❝ Todos sabemos que los girasoles buscan la luz del sol.
Lo que no sabemos es que en días nublados se miran buscando la energía del otro.
Es la misma naturaleza la que nos enseña que si no tenemos sol todos los días,
𝕟𝕠𝕤 𝕥𝕖𝕟𝕖𝕞𝕠𝕤 𝕖𝕝 𝕦�...
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O l i v i a.
El olor a pastel y café abrió mi apetito automáticamente cuando me adentre a la cafetería. Ya se hacían tres semanas aquí en Japón y hoy era mi ultimo día.
Eran exactamente las 8am y dentro de dos horas salia mi vuelo hacia Rusia, Sarátov. Volvería por un tiempo a casa a ver a mi tía, Grace y mi prima, Jenna. Eran mas como una madre y una hermana para mí, crecí junto a ellas en parte de mi adolescencia y aprendí demasiadas cosas. Jenna había terminado sus estudios y era fotógrafa, tal como yo se la pasaba de viaje en viaje promocionando marcas importantes de ropa con sus fotografías.
Por su lado mi tía Grace era medica, ella y mi madre cortaron todo tipo de relación el dia que mis padres se casaron. Mi padre aisló a mi madre de todo tipo de relación sea de amistad o de su propia familia.
Ellas eran hermanas muy unidas, confidentes y mejores amigas pero eso se destruyo el dia que mi madre dio el si con aquel hombre, Grace se llevo a su pequeña Jenna a vivir a Rusia donde empezarían una vida tranquila desde cero, ella siendo madre soltera buscaba lo mejor para su hija.
Al tiempo de enterarse todo lo sucedido conmigo mi tía no dudo en abrirme las puertas de su casa y tratarme como su propia hija.
La cafetería en la que estaba tenia como temática Alicia en el País de las Maravillas, tome algunas fotos de las decoraciones y pedí un café junto a una galleta de la fortuna que venia de regalo junto a este.
Mi celular comenzó a vibrar y mi sonrisa apareció cuando la pantalla se ilumino y el nombre "Calum" apareció junto a un imagen de él bastante patética.
Acepte la videollamada y coloque el celular frente a mi sosteniéndolo con un porta-servilletas a la vez que colocaba mis auriculares.
—Ashton ¿Que cojones haces?—Solté una carcajada al ver al morocho con su ceño fruncido y el al escucharme volvió su atención al celular.—Oh, lo siento, Ash no deja en paz a Duke.
—¿Quien es Duke?
—Mi perro.—aclaro el y asentí con una sonrisa, me acomode en el asiento y una vez que me trajeron mi café tome un sorbo de el.—¿Como has estado? ¿En que andas?
—Estoy bien, hoy es mi ultimo día aquí. Vuelvo a Rusia.—aclare mi garganta.
