Capítulo 9: Nuevas Rutinas, Viejos Recuerdos

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*No One POV*

Alice odiaba su nueva rutina. Odiaba tener que desayunar rodeada de Mortífagos que le hacían reverencias cada vez que la veían. Odiaba ser convocada a las reuniones sobre tácticas para encontrar a Harry. Odiaba tener que pasar las tardes encerrada. Odiaba las charlas con Bellatrix, quien parecía estar comprobando que la chica fuese más Classidy que Moon. Odiaba que, cuando decidió que lo era, la tomó como su protegida y comenzó a darle sesiones de entrenamiento en los jardines. Odiaba tener que cenar con los Malfoy y los Black, sintiendo los ojos de Draco clavados en ella. Odiaba que Pardalis no pudiera alejarse de los límites de la Mansión. Por sobre todas las cosas, odiaba saber que si no estaba en la Mansión y si no cumplía con lo que Voldemort le pedía su sacrificio habría sido en vano. Al menos Jules y Kathe estaban a salvo.

-¿Alice?

La voz de Narcissa llegó del otro lado de la puerta. Le habían preparado una hermosa habitación en el segundo piso, donde los Mortífagos no la molestarían, y le habían asignado un elfo. Fillius le avisaba cuando la cena estaba lista o cuando necesitaban sus poderes en las reuniones. Los Malfoy también le habían conseguido ropa y calzado más apropiado para vivir en la Mansión, aunque Ali casi no los usaba.

-¿Si?

Narcissa asomó su cabeza por la puerta antes de entrar. Se sentó en el borde de la cama mientras Ali se giraba para mirarla desde su asiento en la ventana.

-Quería saber como te encontrabas, no tuvimos tiempo de charlar desde que llegaste.

Alice podía odiar muchas cosas de la Mansión, pero Narcissa Malfoy no era una de ellas. La mujer le transmitía una cierta sensación de paz y sabía que su madre confiaba en ella.

-Bueno, estoy mejor que hace dos semanas. Me estoy adaptando a todo esto- respondió la chica, encogiéndose un poco de hombros.

-¿Ya hablaste con Draco?- ante la negativa de Alice, Narcissa hizo una mueca- Se muere de ganas de hablar contigo pero sigue murmurando que quiere darte tu espacio y respetar tus tiempos.

Moon no dijo nada y Cissy entendió que debía ayudar a los dos adolescentes.

-Tendremos un baile de Navidad en unos días, es la ocasión perfecta para pasar un tiempo a solas y ponerse al día. Vendrán Mortífagos y funcionarios del Ministerio, pero estarán más ocupados en el whisky de fuego y en la comida que en un par de adolescentes.- Narcissa se levantó de la cama.- No estoy diciendo que debes asistir obligatoriamente y hablar con mi hijo. Pero tal vez te sirva para despejar un poco tu mente y aclarar un par de cosas.

Alice asintió y la mujer comenzó a caminar en dirección a la puerta. Se detuvo con la mano en el picaporte.

-Si sirve de algo, lamento mucho lo que le pasó a tu abuela. De verdad esperaba que no te encontraran, merecías poder elegir tu propio bando como lo hicieron tus padres. 

-Gracias. Si sirve de algo.

Narcissa sonrió antes de salir de la habitación y dejar a Ali sola con sus pensamientos una vez más. Bajó las escaleras lista para salir a comprar un vestido adecuado para Alice sin notar que la puerta de la habitación de su hijo estaba entreabierta.

Draco no podía evitar preguntarse que hacía su madre en la pieza de Moon. Había querido espiarlas, pero no parecía lo correcto y tampoco era fácil con tanta gente en la Mansión. Malfoy cerró la puerta y se sentó en un sillón negro, tomando el libro que había dejado ahí minutos atrás. La encuadernación era vieja y su contenido era sobre Astronomía, pero eso no era lo importante. No, lo importante era el nombre en letras doradas que anunciaba que su dueña había sido Alice Moon.

