Capítulo 22

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Todas nos colocamos en círculo, sentadas sobre nuestras almohadas con las piernas cruzadas. Momo abre por un instante su pijama, creando un aparato de lo más extraño. Todas miramos el cachivache bastante sorprendidas, con los ojos bien abiertos. La pelinegra sonríe con superioridad mientras deja el aparato sobre el suelo. Decidimos que al final nada de retos, así que decidimos algo como "verdad o verdad".

—¿No queríais jugar a verdad o verdad? Pues aquí tenéis la máquina que todo lo comprueba. —carraspea su garganta y coloca su dedo sobre una zona de la máquina— Me llamo Momo Yaoyorozu.

La persona ha dicho la verdad.

—¡¡Wooo, genial!! —exclama Mina mirando detenidamente el cachivache— ¡Quiero probar! Me llamo Momo Yaoyorozu.

Mina coloca su dedo sobre la zona correspondiente, y al instante la máquina hace un ruidito.

La persona ha mentido.

Vale, ahora tengo mucho más miedo de jugar a esto... —dice Jirou, algo nerviosa.

—Vamos, tampoco creo que sea para tanto. —río y miro la máquina curiosa— Sacaremos bastantes cosas jugosas gracias a esto.

Momo sigue sonriendo al ver que todas empezamos halagarla por su gran invento. La primera en presentarse voluntaria es Tsuyu, la cual parece muy feliz por poner su dedito en este aparato del demonio. Su primer pregunta es bastante sencilla, su color favorita, por lo que responde verde. Y efectivamente, dice la verdad. Es el turno de Hagakure, y la pregunta es más complicada que la anterior.

—¿Alguna vez has tenido novio? —pregunta Mina picarona.

—Nop. —dice con seguridad la chica invisible.

La persona ha mentido.

Todas nos soprendemos por la respuesta de la chica, y esta empieza a excusarse sin parar diciendo que en realidad salió con un chico, pero sólo cuando tenía unos cinco años.

El juego va tomando interés, ya que las preguntas van subiendo de nivel. Todas pasamos momentos embarazosos por culpa de la máquina de la verdad. Mi turno llega de nuevo, pero esta vez es Momo la que formula la pregunta. La chica toma una sonrisa un tanto siniestra, cosa que me pone los pelos de punta.

—Hmmm Fudo-san... tenía esta pregunta en mente desde un buen principio. ¿Te gusta Todoroki-kun?

Todas abren la boca, cayendo sus mandíbulas al suelo. Momo parece satisfecha al ver mi reacción, la cual es efectivamente ponerme igual de roja que el pelo de Kirishima. Todas las chicas esperan que coloque mi dedo sobre la zona especial, y con lentitud coloco mi dedo sobre este. ¿Por qué tan nerviosa? Se supone que ya sé la respuesta...

—No... no me gusta.

La persona ha....

Y de la nada la máquina deja de emitir el ruidito que hacia saber que funcionaba.

¿EH? —Mina abre los ojos con desilusión al ver que la máquina deja de funcionar de golpe— ¡Va, funciona máquina del infierno! —empieza a zarandearlo con fuerza, mientras que Momo trata de detenerla.

Suspiro con alivio al ver que eso totalmente se ha estropeado, aunque en realidad eso no tendría que asustarme, ¿no?

Todas empezamos a charlar de manera tranquila entre nosotras, hasta que las dos de la mañana de nos echa encima. Alarmadas, todas nos metemos en nuestras camas para poder descansar al fin, aunque alguna que otra queda despierta por falta de sueño.

Después de una pocas horas de sueño, todos somos obligados a levantarnos a las 5:30 de la mañana, y claramente todos seguimos aún somnolientos. Mi cabello está recogido con mi típico moño, pero esta vez pelos por distintos lados salen de mi peinado, dando la sensación de no haberme arreglado. Aizawa sensei empieza a explicarnos que todo este viaje prácticamente ha servido para mejor todos nuestros quirks. Se le es entregada una bola a Bakugou, la cual tiene que lanzar de nuevo hacia el bosque, pero sorprendentemente esta llega a escasos metros más que el primer día del colegio.

Miradas gélidas - [Todoroki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora