellas que servían como compañía para las niñas, con aquellas que servían para divertirse durante las noches en sitios de mala reputación en los que rezumaban enfermedades que nadie tenía ganas de contraer. 

Soñé con que eran algo más que mascotas, como en el pasado, algo más que un simple algo, alguien en medio de una sociedad de femmes*. 

Hombres.

-------------------

*femmes: mujeres.

Y ya estará lmao.

ESto será una distopía bastante turbia, lo que creo que será una crítica bastante dura a nuestra sociedad actual, no solo por ambos géneros, sino por las injusticias que existen y que deberían algún día poder cambiarse, para mostrar la ridiculez de algunos de los actos que hemos cometido y cometemos los humanos.

Espero haber sido suficientemente clara sobre cómo va a ir esta historia en el prólogo, si no, lo iréis viendo a medida que pasen los capítulos, don't worry. Also, disculpadme por faltas de ortografía y etc.

Es la primera vez que escribo una historia con este men, así que dadle amor, votad, comentad y todas esas cosas si queréis :)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Es la primera vez que escribo una historia con este men, así que dadle amor, votad, comentad y todas esas cosas si queréis :)

Love u♥











Femme ✥ Knj ⁑Where stories live. Discover now