Dijiste que me amabas.

Draco apretó en libro en sus manos. Deseaba, mas que nada en el mundo, hablar con la chica pero la última vez que habían intercambiado palabras no había salido nada bien. Cerró los ojos mientras apoyaba la cabeza en el respaldo del sillón, intentando alejar los recuerdos. Pero nadie escapa de su propia mente.

-Alice.

-¡No! Necesito que me dejes ir. Necesito que me dejes dejarte ir.

-Pero...

Alice negó con la cabeza, intentando con todas sus fuerzas evitar los ojos llorosos de Draco.

-Nada cambió. Nada va a cambiar hasta que la guerra termine.

-Todo lo que escribiste, ¿era mentira?- preguntó Malfoy, intentando con todas sus fuerzas no quebrarse y llorar.- Todos los corazones, las palabras hermosas, todo lo que dijiste sentir, ¿era mentira Ali?

La chica no contestó, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas y un nudo se formaba en su garganta. Bajó la cabeza para observar el suelo, porque mirar al rubio dolía casi tanto como ser torturada por Voldemort.

-Dijiste que me amabas. ¡Lo dijiste Alice! ¿Era mentira?

Moon se quedó callada, miles de pensamientos cruzando su mente a la vez. Intentaba ignorar cada célula de su cuerpo que gritaba por Draco, por sus abrazos, sus besos y su amor. Pero nada había cambiado y las pocas células racionales que le quedaban se encargaron de recordárselo.

-¿LO ERA?

El grito de Draco la devolvió a la realidad. Respiró hondo, aclarando un poco su mente y finalmente lo miró. 

-Sí. Era mentira, Malfoy.

Unos segundos en silencio pasaron mientras ambos asimilaban las palabras pronunciadas.

-No. NO.- Draco dio un paso hacia Alice, ignorando el uso de su apellido. Odiaba que ella lo llamara por su apellido y la chica lo sabía. Él se lo había dicho en su libro. ¿Porqué lo usaba? ¿Porqué...?- Dijiste que me amabas.

-Bueno, ya no lo hago- susurró la Ravenclaw, pero el rubia la ignoró.

-Y te dije que te amo.

-Desearía que no lo hicieras, Malfoy.

Draco la tomó por los hombros, acercando sus frentes y dispuesto a sacudirla hasta que entrara en razón, si es que era necesario.

-No lo dices en serio.

-Lo hago- respondió Ali y dio un paso atrás, alejándose del agarre del Slytherin. Y, tal como había hecho antes, se alejó de Draco ignorando el dolor en su corazón y nunca mirando atrás. Porque nada había cambiado, nada cambiaría por un tiempo y era mucho mejor perder a Draco ahora que en medio de la guerra. 

Draco comenzó a correr hacia su sala, con lágrimas rodando por sus mejillas y preguntándose una vez más porque no había luchado por Ali. Cuando se encerró en su habitación, deseó que al menos fuera más fácil dejar ir a alguien que amas.

Draco abrió los ojos al sentir algo húmedo recorrer sus mejillas. Maldijo por lo bajo al reconocer que eran lágrimas y miró al libro con resentimiento. Recordaba muy bien haber querido tirar el objeto en medio del lago. Pero no pudo hacerlo. Después de todos estos meses y aún no podía separarse del maldito libro. Porque contenía información de Ali, porque era donde la chica había dibujado corazones para él, donde le había prometido no llamarlo por su apellido de nuevo, porque era el favorito de la Ravenclaw. Y, por sobre todo, porque era la única prueba que tenía Draco de que Alice lo había amado.

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Interacciones entre nuestros amantes shakespireanos en el próximo capítulo. O tal vez solamente un baile elegante, comida de ricos y dos adolescentes orgullosos evitándose el uno al otro hasta que alguien los encierre en una pieza para que se arreglen. 

Espero que les guste, gracias por leer :)

Intercambio de Casa {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora