Regresando A Hillwood.

Pijamada.

Helga estaba sentada en la cocina viendo a la nada. Esperando y pensando.

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Phoebe tomaba un taxi hacía casa de su mejor amiga.

-¿Seguro que no vas? - le dijo en la ventanilla a su prometido.

-No me siento muy cómodo con ella y Brainy. Saludamelos y diles... -

-Hay me inventare algo. Cierra bien.-

-Llamame cuando llegues y llamame cuando vayas a regresar. -

-Si. Te amo. -

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Arnold se cubrió y se dirigió a casa de la rubia.

Al llegar espero, le daba miedo que Bob abriera así que mejor la llamó por teléfono.

-¿Arnold? Tu carta...-

-Estoy afuera de tu casa. -

Ella le abrió y a él le tomó un momento hablar. Helga se había vestido con una bella blusa blanca y un pantalón capri negro.

¿No se pudo poner fea? No, claro que no es una broma del destino, mi ex aparece después de tanto y esta más que ardiente.

-Helga, hola. -

-Pasa, cabezón, hay frío. - ella entró y él la siguió.

Arnold se quito su chaqueta quedándose con su camisa de manga corta a cuadros roja y sus pantalones de mezclilla azules. Se revolvió el cabello y echo una mirada a la casa de su ex. No había cambiado mucho. Helga lo guió a la cocina y le indicó que se sentara.

-¿Has cenado ya? - dijo parada todavía.

-Huele delicioso lo que sea que cenarás pero lamentablemente ya cene antes de venir. -

-Ok. - se sentó y lo observó.

-Helga... -

-¿Café? -

-No, gracias, no me gusta. -

-Ya veo. -

-¿Tu...? -

-¿Cómo te hiciste esa cicatriz? -

Señalaba con la vista a la de su brazo.

-Una aventura con Harold y los chicos, un tipo vendía carne echada a perder. -

-Ya veo... -

-Helga. -

-Arnoldo... - suspiro -¿Has leído la tuya? -

-No, no me sentí con fuerzas y no quería que Azul la viera. -

-¿Y a donde le dijiste que ibas? -

-Le dije que Gerald tenía un problema. -

-Una relación a base de mentiras termina mal, cabeza de balón. -

-Pequeñas mentiras para solventar su paz, no le veo nada de malo.-dijo rodando los ojos.

-Bueno, no sé mucho de eso... - dijo con una sonrisa sarcástica.

Arnold estaba a punto de contestar cuando escucharon el timbre.

-Debe ser Brayni, espera un momento. -

Helga abrió y su amiga japonesa la esperaba.

-¡Buenas noches, Helga! - dijo abrazandola.

-Phoebs, hola... Te me habías olvidado. - dijo haciéndola pasar.