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Capítulo 18: No me van a separar de ti

Las risas retumban en mi cabeza; me están volviendo loco, continúa y continúa riendo, ¿quien es? No se, sólo se que me está torturando.
Veo la puerta abrirse y él entra a la habitación dirigiéndose a mi rápidamente para atraparme en sus brazos.

—  ¿Estas Bien? —  pregunta.
— Sí — respondo aún con los ojos cerrados — Sólo es eso, esas voces me están volviendo loco..
— Lo sé — dice — a mi también me pasa lo mismo, no te preocupes pasa enseguida.
— ¿Por qué? — Pregunto mientras me incorporo.
— Son demonios — responde — están ahí todo el tiempo y ahora que ya sabes toda la verdad están atacando. — suspira — Voy a protegerte no importa que pase Jimin, voy a estar contigo siempre.
— No quiero que me vuelvas a dejar  — sonrio y una lágrima cae por mi mejilla — Te amo Min yoongi.
— Y yo te amo a ti Park Jimin

Sonríe y se acerca a mi, nuestros labios se unen, mi cuerpo se estremece. Las voces poco a poco van dejándome, todo vuelve a la normalidad. Sus labios se mueven lentamente sobre los míos, se separa un poco para tomar aire y vuelve a besarme lentamente esperando que nadie interrumpa este momento que había deseado tanto que volviera a pasar.

Un fuerte sonido hace que ambos nos separemos de inmediato; un nombre en la puerta vestido de negro nos mira con una sonrisa.

— Vaya vaya — dice antes de reír — que precioso momento.
— ¿Qué haces aquí? — pregunta Yoongi sosteniendo fuertemente mi mano — Lárgate de aquí.
— No puedo Min yoongi — sonríe, su sonrisa es macabra y fría — vine a llevarme a este tierno angelito.— sus ojos caen en mi haciendo que mi cuerpo se estremesca de horror, sus ojos vacíos me provocan miedo, mucho miedo.
— No vas a llevartelo — dice Yoongi mientras me ayuda a ponerme de pie — No mientras yo este aquí.
— No eres rival para mi — rie — recuerda que tu vida me pertenece.
— Recuerda que para matarme a mi, primero debes matarlo a él y eso sin duda no va a pasar — Yoongi aprieta sus puños — antes te mato yo.
— Jaja — rie — Pero si yo ya estoy muerto idiota.
— Tienes una debilidad — sonríe él — No eres nada ni nadie sin ese collar, te dieron la vida con eso.
— Puedes morir en cualquier momento Min — no borra su sonrisa — Cuando el señor quiera, tu mueres.

Una niebla negra nos envuelve; las risas vuelven y cuando menos me doy cuenta pierdo el conocimiento y ya no se que pasa.

HORAS DESPUÉS

Siento un dolor horrible en la cabeza,  como si hubiera sido golpeado por alguien o algo, sólo puedo oir murmullos a mi alrededor; mi cabeza da vueltas mi vista está nublada.
Oigo pasos acercándose a mi; elevo un poco la mirada y veo la figura de un hombre frente a mi.

— Querido Jimin — dice él — después de tanto tiempo te encontré.
— ¿Quien es usted? — pregunto — ¿Qué quiere?
— ¿Yo? — rie — bueno yo soy muchos, soy un demonio, unos me llaman "El señor" otros me llaman "maldito" pero tu querido Jimin, llámame "Papá"