2. Suga tampoco lo tiene tan claro

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Kageyama recoló a tiempo y se metió de nuevo en el aula de historia antes de que Oikawa se girase y lo viera. Con él, sería todo más problemático todavía. Si tenía que escoger entre él y los otros cinco, prefería los cinco. El profesor apareció un segundo después de entrar en el aula, y Kageyama tuvo que sentarse en el pupitre que antes había elegido por falta de sitios libres. Echó un vistazo rápido a los demás setter. Akaashi lo miraba en el fondo del aula, parecía entre curioso y preocupado. Ahí Kageyama se fijó en que no llevaba uniforme. Semi ponía en orden el material de clase, teniendo mucho cuidado en no arrugar ni tirar nada. Shirabu se veía algo aburrido, pero no más que Kenma, quién se sentaba en un rincón cubriéndose con el libro. Miya, delante de él, se volvió a reír.

-Pareces un conejito perdido por el campo. ¿Se te frustró el intento de huida?

-No soy un conejo -le dejó claro. Después, sacó su libro de historia y le echó un vistazo para ignorarlo.

-Chicos, chicas - habló el profesor. -Hoy empezamos un nuevo curso, así que la clase de hoy la dedicaremos a presentarnos y a conocernos. Soy el profesor Yamazaki, bienvenidos a mis clases de historia.

La clase transcurrió sin problemas, aunque en su turno de presentarse Kageyama se sintió muy observado. Por lo menos, el profesor no había tenido la idea de empezar a ponerlos en grupo y esas cosas, porque si le toca con uno de ellos, ya puede ir con cuidado.

Al finalizar la clase, Kageyama se fue corriendo antes de que uno de ellos le dijera algo. Por el pasillo no había rastro de Oikawa, y lo prefirió así pero por otra parte recordó algo. Él también tenía que pasar a recoger el equipo de laboratorio, así que se acercó al aula y se esperó a que no hubiera ni un alma ahí dentro.

Había acertado con la hora. Ahí no había nadie, y pudo entrar y buscar en las cajas de cartón que contenían el equipo necesario para los alumnos. Con suerte, todavía encontraría algo para él. Kageyama no se daba cuenta que parecía un ladrón, hurgando de ese modo. Poco le valió, encontró una caja nueva y se la llevó.

Al salir, por poco vuelve a chocarse con Akaashi. Tendrían que empezar a evitar pasar por delante de una puerta, porque era la segunda vez que evitaban un choque. Kageyama se sintió muy aliviado de ver que se trataba del pelinegro y no de otra persona menos deseada.

- ¿Qué hacías ahí? -preguntó Akaashi, observando la caja que se estaba llevando Kageyama.

-Es mi equipo de laboratorio -se defendió, para que no se pensara que estaba robando material.

-Oh, claro. Te he visto bastante tenso en clases.

-Puede ser...

-No voy a hacerte nada -le aseguró y Kageyama suspiró aliviado. Akaashi no parecía mentir, ni tampoco tenía un aura peligrosa. - ¿Tienes clase ahora?

Entonces, volvió a ponerse tenso porque si no se movía de ahí, llegaría tarde a su siguiente clase. Se despidió de Akaashi y cruzó el pasillo. Pero justo en medio de su caminata, vio a Oikawa subiendo las escaleras de enfrente y Kageyama dio media vuelta, regresando a dónde estaba Akaashi observando todo. Kageyama prefería hacer un recorrido más largo a no subir las escaleras con Oikawa.

Akaashi lo miró con expresión pasiva, de seguro estaba ya acostumbrado a comportamientos extraños así que Kageyama no tuvo que darle explicaciones. Esperó a perder a Oikawa de vista para volver a intentar subir y esta vez no se encontró con nadie desafortunado. Al entrar a clase, el profesor vino justo detrás de él y así se libró de quedarse fuera del aula por haber llegado tarde.

-Sentaos en parejas y hablad entre vosotros sobre literatura.

Esa fue toda la explicación que dio el profesor. De igual forma, Kageyama no tenía ganas de escucharlo.

PS: Pretty SetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora