Capítulo 7: Sabor a ti

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El hecho de que Min Yoongi me haya pedido que nos viéramos hoy me tiene preocupado, fue hace nada más un mes que me contó que estaba enamorado de una mujer, ¿Será que me la va a presentar? ¿Pero por que? Yo no soy nada, el solo me dijo: "Ponte buena ropa, tienes que lucir bien. Nada formal, si puedes usar ropa fina y delicada es mejor" ¿Que carajos quiere inventar este hombre? ¿Acaso quiere matarme? ¡Dios!
Miro la cama como si esta fuera a moverse, que carajos estoy haciendo. Debería estar duchandome la cita es a las ocho, ¿Espera? ¿Dije cita? Estoy loco.

Me meto al baño y abro el agua caliente, enseguida comienza a escapar un leve vapor de los pequeños chorros de agua que rebotan contra el piso, me quito la ropa y me acerco al agua para abrir el agua fría y templarla un poco, después de meto bajo el agua, esta comienza a mojar cada centímetro de mi cuerpo, el agua cae por mi cara y torso. Cierro mis ojos por un momento y dejo que mi mente me lleve donde quiera, sin dudarlo mis pensamientos se dirigen a él, otra vez.
Lo veo, veo su cuerpo, su piel pálida.
Puedo ver su boca entre abierta, sus labios rojos y su pecho agitado.
Abro mis ojos rápidamente al oír un sonido fuera del baño, cierro las canillas y tomo una toalla para cubrir mi cuerpo. Salgo del baño y camino por el pasillo, mis pies dejan marcas en el suelo debido al agua; aún no me he secado. Veo para todos lados pero no hay absolutamente nada, cierro mis ojos y me recuesto sobre la pared. De repente siento unos brazos sobre mí, uno toma mis brazos y los pone sobre mi cabeza mientras el otro cubre mi boca.

— Shh - Dice una voz - No grites, soy yo.
— ¿Que haces aquí? - abro mis ojos para encontrarme con la mirada y la sonrisa de Min Yoongi - Vete mi madre puede venir y no sabría como explicar esta situación.
— Tu madre recibió una llamada de una vieja amiga - sonríe dejándome libre - Se fue a cenar con ella, te dejó una nota sobre el sofá.
— ¿Como sabes eso? - pregunto mirándolo con temor.
— Estuve toda la tarde viéndote - responde para luego soltar una pequeña risita - Te ves bien sin ropa la verdad.
— Eres un..
— ¿Que? - pregunta interrumpiendo - ¿Pedófilo? ¿Degenerado? ¿Maldito? ¿Desgraciado?
— Todo lo que haz dicho. - digo mirando a otro lado - ¿Que quieres? Me dijiste que estuviera listo para las ocho y creo que no es la hora.
— Faltan cinco minutos - dice y sonríe - Mira - muestra su reloj de mano. - Ve a cambiarte.
— Ya. - digo en seco y camino a mi habitación.

Puedo imaginar su sonrisa, es típico en el sonreír así, me pone nervioso y lo sabe. Me provoca nervios, muchos nervios y realmente es molesto sentir las ganas de besar sus labios una y otra vez hasta que sangren, no quiero ser fácil para el.

— Oye deja de pensar en mi y cambiate rápido - dice desde afuera.
— ¡Cállate! - Grito molesto.
— Jaja niño tonto - responde en forma de burla.
— ¡No me digas así! - Grito para después salir hacía afuera y chocar contra su cuerpo - No soy un niño y tampoco soy tonto.
— Niñito tonto - sonríe - Lo eres, ¿Por que te enfadas? - pregunta tomándome de la cintura para mantenerme contra el - ¿Por que no haces lo que quieres hacer?
— No se de que estas hablando - digo tratando de no hacer visible mi rubor - Estas loco.
— Cállate niño tonto - sonríe nuevamente - Bésame, es lo que quieres.
— No.... no puedo - digo pegando mi frente a la suya - No puedo.
— No te detengas es tu tentación, hazlo.








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