~ Libro ~

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"Querido amigo mío:

Hoy a la mañana me pasó algo muy interesante. Andrés, el mismo idiota que disfruta golpearme con todos sus amigos en la hora de gimnasia, y uno de los mejores amigos de Gabriel, se le declaró a Candela en el medio del buffet, en frente de todo el colegio, con una docena de rosas rojas en sus manos y un brillo especial en sus ojos. A pesar de que no es de mis personas favoritas, fue algo muy hermoso de ver. Por un segundo vimos todos los de la escuela a ese Andrés oculto, un Andrés sentimental y emocional, que no piensa con la cabeza sino con su corazón. Tengo que decir que fue una experiencia interesante de presenciar. Era como si por un segundo el amor hubiera eliminado por completo esa parte negativa dentro de él. Era como ver a un Andrés un poco más... humano.

Al verlos a los dos, a Andrés enfrentarse a la humillación de sus amigos, al ver la manera en la que se arrodilló y le ofreció las rosas a Candela, en como ésta se le lanzó a sus brazos y con tremenda sonrisa en sus labios, le besó con ternura, me hace preguntarme si algún día yo tendré la dicha de ser tan feliz como ellos dos. No es que no lo sea en estos momentos. Ángela me ha enseñado a sacar provecho de todo lo poco que tengo y con eso ser feliz. De mis paseos nocturnos he aprendido a amar a la noche. De mi pesadilla en la escuela a ver los pequeños detalles sinceros de algunos que aún parecen tener amabilidad en su corazón. En todo lo malo siempre hay, por más mínimo que parezca, algo de bondad. Es sólo que me gustaría saber qué se siente ser amado, ser deseado, ser todo para otra persona, para mi mitad faltante.

Sabés... me pongo un poco colorado al escribirlo, pero anoche soñé con Gabriel.

Soñé que entraba por las puertas del restaurante de Ángela, sin camisa, con el pelo y sus rulos al viento, me tomaba por los brazos y me llevaba a una cascada secreta entre un par de montañas en la lejanía. ¡Es tan estúpido! Pero fue algo muy romántico. Nos mirábamos a los ojos por horas, me sumergía en esa mirada que desde las sombras que siempre me ha hipnotizado. Hablábamos de cualquier estupidez, de cualquier tontería. Me revelaba cosas que nadie más sabía, cosas que estaban destinadas para mis oídos solamente. Reíamos, jugábamos con el agua de la cascada, mirábamos el sol ocultarse en el horizonte y... ¡Dios, que vas a pensar de mí!

¡Hacíamos el amor! ¿Contento?

Gabriel me tomaba en brazos, nos sumergíamos en el pequeño lago debajo de la cascada y sin darme cuenta de cómo o cuando, terminábamos los dos desnudos y haciendo el amor. Era algo suave, bello y tranquilo. Mi primera vez era para él y solo para él. Después regresábamos a casa. Su mano entrelazada con la mía. Sonreía. Y antes de despertar, antes de que el sueño terminara, Gabriel me entregaba una rosa azul, no roja, no blanca, sino azul. Una rosa hecha por las manos del hombre, una rosa no natural, pero que demostraba el esfuerzo hecho por mí, por mi amor.

Sé que es estúpido... no tenés que decirlo.

Era un sueño y nada más. Una tonta e ilusa fantasía hecha por un joven que lo único que sabe del amor es lo que con curiosidad ve en las películas de los sábados a la noche. Pero ¿sabés una cosa, querido amigo mío? Por un momento, por una sola noche, pude llegar a sentir, al menos de manera parcial y quimérica, lo que es ser amado de verdad.

Decime algo, amigo mío... ¿Es que de verdad valgo tan poco como para no ser amado como todos los demás? No es que espere algo extraordinario. No quiero que me bajen la luna ni mucho menos que se enfrenten a la humillación pública, ni siquiera quiero una docena de rosas o una sola rosa azul. Solo me gustaría que por un segundo, por un solo segundo, alguien me demostrara su amor, me enseñara qué es lo que se siente ser amado con locura, pasión y necesidad... Un libro de Agatha Christie tal vez... un libro y nada más."

Alfa Enamorado. [Quallicchio]Where stories live. Discover now