El que no arriesga, no gana.

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Estando recién levantado, el primer pensamiento que vino a mi cabeza fué; "Un día de mierda más, pero al menos no tengo que lidiar con los idiotas de mi trabajo". O al menos eso esperaba, hasta que escuché el timbre de la puerta, seguido del llamado de la bruja.

Gracias a la insistencía de el idiota de Deku y la terquedad de mi madre, le hice el favor de cuidar de su perro. Sobra decir que sería un maldito dolor en el culo pero, es identico a su estupido dueño, el que salía de viaje con su madre a no sé donde.

Deku había dejado en mi casa todas las cosas de su peluda mascota y, antes de irse, dejó una hoja, marcando ciertas actividades cada ciertos dias. Me rogó, casi de rodillas, que no lo dejara acercarse a otros perros pues, seguramente, se vería en desventaja por su diminuto tamaño, así como cuidar no pisarlo; no hice más que darle por su lado y echarlo de mi puerta.

[. . .]

El parque más cercano a mi casa, acostumbraba estar considerablemente vacio.

Pero, al parecer, a todo el maldito vecindario se le ocurrió organizar una clase de convivio el día de hoy.

- Los odio a todos -gruñí tomando la correa de el pulgoso con fuerza. Pensé en irme para evitar la muchedumbre, pero al parecer el pequeño destroza zapatos necesitaba ir al baño, así que no tenía opción.

Caminaba con calma, procurando evitar multitudes pues el perro corría peligro de ser pisoteado o algo parecido.

Al notar que el animal encontró el lugar apropiado para sus necesidades, detuve mi andar, distrayendome un rato con mi telefóno. No sé exactamente cuando un sujeto con cabello de punta en color rojo, estaba en cuclillas juguetendo con la bola de pelos negros y ojos brillantes ante la emoción que le ocasionaba la atención.

Supongo sintió mi mirada en su espalda, pues se puso de pie y dió media vuelta. No esperaba encontrarme con una cara tan bien parecida; ojos grandes, expresivos y una gran sonrisa que mostraba unos dientes afilados.

- ¿Qué carajos haces tocando un perro ajeno? -

- Lo lamento, debí pedir permiso para tocarlo -dijo rascando su nuca con pena, mas no dejó de sonreír.

- Tsk -chasqueé mi lengua- De todos modos es un dejado. Termina de acariciarlo y vete -agregué mirando al perro que caminaba en circulos alrededor del desconocido.

- Aprecio la oferta, pero debo irme ya o mi amiga me abandonará a mi suerte -se excusó acariciando la cabeza de Deku 2.0- Por cierto, me pidió que te diera esto -agregó extendiendo un papel de forma irregular doblado a la mitad- Te la presentaría, pero huyó apenas me dió el papel -su tono de voz era de diversión- En fin, gracias por dejarme acariciarlo...

Dejó su frace inconclusa, supuse que con la intención de que le diera mi nombre.

- Bakugo -solté sin pensar.Su sonrisa se extendió aún más. No creía que fuera siquiera posible.

- Kirishima -dijo extendiendo su mano a mi y me limité a estrecharla- Bueno, hasta luego.

No esperó a que respondiera, dió media vuelta y siguió su camino. Apenas unos metros más adelante, una chica de cabello castallo se lanzó sobre él, casí haciendole caer. Después de detenerse unos momentos a conversar, volvieron su miradas hacia atrás. No pude evitar fingir mirara a otro lado y, para cuando volví a mirar al frente, ya no estaban.

Mi cabeza no procesaba al cien por ciento lo que acababa de pasar. Me perdí en mis pensamientos, preguntandome porque le había tratado tan distinto del resto, hasta que los ladridos de protesta de Deku 2.0 me devolvieron a la realidad.

Refunfuñando quejas estupidas, llevé ambas manos dentro de los bolsillos de mi sudadera, tomando la ruta más larga a casa.

[. . .]

Apenas llegué, Deku 2.0 corrió hasta la cocina, donde había dejado sus platos de comida y agua; lo seguí solo para quitarle la correa. Una vez puse todo en su lugar, subí a mi habitación, cerré la puerta para que mis zapatos no volvieran a ser victimas de las fauces de la pequeña bestia y me lancé a mi cama, con el papel arrugado en mis manos.

Había pensado en dejarlo por ahí en la calle pero, no me atreví a soltarlo.

- Sólo por curiosidad -dije, tratando de convencerme, mientras desdoblaba el papel;

" Hola! Si no eres gay, mi amiga piensa que eres lindo, aquí esta su numero; ##########

Si eres gay, aquí esta el mio; ##########"

Era extraña y sorprendentemente directa pero, por alguna razón; no me desagradaba y estaba más que seguro que el segundo numero era el de el tal "Kirishima".

No pierdo nada enviandole un mensaje para averigaurlo... O si?

¿& si?Where stories live. Discover now