si pudiera, gritaría en esta página hasta que se me desgarrara la garganta.
pero no.
tengo que ahogarme con mi propio sonido.
¿Sabes? es horroroso tener que lidiar con tu propio eco.
¡Eco! ¡Eco! todo el mundo ha gritado dentro de una sala vacía y ha escuchado retornar su voz, como una cálida pelota de recuerdos efímeros.
pero
lo malo de estar vacío
es que el eco siempre está regresando hacia mi.
No hay nadie que lo escuche más que aquel que lo produce. Siempre.