CAPÍTULO 32 «editado»

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...

Miro la foto una vez más. No me creo todo lo que me esta pasando, no me creo que este sufriendo tanto por culpa de otra persona, que todos estos meses me haya alejado de Faruk por un maldito malentendido, que todo este sufrimiento tiene un nombre -Imed-; que cada lágrima derramada era consecuencia de mis actos, únicamente de lo que yo hago y de lo que ese desgraciado dice.

Odio de todo corazón mostrarme débil, indefensa, a merced de cualquiera; que otros vean mi sufrimientos, mis lágrimas derramarse, escuchen mis sollozos, sientan pena por mí. Lo odio, lo detesto, pero frente a Faruk me es difícil ser la Amal de siempre. Recuerdo las veces que Marwan me pegaba palizas, y después de haber sobrevivido, meterme en mi habitación y llorar en silencio, curarme las heridas y no salir de ella hasta estar completamente curada. Mi única intención era que mis padres no me vieran mal, que no sufrieran conmigo, pero muy claro me ha quedado que importarles mucho no es que les importe. Y aunque me intente engañar, aunque diga que me es indiferente lo que ellos hagan o piensen, me importan mucho, ¡Joder! Que son mi familia. Incluso Marwan que me hacia odiar mi existencia, me llevaba a los limites, me maltrataba hasta que de mis poros brotaban sangre, le quiero, le quiero porque es mi hermano y porque siempre me quedo con lo bueno de las personas. Porque lo creáis o no, solo tengo memoria para lo bueno, para lo bonito, para lo feliz. No tengo muchos recuerdos así con mi familia, siempre han sido problemas, gritos, peleas y más problemas. Pero Faruk... Faruk llegó a mi vida de la peor manera, me obligaron a amarlo, a convivir con él, a aguantar sus malos días y su carácter frío, ¿Pero sabéis qué? Me hizo feliz, fue la única persona que consiguió enseñarme el verdadero significado del amor, de la esperanza, de la felicidad. Fue él quien me hizo sonreír de una vez por todas, quien me sacó de aquél pozo sin fondo en el que había caído, fue él quien me enseñó el significado de la familia, de la unión. ¡Y Dios! No puedo dejar de pensar en una sola cosa, y es que, si Faruk decide olvidarme, decide sacarme de su vida, sé que jamás encontraré la felicidad en otro lado, porque él fue el primero y de seguro será el ultimo.

«Lucha por él, es lo último que te queda».

Mi mente me machaca, me incita a arriesgarme, y aun muriéndome de ganas de ir allí y decirle las mil cosas que siento por él, aclararle el malentendido y demás, me da miedo.

—F...— no consigo ni pronunciar su nombre completo, su primera letra brota de mis labios y creo que ni cuenta se ha dado de mi murmuro -apenas audible-.

—Haz el favor de callar— pide soltando todo el humo por su nariz.

—¿Pero como quieres que calle?— pregunto en un hilo de voz, y es que estoy tan débil, tan floja y asustada que no consigo dar credibilidad a mis palabras -siempre he pensado que la forma de decir las cosas aumentan o disminuyen su certeza-.

Me mira, tira el cigarro al suelo y lo pisa, moviendo su pie de lado a lado hasta que se apaga y vuelve cenizas.

—Déjame explicártelo todo— suplico levantándome y colocándome a apenas unos pasos de él. Esta vez no se aparta, sigue ahí, de pie.

—Amal— susurra pensativo, como si estuviese manteniendo un debate mental de si, dejarme o no explicarle las cosas. Aprovecho su lapsus e intervengo a tiempo, antes de que decida no darme la oportunidad -es muy terco y si decide que no, será que no- y perder todas mis esperanzas de recuperarlo.

—Voy a ser sincera— me acerco más —Te contaré todo, con sumo detalle— su ceño se frunce y su expresión se tranquiliza —Seré real contigo y aunque duela, sabrás toda la verdad— un suspiro largo sale de sus fosas nasales, levanta la cabeza al cielo y susurra algo, que no consigo entender.

INTERESES© - muslima_letters [Completa] [Editando]Where stories live. Discover now