iv.

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-Estoy realmente feliz de que me hayas contactado después de tanto tiempo, Yoongi, la última vez que nos vimos no te lucías bien, y eso me dejó bastante preocupado.

Yoongi intentó hacer una clase de sonrisa en modo de disculpa por lo que su amigo dijo, pero lo que le salió fue una extraña mueca, haciéndolo sentir más incómodo de lo que ya estaba.

Había llamado a un antiguo amigo del trabajo, con quien estudió en la Academia de Policías antes de que se especializara en ser operador, su amigo convirtiéndose en detective más tarde. Su nombre era Kim Seokjin, un hombre alto de gran atractivo que tenía enamoradas a todas las mujeres de la oficina, siendo el felizmente soltero del trabajo, tal vez casado con su trabajo de por vida, decían algunos. Seokjin habría sido uno de los amigos más cercanos de Yoongi en aquella época de su vida, juntándose después del trabajo a beber y quejarse sobre todo, verse algunos fines de semana y estar juntos en todas las fiestas de oficina.

Pero después del incidente, Yoongi se alejó de todo lo que le pudiese recordar ese terrible suceso de su vida, siendo Seokjin parte de éste, a quien dándole una pobre excusa de que ya no podía soportar esa clase de empleo, renunció y se distanció de repente.

Cuando Yoongi le llamó esa mañana para que se juntaran en la hora del almuerzo -Yoongi había anotado el número de Seokjin en una libreta antes de cambiarse el número, por si algún día necesitaba ayuda, así como anotó otros más de su antiguo número- no había creído tener una respuesta positiva de su parte al preguntar, más no dijo nada al respecto y se pusieron de acuerdo en un restaurante familiar donde ellos antes solían almorzar, Seokjin oyéndose demasiado emocionado para el gusto de Yoongi, quien había estado inestable física y emocionalmente desde hacía varias noches.

-¿Y cómo ha ido tu vida desde... desde que renunciaste? - Yoongi no dejó pasar como Seokjin cambió su pregunta antes de decirla por completo, estando apunto de nombrar el incidente de Taehyung.

-Bien... a veces, no siempre. - Movía una de sus piernas, intranquilo debajo de la mesa mientras mordía la uña de su pulgar izquierdo, mirando por la ventana con el entrecejo fruncido.

-¿Yoongi, te encuentras bien? - Seokjin sonrió, dejando a un lado su almuerzo y dándole toda su atención a Yoongi.

La realidad era que, Seokjin ya sabía que Yoongi no le había contactado después de años sólo porque lo extrañaba, lo conocía a la perfección, sabía que necesitaba algo y sólo podía contar con él. Vio como su viejo amigo sacaba su pulgar de su boca y dirigía su rostro de frente, para verlo, y pudo llegar a ver nuevamente las terribles ojeras bajo sus ojos, su rostro más delgado, sin menos color que de costumbre, el cabello algo despeinado y sus ojos rojos e hinchados, como si hubiese estado llorando antes de ir a su reunión.

¿En que te has convertido, Yoongi? Se preguntó Seokjin sin dejar de sonreírle. Ese hombre que tenía delante de él, no era su viejo amigo, no se parecía en nada a lo que alguna vez fue el buen Min Yoongi.

-La verdad es que no. - Confesó pobremente, recargando sus codos en la mesa y su frente en sus manos, masajeando su cabeza y con esto intentando relajarse.

-Cuéntame qué es, tal vez pueda ayudar. - Seokjin quitó con sus manos las manos de Yoongi para poder verle al rostro. Le gustaba mirar a las personas a los ojos cuando les hablaba.

-No sé si puedas ayudar, Jin - Yoongi descubrió su rostro, haciéndose para atrás en su asiento y cruzando sus brazos. Sus ojos cansados y atormentados dieron con los de Seokjin, atentos y preocupados. -, pero no tengo con quien hablar de esto.

-Te escucharé, Yoongi, sabes que siempre lo haré.

Yoongi asintió, algo aliviado de escuchar eso.

911 » yoontaegi || #TAEGIWEEK18 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora