ROXANNE. /lesbian

FIRST REAL LOVE

Subimos en completo silencio hasta la puerta que daba a la entrada de la habitación de Roxanne y la rubia me miró fijamente a los ojos mientras que me indicaba con una de sus manos que esperara un momento.

Entró a su cuarto y cerró la puerta detrás de sí, por lo que no pude ver nada de su interior.

O al menos todavía.

Empecé a pensar en la cantidad de cosas que había sucedido en menos de veinticuatro horas y me llevé ambas de mis manos a los bolsillos traseros de mi pantalón.

Primero estaba Jo, quien me había dejado sola prácticamente nada más entrar en la casa de Carol y no hubiera dado más señales de vida aparte de cuando entró momentáneamente en la habitación con un chico colgado de su brazo.

Después el hecho de que Roxanne se declarara ante mí, me invitara a un café, se abriera ante mí y por último me pidiera ser su novia.

Una sonrisa tonta y un pequeño escalofrío surcaron mi cuerpo al recordar los besos que Roxanne había estado depositando sobre mis labios durante las últimas horas.

Antes que pudiera seguir fantaseando con la rubia, la puerta que se encontraba en frente de mí se abrió y tras ella apareció una Roxanne vestida con unos pantalones negros de chándal y una camiseta lisa blanca, dándome a entender que ya no íbamos a salir de su casa.

- Adelante, señorita.

Crucé por el umbral de la puerta y al instante noté el olor de un incienso de vainilla que impregnaba toda la sala.

Roxanne cerró la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido y así no despertar a sus padres, y después se acercó a mí lentamente.

De improvisto, la rubia pasó ambos de sus brazos por detrás de mi espalda y me pegó hacia su cuerpo, haciendo que nuestros cuerpos volvieran a estar juntos de nuevo.

- Sigo sin creerme lo que está pasando.

Miré su rostro apoyando parte del mío en su hombro, contemplando cómo sus labios se movían, como si de cámara lenta se tratase.

- ¿Por qué lo dices? -pregunté.

- Hace menos de un día te estaba mandando mensajes casi amenazándote -contestó.- Aunque quiero que sepas que eso lo hice obligada, que no se te olvide.

Me reí mientras pasaba una de mis manos por la espalda de Roxanne hasta que un detalle me hizo detenerme casi al instante.

Roxanne ya no llevaba puesto el sujetador.

- ¿Qué pasa? -preguntó de repente.- ¿Por qué has parado? Me estaba gustando...

Mis mejillas empezaron a arder a medida que el tiempo seguía pasando y nuestros cuerpos se quedaban incluso con menos espacio entre ellos.

Negué con la cabeza en su dirección varias veces e intenté separarme de ella, aunque mi intento se vio fallido.

La rubia me agarró suavemente de la muñeca derecha y me atrajo de nuevo hacia sí.

- ¿Qué te pasa? -cuestionó buscando mis ojos.

- No llevas sujetador... -susurré, casi de una manera inaudible.

Roxanne acercó su rostro al mio peligrosamente y me sobresalté.

- Creo que ya sé que pasa.

Arqueé una de sus cejas debido a su rápida conclusión.

Lo siguiente que recuerdo es apartar la mirada y mis mejillas arder de nuevo.

- ¿A qué era eso?