Parte 1 Resumiendo

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Natalia

Las dos últimas semanas en la academia están siendo asfixiantes. Todo se ha descontrolado de repente y siento que me falta el aire. Bueno quizás no tan de repente, quizás todo ha sido una bola de nieve que ha ido rodando, haciéndose cada vez más grande y ya está tan cerca de arrastrarme con ella, que puedo sentir un escalofrío por todo el cuerpo. Y es que he sido yo quien ha alimentado esa bola. Para explicarlo mejor tendría que remontarme a antes de entrar en la academia. Cuando estaba en los castings. Cuando la conocí a ella, a Alba.

Nos conocimos en Madrid y desde el primer momento en que la vi, intuí algo especial en ella. Era una persona de apariencia cálida, amable, tan pequeñita, pero a la vez desprendía un halo de misterio que la hacía parecer enorme, como si ya hubiera vivido mucho, no del todo bueno. Como si a sus 20 años ya llevara una mochila encima que, a veces, pesaba demasiado. No tardamos en hacernos amigas, inseparables. Parecía que nos conocíamos de toda la vida. La conexión fue casi inmediata y las risas y confidencias hicieron mucho más llevable todo el proceso hasta entrar aquí, al sitio que cumpliría nuestros sueños, donde conseguiríamos aquello que tanto deseábamos. No sabíamos que quizás en la consecución de un sueño perderíamos muchos más.

Al entrar aquí todo fueron risas y momentos felices. Nos reíamos con todo, nos sorprendíamos con todo, y compartir todo esto con ella era maravillo. Es difícil hacer amigos así, y en ella había encontrado alguien especial, una persona con quien compartirlo todo, con quien reírme de todo, con quien luchar por todo lo bueno que estaba por venir. El problema fue cuando todo empezó a liarse en mi cabeza y en mi corazón. Cada vez necesitaba más verla sonreír, compartir momentos con ella. Cada vez necesitaba más sus abrazos, sus besos por la mañana, aunque solo fueran un leve roce. Necesitaba sus gestos de cariño y cuando no los tenía, o la veía distante me ponía de mal humor, triste. Estaba muy confundida con todo lo que estaba empezando a sentir. Pero tenía algo claro, Alba lo acaba de dejar con su ex y eso todavía le dolía demasiado y ¡Qué demonios! Yo tenía novio (quizás no estábamos pasando por el mejor momento, pero le quería mucho) y Alba tampoco habría dejado pasar ese "pequeño detalle".

Para colmo nos tocó cantar juntas "Toxic" y ya todo se descontroló para mí. La tenía demasiado cerca todo el rato, cada ensayo, cada clase y encima la narrativa nos llevaba a estar cada vez más juntas. Definitivamente eso era más de lo que podía soportar. Estaba empezando a confundir cada gesto, realidad y ficción estaban hechas un lío en mi cabeza y ya no podía soportarlo más. Pasamos esa semana como pudimos, todo salió bien en la gala, pero creo que ya ninguna de las dos volvimos a ser las mismas. Habíamos perdido, cómo decirlo, naturalidad, espontaneidad. Yo por lo menos me había perdido dentro de mí, ya no sabía lo que sentía, o lo sabía y eso me daba más miedo aún.

Todo empeoró cuando en medio de ese jaleo decidí liarla más aún. Soy una kamikaze, siempre lo he sido y siempre tomos decisiones equivocadas cuando la situación me supera. Por ese momento de incertidumbre pasó Miki. Sé que no lo vais a entender, pero en aquel momento su cariño, su atención, el estar siempre pegado a mí hizo que me pareciera una tabla a la cual agarrarme para salir a flote y él no puso muchos impedimentos. Así que nos liamos. Y quizás ahora si entendáis como empezó a crecer esa bola de nieve. Sentía cosas muy fuertes hacia Alba y para "arreglarlo" me lié con mi mejor amigo dentro de la academia. Definitivamente nada podía ir a peor o sí. Porque Alba se enteró, y no sé bien porque, no sé si me juzgaba por tener novio fuera y hacer eso, no sé si dejé de ser la persona íntegra que ella había visto en mi al principio, no lo sé, pero ya nada volvió a ser como antes...

Mirándote a los ojos - AlbaliaWhere stories live. Discover now