Capítulo 5: Mortem

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Narra Samuel

Tuve que pasar todas la clases con Guillermo, era como tener una garrapata pegada en la espalda, al menos no me seguía en los pasillos del instituto. Cuando terminó el día casi me daba por vencido, ese chico es demasiado extraño, no me fiaba un pelo de él, no de una manera natural, parecía más bien como si el atrayera el mal, pero a la vez lo repeliera... estoy dandole demasiadas riendas sueltas a mi cabeza, no debería pensar tanto en él, tal vez si no le doy importancia a lo extraño y misterioso que puede ser, todo resulte mejor para mí... y para mi salud mental.

Llego el viernes y como le había prometido a Grace, la llevaría a Klinos como retribución por su ayuda con mis clases de historia. Justo después de clases tomamos un autobús para ir hasta el centro donde estaba el café, la escuela queda a tomar por saco del centro, eso con la intención de desanimar a los estudiantes en cualquier intento de fuga como si fuéramos reclusos. Normalmente en un viernes el pueblo estaría abarrotado de gente yendo y viniendo de las tiendas, pero para sorpresa nuestra estaba casi desolado, incluso una pequeña llovizna había iniciado en nuestro trayecto de 2 kilómetros desde la escuela hasta acá, fue inteligente de mi parte haber traído un paraguas, Grace y yo nos refugiamos debajo del pequeño paraguas mientras caminábamos desde la parada del autobús hasta el restaurante, era una cuadra y media de caminata, pero eso fue suficiente para empaparnos los zapatos. Teo estaba bajo custodia extrema de su madre por haberse enfermado con la lluvia, eso solo nos dejó a nosotros dos aquí apretujados bajo un mismo paraguas.

Una vez en Klinos, nos sentamos junto al ventanal que daba a la calle, una mesera apareció con dos menús, dijo los especiales del día y se retiró, el lugar estaba casi lleno así que debía tener el día muy ajetreado. Ojee el menú y quería pedirlo todo, estos últimos días había tenido poco apetito juntado con despertarme tarde, lo que me dejaba sin tiempo para desayunar, y la sobrecarga de tareas no ayudaba con la cena.

La mesera volvió para tomar nuestros pedidos y yo ordene una hamburguesa especial y una gaseosa, Grace pidió otra hamburguesa, pero de queso, aros de cebolla, papas fritas, una soda y una tarta de limón como postre, quisiera tener su metabolismo para poder comer todo eso, o el dinero suficiente para hacerlo. Hoy invito yo, así que ella está aprovechándose bien. La mesera se fue y quedamos Grace y yo solos de nuevo, estaba muy callada desde que salimos de la escuela, y normalmente ella es muy habladora cuando venimos aquí, además su rostro claramente refleja que algo ocurría.

— ¿Sucede algo, Grace? – pregunté esperando algo que no fuese un "no", o "todo está bien", conozco a esta chica desde que estoy en primer grado de primaria y se cuando las cosas no van bien, aunque es una gran mentirosa.

—No, no sucede nada – respondió mientras miraba hacia fuera y veía la lluvia caer, es desgarrador ver como tus amigos son consumidos por sus padres sólo porque no quieren hacer lo que ellos quieren que hagan, y la madre de Grace no es muy blanda que digamos. Esa mujer da más miedo que Marie.

— ¿Qué tal las pesadillas? ¿Desaparecieron? – preguntó, no sabía que responder a eso, las pesadillas si habían desaparecido, pero algo había tomado su lugar, era la sensación de inseguridad constante que me rodeaba, el medallón no había brillado ni quemado desde hace tres días y no sabía si interpretar eso como algo bueno o algo malo, y el estar obligado a pasar mucho tiempo con Guillermo en la escuela tampoco ayudaba a mantener mi mente enfocada en algo.

—Sí, tenías razón. Estaba bajo mucho estrés, pero Frederick me va a ayudar con eso, estate tranquila – fue lo mejor que pude decir para evitar tener una conversación sobre mis problemas personales, ya tenía suficiente con mi cabeza volviéndose loca sola.

Después de un largo silencio incomodo, nuestra comida llego y cualquier rastro de infelicidad se borró del rostro de Grace, es increíble lo que mucha comida procesada puede hacer con esta chica. Mientras comíamos y conversábamos sobre los misterios del pueblo, un coche negro marca Mustang, por el diseño del mismo parecía ser un modelo reciente, este estacionó fuera del café, no habían muchas personas en el pueblo capaces de darse el lujo de un coche de ese estilo, solamente James, y él tenía un Camaro. Del coche bajo una chica, parecía no llevar pantalón, solo una camisa blanca que le llegaba casi a las rodillas, además llevaba una chaqueta de cuero. Alta, muy delgada, piel blanca como la nieve con una cabellera morena.

Mysterium (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora