La puerta

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         Aquel camino de piedra labrada llegaba hasta los pies de ese enorme portón oculto entre la tiniebla. Caminaron llenos de ansia los tres peones hasta llegar a sentir la presencia de aquel frío y oscuro acero al final del pasillo. ¿Abrir?, ¿Cerrar?, ¿Volver? Las preguntas invaden y cegaban sus mentes como la abrumadora neblina en las montañas. El soldado más joven suspiró entre lágrimas; sollozando mientras se movía, tomó la manija de la enorme puerta de acero, y esta se abrió lentamente y sin esfuerzo; como si hubiera estado esperando la llegada de los peones. Aquel temeroso muchacho cruzó la puerta. No hubo gritos ni sollozos; solo un lúgubre y sofocante silencio para los otros peones encerrados en tal álgido y tétrico pasillo. ¿Vida o muerte?, ¿Cara o cruz?

Las páginas debajo del umbralWhere stories live. Discover now