Chocolate Y Una Muestra.

495 30 3
                                    

Son las 5 de la tarde en Hillwood, un lugar tranquilo con tardes tranquilas. A lo lejos se oye el grito del Hombre Mono y mucha gente sonríe. En las noticias de las 3 se anunció que el Hombre del Pórtico había llegado a Asia por fin.

Brainy estaba en la oficina afueras de la ciudad.

Helga estaba en el muelle con su padre.

Phoebe terminaba la tarea mientras Gerald le hablaba por videollamada.

Arnold ya estaba en el laboratorio con su madre, tenía que ir por Azul en media hora para irse a vestir y luego regresar a la escuela.

El paso del tiempo también cobro factura en la ciudad, los parques gritaban nostalgia, el Campo Gerald casi siempre abandonado, pero eso si, limpio le sonreía a todos cuando pasaban por ahí. Si hacemos un recorrido podemos pasar por la carnicería del Sr. Green pero no lo encontraremos ahí, después de darsela a Harold se fue a vivir a Florida donde disfruta sus días en la playa asoleandose, luego vamos a un consultorio dental, Curly espera su paciente, quien diría que permitirían a Curly ser dentista, algunos niños lloraban antes de entrar, la gran sonrisa de Curly ahuyentaba hasta a los más grandes. Vamos caminando por las casas, una casa de huéspedes muy linda tiene un letrero sobre perros o algo así, el letrero nunca ha sido renovado, la Galletita del abuelo lo puso y no lo quiere cambiar. Pero sigamos, pasamos por la florería de Miss Vitello aunque conserva el mismo nombre todos saben que Sheena es la encargada del lugar. Pero la ciudad no es tan triste como suena, una tienda de ropa de lujo se abre puertas junto al centro comercial.

Boutique Wellington

Entremos.

-¡Cokkie! Por el amor a todos los dioses del Olimpo. ¿Qué rayos haces con ese chaleco? -

-Señorita, yo, yo... - la joven trataba de hablar.

-Tu nada, llevalo atrás es horrible. -

-Pero, señorita, su madre me dijo que lo pusiera en rebaja en un lugar visible. -

-Mi madre no sabe nada de esto. A demás es mi boutique. Has lo que digo. -

-Si, señorita. - dice la empleada.

Salgamos de este elegante recinto para ir a la Universidad de Hillwood, un pequeño lugar al oeste de la carretera. Un joven universitario sale de ahí a esta hora, prometió a su madre ir al recital de los niños de primaria y ya se le hizo tarde.

Ha llegado a la fábrica de Chocolates y ha visto a su madre.

-Hijo, ya es tarde, sube al auto y esperame un momento. -

-Si, madre. - respondió metiendose en la parte trasera de la limusina.

El joven del que hablamos lleva pantalones negros a la medida, una camisa de manga corta roja con tonos negros y unos tenis desgastados, un corte moderno y una pequeña barba de tres días, es muy atractivo y tiene unos ojos penetrantes y audaces. Tal vez lo conozcan, de niño fue llamado 'Niño Chocolate' sobrenombre que aún usa su maestra de biología, la señorita Robinson del cual él esta ligeramente enamorado.

-¿Cómo te fue hoy? - pregunta la señora Tremblay a su hijo mientras revisa sus mensajes en el celular.

-De maravilla, he sacado un cien en matemáticas y me aprobaron para un curso de francés totalmente gratuito. -

-Felicidades.-

-Madre. Hoy después del recital me encantaría ir con Lisa a cenar, he ahorrado suficiente para ir al Chez Paris.-dice emocionado.

-Hoy no. Después del recital iremos a cenar con tu padre. -

-¿Cuándo llegó? -

-En la madrugada de hoy. -

Regresando A Hillwood.Where stories live. Discover now