Esta es la historia de Hayley Rowling que decide mudarse a una nueva ciudad compartiendo piso con un completo desconocido, Austin Tanner. La cosa empeora cuando se da cuenta de que se están enamorando.
Al volver vi a un hombre rubio y apuesto esperando con una gran maleta negra en nuestra puerta.
Al verlo rápidamente Hayley se alejo de mi.
-Cariño. Dijo mientras se acercaba y le daba un abrazo y seguido un beso en la boca
-Matt, que haces aqui?
-Ya se que tenia que venir la semana que viene pero no aguanto mas sin ti. Voy a alquilar un piso que hay enfrente de este, porque esta en muy buena zona y nos iremos a vivir juntos.
-Hola soy Austin y tu eres? Interrumpi.
-El novio de Hayley. Dijo sin ni siquiera mirarme. Aun estoy negociando con el dueño. Añadió, qué te parece?
-Precipitado, aun estoy tratando de adaptarme.
-Porque no entramos? Interrumpí de nuevo
Vaya situación más incómoda, ese imbécil...
-Imagino que te quedaras a dormir. Dije mientras le dirigí una mirada de asco y disgusto.
-Si. Hizo una pausa. Y vosotros dos que hacias juntos?
Ambos nos miramos rápidamente.
-mmm...fuimos a comprar leche. Menti cutremente
-A las once de la noche? Preguntó Matt
-Se me antojo. Respondió ella con una mentira piadosa
-Y dónde está? Intervino Matt
-Ostia, es verdad. Se nos ha olvidado en la tienda. Iré a por ella. Dije mientras me marchaba de aquel lugar
-Mierda- Grité en la solitaria y oscura calle. Me desahogue pateando la rama de un árbol
-Tiene novio, fuimos el rollete de una noche. Pensaba con un nudo en la garganta. -Pero no perderé tan fácilmente. No conseguirá llevarsela-
Al volver al piso media hora después estaba muy oscuro. Volvi con un brick de leche de un super de 24h. Pero ellos ya estaban acostados en mi cama abrazados y posiblemente dormidos o intentándolo.
Tenía pensamientos contradictorios.
No te metas en esa relación, es una pareja feliz, no hay sitio para ti. Pero el no se la merecía y yo menos.
A la mañana siguiente...
Me desperté con el sonido de la ducha. El piso estaba alumbrado con esa luz mañanera y me había salido un tirón en el cuello por dormir en aquel condenado sofá.
Me levante con el pantalón de pijama y sin camiseta para rabiar a Matt.
Me asomé a la habitación y mientras Matt dormía en la cama Hayley se estaba duchando.
-Comienza la guerra. Susurre mientras abría lentamente la puerta del baño.
Hayley estaba cantando bajito mientras se lavaba el pelo. Comencé a desnudarme. La ducha era grande, lo suficiente para dos personas.
Abrí la mampara despacio y ella ni se enteró. Una vez dentro le agarre de la cintura y se volteo lentamente. Se me quedo mirando y susurro:
-Matt esta en la habitacion de al lado. No debe...
La calle con un beso pasional que continuó. Sus manos se elevaron por encima de su cabeza. La presione contra la pared. Recorrí su esbelto cuerpo con mis manos hasta llegar a sus glúteos. Fui bajando mi rostro con besos hasta el cuello. Su mano acarició mi espalda. Rápidamente se volteo. El agua que bajaba de la alcachofa mojaba nuestros cuerpos y era una sensación indescriptible
-Eres hermosa. Le susurre al oído mientras se lo mordía.
Ella se dejaba llevar y comenzó a gemir bajito. Aunque intentaba no hacerlo no pudo callarse.
Empecé a embestirla desde atrás. Ella apoyaba sus manos contra los azulejos.
El espejo se empaño, no sabría decir si por el calor del agua o por nuestros jadeos.
Cada vez que gemía me ponía mas caliente y la velocidad de mis embestidas aumentaba.
Había tanto placer contenido que nos desahogamos juntos.Se volteo para poder besarla.
-NARRA HAYLEY-
Sentí como abrían la mampara, y al momento supe que era el.
-No debemos. Trate de decirle pero me interrumpió con un beso. Estaba deseando volver a sentirle. Me voltee y sentí cómo se posicionaba en mi entrada, con una lentitud exasperante pero placentera. Sus movimientos eran lentos pero profundos y en segundos la velocidad incrementó junto con mis gemidos.
-Hayley, eres tu? Preguntó Matt.
Costosamente conseguí coger aire para decir -Si
-Puedo entrar?
-N-No
Austin me tapo rápidamente la boca para callar mis gemidos lo que me ponía aun mas caliente. Me había pillado en el mejor momento. Austin se estaba mordiendo el labio para no hacer ruido. Me hacía sentir muy mal que Matt estuviese detrás de la puerta, y yo justo al lado poniéndole los cuernos por segunda vez.
Acabamos corriendonos juntos. Estaba machacada. No podía parar de imaginar toda clase de cosas.
Es esto lo único que quiere Austin de mi? Debería dejar a Matt hoy mismo? Debería alejarme de Austin?
-Haremos una cosa. Le susurre. Me prepararé y saldré del baño. Apagare la luz y cuando me escuches toser sales corriendo de casa y llamas al timbre. Seguido yo te abro y... Austin!
Sin dejarme acabar ya estaba vestido y asomando la cabeza por la puerta. Salió como una luz del baño y fue a la cocina como si no hubiese pasado nada.
-NARRA AUSTIN-
-Buenos días, Matt.
Le dije al ver como se acercaba a la cocina.
-Por qué tarda tanto en salir del baño? Cuando vivíamos juntos tardaba cinco minutos y me dejaba entrar. Y tu camiseta?
-Tranquilo ya estoy aquí. Salió sonriente y estaba hermosa con este conjunto:
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-A dónde vas? Le pregunté pero me respondió Matt:
-Vamos a la montaña
Ella se rió y dijo: Vamos al cine del centro comercial.
-Hay una peli nueva de terror que queremos ir a ver, claro que tu no querrás venir, las nenazas como tu se cagan encima. Dijo Matt
-Pues en realidad tenía pensado ir. Amo las pelis de miedo. Mentí, en realidad las detestaba, estaba una semana entera sin dormir. Aunque ayer fui con Hayley a ver la misma película, claro que en realidad no la vimos porque si no ahora estaría cagado.
-Entonces ven con nosotros, vamos a coger las entradas allí. Dijo ella
-Iré a vestirme- Me marche con una sonrisa pícara- Continúa la guerra capullo. Murmure
