Parte 13

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Hacía mucho tiempo que no había una tormenta como esa. La luz se había cortado en la pensión, y la habitación estaba iluminada por una vela próxima a consumirse por completo combinada con la luz de los relámpagos incesantes.

Estaban sentados en medio de la cama, aun desnudos y un poco transpirados luego de haber tenido sexo. Ramón le acomodaba los rulos en su lugar, y Carlitos cerraba los ojos, disfrutando del contacto.

-¿Te puedo preguntar algo? – le dijo Ramón

-Lo que quieras.

-¿Qué promesa les hiciste a esos tres del reformatorio?

Carlitos abrió los ojos y lo miró directo a los suyos, sonriendo de costado minutos después.

-Les prometí que me iba a acostar con los tres cuando cumpliera los 18.

-¿Y lo hiciste?

-No voluntariamente.

-¿Qué te hicieron, Carlitos?

-Lo que te hacen en esa clase de lugares, igual que en la cárcel supongo.

Ramón tenía curiosidad, quería saber que había hecho Carlitos en ese reformatorio, día por día si era posible, pero al parecer no la había pasado bien, y tal vez hablar de eso no le gustaba.

-Perdoname, deja. Es que estoy curioso con ese tema.

-Cuando llegas te cagan a trompadas, después te quieren violar. Si no encontras a alguien con quien cuidarte las espaldas te sacan muerto a la semana – contó.

Ramón no pudo disimular su cara de horror mezclada con tristeza, su padre había estado preso varias veces, le había contado poco y nada respecto a sus vivencias allí, y el no podía dejar de imaginar el horror de esos lugares, y que quizás no tendría la fuerza para soportar estar dentro.

-Yo estaba con Renato, y por suerte con él no se metían mucho, pero uno de los chicos, Tomás, me tenía ganas.

-¿Y? – no pudo evitar preguntar.

-Entonces Renato y yo empezamos a coger, y pensé que ya no me iba a joder más, pero se volvió peor todavía.

-¿Y la gente que cuidaba ahí no hacía nada?

-No, no les importaba.

-¿Por qué les hiciste esa promesa?

-Lo habían agarrado a un chico que se llamaba Elías, era el más chico de todos, creo que tenía 14. Lo cagaron a trompadas en uno de los salones y después lo quisieron violar. Yo los vi y les pedí que lo dejaran, pero ellos seguían, así que les dije que si lo soltaban me iba a acostar con los tres el día de mi cumpleaños.

-¿Y lo soltaron?

-Sí. Pero tres días después se murió en la enfermería.

Ramón tuvo problemas para tragar, Carlitos le estaba contando todo eso con una naturalidad que le hacía poner la piel de gallina, como si fuera un cuento escrito por otra persona, o alguna anécdota de otra vida.

-Yo pensé que no lo iba a tener que hacer porque siempre andaba con Renato, pero él se fue tres semanas antes que yo, y tuve que sobrevivir solo.

-Carlitos...

-Ni bien dieron las 12 de la noche del día de mi cumpleaños me vinieron a buscar, yo estaba en el baño.

PENDEJO /El ángel/Where stories live. Discover now