Introducción

8 0 0
                                    

Hoy he tomado una decisión, inconscientemente, pero la he tomado. Tras algunos acontecimientos y por razones que hasta no se me hacen lógicas personas a quien he expresado mi desagrado hacia sus acciones hacia mi persona se han ofendido conmigo. Y por algún tipo de iluminación mística o infernal comencé a eliminar cualquier persona que podría llegar a ser una sobra en mis redes sociales. Esas personas con quienes no hablamos, que tenemos por compromiso, que conservamos por nostalgia de lo que alguna vez fueron en nuestras vidas: adiós.

Pueden tomarlo como despecho, bronca o prevención. Ya que, en esta era, como quienes crecimos es ella sabemos, las redes son muy importantes y cualquier cosa que pongas en ella puede explotar de la manera que sea y no necesariamente porque sea material explosivo. Simplemente porque están todos desquiciados, y, lo he comprobado.

Cuando terminé de hacer la "limpieza de contactos", como se suele llamar, comprendí que mis redes quedaron obsoletas.

De cientos de "amigos" en Facebook y personas que sigo quedaron menos de cien, para ser más específicos en la primera red nombrada me quedaron tan sólo setenta y ocho "amigos".

No hay más que familia, mis pocos amigos y algún que otro simpatizante o ser de nostalgia que todavía no supero.

No hay compañeros de colegio del pasado, no hay ex compañeros de trabajo, no hay ex amigos, no hay conocidos, no hay. No hay con quien interactuar.

Y es porque las redes se inventaron para unir a quienes no tienen espacio-tiempo para compartir, pero, al quedar mis seres con quien sí tengo o puedo, mi Facebook no sirve. Mi Twitter no sirve. Las dos aplicaciones más fundamentales en mi día a día NO SIRVEN.

Y esa afirmación parece nueva, como si mi Facebook hubiera servido antes, pero no. Nunca sirvió, más que como un almacenaje y un depósito de ideas que con los días van dejando de estar. Ya no hay nada y es irreversible porque no eliminé mi cuenta temporalmente o dejé de usarlo por un tiempo. Elimine el relleno de lo que lo hacía funcional, pero esas cosas no se recuperan. Primero porque no pienso volver a agregar a nadie de esas personas, segundo porque no quiero y tercero porque si eliminas a alguien, a menos de que vaya con un texto de disculpas, no te aceptan de nuevo, además de que deshabilite la posibilidad de agregarme así que, es el fin.

No importan las razones, no importa quienes, no importa nada, porque ya no pueden verme ni yo a ellos, como dicen cuando no tenés uso de redes, no existen ni existo. Mis momentos de ocio han quedado vacíos y pienso hacer un seguimiento de ello porque me parece completamente interesante la idea de que de la nada y por pura inercia, sin el objetivo de, me quedé sin contactos o entretenimiento social virtual y, eso, es todo un reto para alguien de mi generación.

Sin embargo, aunque a duras penas por no saber qué hacer con esos momentos de ocio, siento calma, alivio y tranquilidad. No más problemas políticos, no más ofensas sobre mis pensamientos, no más gente metiéndose en mi perfil para saber cosas que ni yo sé, no más el feliz cumpleaños de esa persona que no te importa y el "copy paste" de agradecimiento. No más responsabilidad social irracional-virtual.

Aunque sigo usando el servicio ya no tiene efecto, ya no tiene fin. ¿Quién sabrá de qué se trata todo eso en realidad? Pues ahora sabré, al menos, de qué se trataba para mí y si estoy lista para soltar todo ese mundo falso de compañía y unión.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 04, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Diario de una Millenial sin Facebook.Where stories live. Discover now