— Ana... Ana... — Kate toca a mi puerta.
Abro los ojos y observo a Christian dormido sobre mi pecho. Por más cómoda que esté, necesito abrir la puerta antes de que mi amiga despierte a mi acompañante. Lo ruedo a un lado y me levanto.
— ¿Qué pasa Kate? — le digo adormilada y abriendo la puerta.
— Ven aquí, ¡es hora de la venganza! — Kate sonríe y me jala para llevarme a la sala.
— Voy a preparar hotcakes y café — digo caminando a la cocina.
Veo a mi amiga acercarse al estéreo de la sala, lo enciende y sonríe maliciosamente. Pone una canción ruidosa y sube el volumen, para ir corriendo a la cocina conmigo.
— Deberías hacer de esos chilaquiles picantes que comíamos en la universidad — dice gritando para que la escuche.
— Está bien, haré un poco de esos — le digo tapando mis oídos.
Después de unos minutos regresa a la sala y baja el volumen. Nos quedamos en silencio un momento, y luego escuchamos dos puertas abrirse.
—¿Christian? — pregunta una voz adormilada.
— ¿Elliot? — Pregunta la otra voz confundida — ¡Ana!
Kate y yo nos miramos divertidas y caminamos cada una a nuestra habitación. Cuando abro la puerta, Christian ya lleva sus pantalones puestos.
— Hola — sonríe tímido — ¿Qué hacemos aquí?
— ¿No recuerdas nada? — Lo miro con los ojos entrecerrados — ¿todo lo que juraste y prometiste?
— ¡¿Qué?!
— Anoche llegaste aquí, me juraste amor eterno y prometiste regalarme tu hermoso R8.
— Pero no recuerdo nada — dice confundido y avergonzado — Mierda, tomé mucho... Ana, yo lo siento mucho si dije o hice algo que...
— Es broma — lo interrumpo cuando lo veo ansioso — Elliot llamó a Kate, los sacamos del bar muy ebrios y solo hice que te ducharas, no pasó nada. Ponte esa camiseta y ven a desayunar, Taylor no debe tardar.
Salgo de prisa de mi habitación, tenía la esperanza de que el Christian divertido seguiría aquí, pero no. El CEO regresó. Regreso a la cocina para terminar de preparar todo, cuando Elliot se sienta en la barra.
— Hola pequeña — se arrastra hasta la silla.
— Hola Elliot, no te ves bien — le paso un vaso de agua y dos pastillas.
— Lo sé, creo que fue mucha diversión para una sola noche... Lo último que recuerdo es que llamé a Kate, aunque pensé que no iría a buscarme.
— Ella te quiere mucho, recuérdalo la próxima vez que se te vayan los ojos hacia otra chica — me acerco para decirle bajito — Ella es mi mejor amiga y odiaría tener que verla llorar cuando encuentren tu cuerpo en la bahía.
Elliot me mira con los ojos muy abiertos y respirando por la boca. ¿Lo he amenazado? sí.
— ¿Estamos de acuerdo? — le digo con una ceja arqueada.
— Si, señora.
— Bien, ahora prueba estos chilaquiles, ¿o prefieres hotcakes?
Le guiño un ojo y pongo el plato servido frente a él. Aún luce sorprendido, pero toma el tenedor para empezar a comer. Me acerco a él con una taza de café.
— Qué rico pequeña, ¿tú lo preparaste?
— Claro que sí, Señor Grey.
— Oh no, el único señor aquí es el gruñón éste — señala.
Christian se acerca y se sienta a su lado. Lo mira con el ceño fruncido, pero se ve incómodo. Mierda, dimos un paso para adelante y dos para atrás.
— Kate, el desayuno — le grito.
— Ya voy Ana — me grita desde su habitación.
— Pequeña, quiero pedirte algo — dice Elliot con la boca llena — No le digas a Kate pero, ¿te casas conmigo?
— ¿Qué? — le sonrío. Mía tenía razón en llamarlo glotón.
— Elliot — le dice Christian muy serio.
— ¡Qué! Tú tienes a la señora Jones para que te cocine — luego dice más bajito —Y yo amo a Kate pero no cocina ni un huevo.
— No.
— No me importa lo que tú digas, si Ana me acepta — Elliot se estira para tomar mi mano — ¿Serás la señora de Elliot Grey?
No puedo evitar reírme, reconozco el brillo en los ojos de Elliot cuando quiere provocar a su hermano. Y ya que él está siendo poco amigable, lo tiene merecido.
— ¿Puedo pensarlo? — le digo y me guiña un ojo.
Christian se pone de pie y rodea la barra de la cocina. Lo miramos en silencio mientras se acerca a mí y toma mi brazo para que Elliot me suelte. Pasa su brazo por mi cintura y me lleva junto a él al otro lado de la barra.
Se sienta en su silla otra vez, pero su brazo sigue en mi cintura, manteniéndome de pie junto a él mientras sigue desayunando. Elliot solo sonríe y niega con la cabeza.
— Y bien, para agradecernos por haberlos cuidado — dice Kate cuando se acerca — nos gustaría ir al cine, ¿verdad Ana?
— Claro — le digo soltándome de su agarre para ir por mi taza de café.
— Entonces está dicho, iremos al cine.
— No puedo, debo ir a la oficina. Gracias por el desayuno — Christian se pone de pie.
— Vamos hermano, ¡no me dejes solo! Terminaré viendo alguna película para chicas — dice con gesto dramático.
— No puedo Elliot — levanta su móvil que vibra en la encimera — es Taylor, debemos irnos.
— ¡Está bien! iremos al cine — Elliot besa a Kate — vengo por ustedes más tarde.
— Gracias por todo, señorita Kavanagh, señorita Steele — dice Ojos Grises desde la puerta.
Kate y yo nos despedimos desde la cocina mientras los vemos salir. Nos sentamos en la barra a desayunar tranquilamente.
Después del almuerzo, fui a la consulta sin decir nada a Kate. La doctora me orientó sobre métodos anticonceptivos y la enfermera me puso la primera inyección, aunque no sé si vaya a ser necesaria. La actitud de Christian el día de hoy me desconcierta y mucho.
Estoy sentada en el sillón, cuando Kate sale de su habitación ya lista para salir con Elliot.
— Ana, ¿ya estás lista?
— Kate, ve tú con Elliot, pasen el rato juntos.
— ¿No quieres ir? — arquea la ceja.
— No quiero incomodarlos, es cosa de parejas...
— Claro que no Ana, no digas tonterías... Si Grey no quiso ir, ¡pues se lo pierde! Te conseguiré un chico si es necesario — Kate me levanta del sillón.
— ¿Estás segura Kate?
— Por supuesto — dice abriendo la puerta — ¡vamos a divertirnos!
Elliot estaciona justo a tiempo en su camioneta. Voy ami habitación por mi bolso y mi teléfono, y salimos los tres hacia el cine.

YOU ARE READING
Historia de Amor ❤️ (Ana)
FanfictionAna y Kate acaban de mudarse a Seattle y todo va de acuerdo al plan. Ana está tratando de acostumbrarse a su nueva vida pero se encontrará con nuevas emociones que no tenía previstas. Esta es mi versión más romántica de Ana y Christian, de cómo se e...