¡EL VERDADERO ENTRENAMIENTO COMIENZA!

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Hemos caminado durante tres minutos bajo este terrible sol, no puedo creer lo que diré pero extraño a esos dos lunáticos.

Después del encuentro amistoso se presentó en el campamento, Dalius y Mirty fueron regañados pero no fue nada serio. Al final de cuentas escuché cuales eran los verdaderos motivos que tenían, ellos querían volvernos más poderosos con entrenamientos extremos, dijeron que esa era la única posibilidad que teníamos para poder hacerle frente a las demás aldeas.

— ¿Están cansados? —dice Eolo viéndonos de pies a cabeza —. Con ese pesimismo no podrán ganar.

Seguimos caminando, iba detrás de todos los demás porque sinceramente ya no podía dar un paso más. Libis se para de golpe, los demás tampoco avanzaban ¿Ahora qué sucede?

— ¿Qué haces aquí? —pregunta Eolo confundido, había alguien más pero no alcanzaba a ver quién era.

— Me haré cargo de su entrenamiento, ambos sabemos que no mejorará nunca estando aquí —esa voz... ya la había escuchado antes.

— Pero...

Los demás abren camino a la persona que se dirigía a mí, veo nuevamente su cara y sin duda se trata de Corus. El aceptó entrenarme.

— El insistió, Además Alaric está de acuerdo —se acercó a mí con una sonrisa y puso su hombro sobre mi cabeza —. ¿Nos vamos?

— Pero... no te lo puedes llevar así nada más... tenemos que avisar al señor Amos que es tutor de...

— ¿Listo? —Pregunta sujetándome el hombro derecho, lo siento Cecias pero yo también necesito avanzar y cuando nos veamos en el Juego te juró que no seré un estorbo.

— Sí —dije mirando a mis compañeros, deben de estar confundidos con lo que está pasando.

Ellos desaparecieron, sentí lo mismo que la vez pasada como si una fuerza me jalase a otro sitio. Aparecimos en la Aldea, justamente frente al templo del viento pero... ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

— No te preocupes, es normal que sientas extraño al principio pero después te puedes acostumbrar a la técnica de traslado —dice dándome unas palmadas en la espalda —. Sígueme.

Nunca había entrado al templo del viento es muy grande y bonito, habían pinturas de los fundadores, eso debió ser hace muchos años. Subimos las escaleras hasta llegar a una grande puerta de madera.

— Espera Aquí afuera —dice abriendo la puerta de madera, quedándome atrás. Al fin comenzará el verdadero entrenamiento para mí, espero que sea haya tomado la mejor decisión.

Pasó casi cinco minutos desde que Corus entro a esa habitación, estaba desesperado, me acerque a escuchar detrás de la enorme puerta de madera, escuché su voz y también la de alguien más, parecían estar discutiendo.

— En realidad crees que serás capaz de controlarlo, los protectores oscuros están detrás de ese chico ya que es el elegido ¿podrás garantizar que no sucederá nada? —era una voz que también se me hacía familiar pero no puedo recordar quien es.

— Usted no se preocupe que yo me encargaré —dice Corus —. Juró que lo protegeré por el bien de la Aldea.

— Más bien del mundo... —escuché decir a la otra persona —. Sí llegan a atraparlo, estaremos perdidos.

La conversación había acabado, la puerta se abre golpeando mi cabeza. Me quedó viendo fijamente, que vergüenza.

— ¿Qué haces aquí? —pregunta Corus —. No debes escuchar conversaciones ajenas.

EL JUEGO DEL GUARDIÁNWhere stories live. Discover now