chapter one

27 1 0
                                    

EL SUEÑO

Caminaba por los pasillos de una extraña casa; habían cuadros de la familia Potter-Weasley. Tenía un miedo horrible. Temblaba.

Seguí caminando sin saber que hacer. 

«Nada malo pasará», fue el pensamiento que me tranquilizo un poco.

Oí voces de un lugar. Y nnn. Habían muchos chicos, incluso algunos que no conocía. Albus Potter estaba allí. Con una chica en su espalda.

¿Quién será? ¿Alguien de su familia? 

Habían varias personas a su alrededor, cosa que hizo que mi mente hiciera boom. 

Pero, algo me hizo detenerme.

Esa chica...

Era yo.

Y luego, los dos chicos que estaban ahí, se besaron. Yo y Albus. Nos estábamos besando. Yo y un completo extraño... 

Me empecé a alejar lentamente... 

Me desperté sobresaltada. Tenía sudor frío por todo el cuerpo. Tenía ganas de seguir durmiendo, pero no tenía sueño... Al igual que en el sueño, tenía miedo. Mucho miedo. Solté un suspiro al notar que estaba en mi cama.

―Conchetumare ―susurré, dando media vuelta para volver a dormir. Sin embargo, no pude.

A la mañana siguiente, me levanté y me miré al espejo, tenía grandes obras ojeras por no dormir nada. Suspiré y me metí a la ducha. Me vestí así:

Caminé por toda mi habitación sin ganas de bajar a desayunar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminé por toda mi habitación sin ganas de bajar a desayunar. No vi el reloj de mi habitación en un largo rato, pero cuando lo hice, me di cuenta que eran las seis de la mañana. Rayos. ¿Qué tan temprano me había levantado? Solté un gruñido y me senté en mi cama. Debían de haber sido las cinco de la mañana cuando me desperté. Me levanté de mi cama y salí a caminar, hasta que llegué a donde guardábamos las maletas. Tomé una y caminé hasta mi habitación. La llené de ropa, para darme cuenta que faltaban casi dos meses. Pero igualmente seguí guardando ropa. Si la quiero usar, la saco de la maleta. Es simple. 

«Si algo puede ser peor, es que mamá me castigue por hacer una maleta ―pensé―. Aunque si casi nunca nos habla, no creo que me castigue.» 

Era verdad. Se supone que teníamos una mamá pero creo que solo se daría cuenta que existimos si nos vamos del país. 

Cuando dieron las siete de la mañana, me levanté y bajé a desayunar. Me preparé un pan con mantequilla y un vaso de agua. Al terminar, Alex, Cepheus, Daniel y Helena bajaron a desayunar. Nos quedamos charlando hasta que me levanté de mi puesto y me fui a buscar mi mochila para irme al colegio. Tardé unos diez minutos en llegar a mi colegio y cuando llegué, entré al salón. 

―¡Selene! ―Era Camila―. ¡Tardaste mucho en llegar! 

―¡Camila! ―exclamé, abrazándola―. Tanto tiempo. 

―Nos vimos ayer, Lene ―repuso 

―Igualmente. 

Selene en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora