Las páginas debajo del umbral

Cenizas

        Su tranquilidad cae en cenizas sobre la oscura y empolvada madera. La tenue brasa que palpita por la voluntad de suspirar. Un sollozo que traza el camino cuando el extraviado deambula entre las aguas de la desesperación. Su cabeza, presa de las penas; su cuerpo, sujeto por las cadenas de la culpa. Se desola así mismo bajo la luminiscencia proveniente de un neblinoso día a través de aquella ventana. Dudoso de la realidad y resentido de la soledad, camina por los gélidos pasillos que su desamparo le ofrece. Vaga por un mundo lleno de oportunidades disfrazadas de catástrofes. Un mundo que alaba la compañía, pero que al mirar alrededor en un momento de soledad, solo lleva aquel álgido pero familiar toque cada vez más profundo en las brasas que un día la esperanza formó. Y aunque las ascuas brillen cálidas; recorren un camino que las lleva cada vez más cerca de la extinción, y así solo ser recordadas como cenizas.