One

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Era la tan ansiada y fresca noche de brujas, donde un grupo de amigos yacían en las afueras del bosque, preparándose para explorar aquel tenebroso laberinto de árboles.

- Brid... Venga, vamos... No creo que Félix llegue, a él no le gustan estas cosas. -le susurró al oído Allegra, intentando convencer a su amiga de moverse de allí y dejar de esperar al chico de sus sueños.

- ¡Oh, vamos Allegra! ¡Estoy segura de que llegara! -aseguró la adolescente de largos y bellos cabellos negros y brillantes ojos azules. Moviendo su pie de manera inquieta mientras miraba el horizonte, esperando a su amado apareciendo ante ella. Iluminado por los últimos rayos del sol como si fuese un sueño, lo cual para ella así era. - ¿Segura de que le dieron la hora bien? ¿Y la ubicación y el día? -preguntó nerviosa.

- Si, Bridgette... -suspiró frustrada su amiga. - Félix dijo que no vendría, no debes extrañarte. -le tocó el hombro en modo de consuelo. - Conociéndolo no creas que porque tú le hayas pedido "por favor" él vendrá. -rodó los ojos.

Ante sus palaras Bridgette hizo un puchero, recordando el como ella prácticamente le había rogado que fuese con ellos mientras le dedicaba la mirada mas adorable que poseía. Casi como si fuese un pobre cachorro abandonado bajo la lluvia. Dejando al pobre rubio de ojos grisáceos notoriamente alterado y nervioso.

- Pudo cambiar de opinión. -insistió con ánimos renovados, intentando ser optimista.

- Te aseguro que no. -se mordió el labio inferior. - Félix no vend... -fue interrumpida por una tercera voz.

- Aquí estoy, Allegra, no hace falta determinar cosas por mi. -pudo verse como el atractivo joven de cabellos rubios elegantemente ordenado, había llegado junto con sus amigos, pues pese a no querer admitirlo, en esos dos años aquellas personas se habían vuelto sus amigos. - Espero no aburrirme. -habló con su gélida y fría voz, dando a relucir su firme y elegante porte junto con sus intensos ojos grisáceos. - Yo cumplo con mis promesas. -se encogió de hombros, recordando que a regañadientes, la jovencita de cabellera azulada lo hizo prometer que estaría presente.

- ¡Félix, has venido! -chilló Bridgette emocionada. Mirándolo con sus preciosos ojos azules tan brillantes como si fuesen un par de focos.

Lanzándose después sobre el rubio en un calido y asfixiante abrazo mientras Allegra rodaba los ojos, rodeando el cuello del joven con sus delicados brazos en apariencia y cerrando los ojos.

- No me hagas arrepentirme, Bridgette. -rodó los ojos el rubio, sujetando las muñecas de la chica y deshaciendo el abrazo. - Espacio personal, por favor. -

Ignorando el comentario la chica mantuvo su radiante sonrisa en los labios y luego abrazó tambien a Claude y Allan, sin la misma emoción. Siendo correspondida por ambos.

- ¡Muy bien! Ya podemos comenzar a caminar hacia dentro del bosque  -comentó mirando el tétrico bosque ante todos - ¿Están emocionados? -

- ¡Siiiii! -chilló de emoción Claude junto con Allan.

- ¡Por supuesto! -aplaudió emocionada Allegra, observando cómo los demás compañeros de curso la acompañaban... Bueno, excepto Félix que aún mantenía su seria expresión.

- No. -negó rotundamente el atractivo rubio de ojos grisáceos.

- ¡Oh venga! -rodeo con sus brazos a su amigo el castaño de ojos azules. - Será divertido... -

- Puaj... Gérmenes. -se deshizo del agarre de su amigo.

- Alguien más asqueroso que tú no hay. -rodó los ojos Claude, cruzándose de brazos. - ¿que harás cuando folles por primera vez? -preguntó con diversión. - Seguramente detengas todo el momento de calentura para descinfectarte el cuerpo de los gérmenes. -suspiró rehusado de su amigo.

Maison hantée de l'amourWhere stories live. Discover now