Pertenecer.

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Lance amaba a Katie, de ello no había ninguna duda.

Katie amaba a Lance, de ello tampoco había duda.

Pasaron los días, aquellos momentos de llanto y dolor se volvieron un recuerdo, no lejano, pero si pasado, a veces Katie lloraba de noche, a veces Lance se desgarraba.

Pero seguían juntos.

Seguían juntos porque se amaban.

Se despidieron de sus amigos juntos, y les escribían, porque así querían, les mandaban cartas en vez de mensajes o correos, les mandaban fotos y cartas a la antigua, como si quisieran decirle con sus palabras que ellos también estaba físicamente a su lado, apoyándolos y amándolos incondicionalmente.

Entraron a la escuela juntos, hicieron nuevos amigos, hicieron nuevas relaciones, pero ambos eran una pareja todavía, y su relación era hermosa.

Como cualquier otra relación, había desacuerdos, peleaban, discutían, pero siempre regresaban a la playa y se turnaban para disculparse, para hacer las pases y para volver a amarse.

El día en que perdieron la virginidad.

Katie beso las muñecas de Lance, las beso como si su vida se fuera en ello, y lo beso a el como si quisiera quedarse sin labios, sin alma y sin corazón.

Lance beso a Katie, recordándole lo hermosa que era para el, acariciando cada curva y apreciando a la mujer que estaba entre sus sabanas como si fuera la obra de arte mas hermosa realizada por la mano de dios.

Sus labios iban de arriba abajo, contando las pecas que salpicaban la piel de su novia, y pensaba que las estrellas estaban con ella...impresas en ella, y que era perfecta, tan perfecta que el monstruo parecía ahora transformarse en un ave que revoloteaba insistente en su estomago moviéndose de un lado a otro tratando de ser liberada.

—Te amo. — Eso dijo, lo dijo entre besos, entre caricias, entre roces. —¿Estas segura de esto? — Pregunto, tímido, deseando una respuesta sincera.

Katie se ruborizó, porque joder, era hermoso...Lance era hermoso.

—Yo también te amo. — respondió, tomo una bocanada de aire y sus manos sujetaron el rostro de su novio, tratando de adquirir el valor para decir lo que deseaba decir su corazón —Estoy segura de esto, Lance. — respondió con honestidad y calma, bastante segura que jamás se arrepentiría de ello.

Hacer el amor, siempre les había parecido algo estúpido a ambos, ¿Cómo se podía hacer el amor en un acto sexual? Para ambos el sexo era solo sexo y ya.

Pero cuando lo hicieron, supieron, que no era solo sexo.

Era sexo pero con amor.

Mucho amor.

El sexo no dejaba de ser sexo, se hiciera con quien se hiciera, pero el amor...el amor solo se podía hacer entre ellos dos, esa noche hicieron el sexo con amor y a pesar de que sonara raro, les pareció hermoso.

Como Katie suspiraba, como Lance gruñía, el sonido de sus pieles rozando y chocando, las palabras cariñosas, todo era hermoso.

Katie sentía que Lance encajaba en todo sentido con ella, le gustaba acariciar su espalda, ver sus ojos y robar sus labios, le gustaba como decía su nombre, le gustaba como la besaba y la tocaba, le gustaba su delicadeza, la delicadeza que tenia con ella.

Katie sabia que Lance pensaba que ella no era delicada, era una chica fuerte, que no le gustaba ser subestimada, cargaba cosas pesadas, subía árboles, corría y gritaba, amaba los exámenes y se metía en peleas, pero aun asi, Lance la trataba como si fuera porcelana, y esa noche se lo volvió a demostrar.

Y le gusto.

Le encanto que su novio a pesar de todo, jamás olvidara que ella era una chica.

Y le encanto que Lance fuera suyo.

No pensaron en Allura, ni en sus amigos, ni en su familia.

Solo pensaron el uno en el otro.

Solo se amaron y ya.

Cuando terminaron, Lance arropo a Pidge, ella lo dejo descansar en su pecho, en silencio.

No necesitaban palabras, no había nada que decir.

Se miraron a los ojos.

Ambos sonrieron cuando esa mirada dijo lo que las palabras no podían.

"Te amo" se leyó en el ambiente.

Y durmieron.

No les molesto para nada, dejar de pertenecerse a si mismos, porque sabían que estaban en buenas manos.

El ser entero de Katie Holt, estaba en las gentiles y cálidas manos de Lance.

El ser entero de Lance McClain estaba en las cuidadosas y hábiles manos de Katie.

Y les gusto eso, pertenecer al otro como un acto de amor era hermoso, era genial, era único...no se lo dijeron a nadie, no hacia falta de ser mas específicos, porque era un acto de ellos dos, un acto único y privado.

Ni tu como lector debes saber los detalles.

Ni yo como escritor tengo derecho a decirte mas.

Solo dire que aprendieron otra forma de decir te amo.

Una forma que muchas personas ya olvidaron. 

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¡SIGO VIVO!
No os daré mayor explicación o la historia de mi vida, solo esto:
🐰Entre a trabajar.
🐰Trataré de actualizar pero no prometo nada.
🐰Me gusta el chocolate.
🐰Tengo un Hamster que mantener.
🐰Iré a morir, Chao.

Presente. /Plance/Where stories live. Discover now