XVII

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Las dos semanas más hermosas que pudieron vivir, enamorados hasta la médula, Ben yacía en la cama moviendo todo su cuerpo estirandose, estiró su mano a donde yacía Rey pero no la sintió, abrió los ojos y miro y ella no estaba, se levantó se lavo la cara y se puso uns ropas sencillas para bajar a buscarla, dijo su nombre un par de veces pero no oía respuesta y tampoco pudo ver a ningún sirviente, algo en el se alarmó, «¿Donde esta?» pensó puesto que no la veía en ningún lado si no hasta que miro por la ventana trasera y hay la estába se encontraba acomodando unas cosas en la mesa del jardín trasero su corazón porfin tuvo calma..

—Ya te has levantado, - le pregunto sin antes besarlo, el la abrazo fuertemente

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—Ya te has levantado, - le pregunto sin antes besarlo, el la abrazo fuertemente.
—Si, - tomandola del rostro —me preocupó no tenerte cerca.
—Aquí estoy mi amor jamás me iré de tu lado, - tomando una de sus manos y la beso de una forma muy erótica.
—Rey me pones muy mal.
—¿Mal?, - pregunto sarcástica.
—Tu sabes que tan mal, - besandola apasionadamente, lo apartó un poco, Rey sabía que su seguían así no probarian bocado y con  el trabajo que le costó.
—Será mejor que desayunemos.

Antes de empezar con el desayuno Ben miraba fascinado todos los platillos.
—¿Lo hiciste todo tu sola?.
—Si solo para ti, - sirviendo un poco de ensalada en su plato.
—¿Y los sirvientes?.
—Les eh dado el día libre, - dijo con una sonrisa.
—Ya veo, - probando la comida, Rey noto la seriedad.
—Acaso te molesta, - mientras se sentaba lentamente en frente de el, el saboreó la comida en su boca y la miro muy serio, Rey pensó que talvez había cometido un error, su semblante cambio y le sonrió ampliamente.
—Yo jamás me molestaría contigo además eso de alejar a los sirvientes me parece una gran idea solo tu y yo, - tomando su mano.
—Por un momento pensé que estabas molesto conmigo.
—Enojarme contigo, eso nunca mi amor, además esta comida esta riquísima, - Rey porfin se relajó.
—Especialmente para tí.
Ambos comieron tranquilamente con una sonrisa dibujada en sus rostros estaban demasiado enamorados como para detenerse a enojar.

Poe había logrado saber quien era el ahora esposo de Rey, «esposo» eso le dolía más que cualquier herida en batalla o golpe que halla recibido en la prisión pero tenía que tener todos sus sentidos fríos y alertas,  estaban a un día de camino a llegar a la mansión Solo Skywalker.
—Estoy demasiado cansado, - protestó Finn, —casi 3 semanas de viaje, que harás cuando veas a Rey.
—Pedirle una explicación, - sonando dolido.
—Y si ella dice que ahora ama a su marido, - Poe volteó para mirarlo una mirada fría y herida, —lo siento, pero tienes que ver esas posibilidades, ¿no crees?, - Poe pensó un poco las palabras de Finn el tenía razón.
—Tiene que ser ella quien me lo diga, - sin más fue lo único que dijo, Finn entendió que Poe no hablaría más del tema no por el momento.


Esa tarde Ben invitó a Rey a un Riachuelo no muy lejos de la casa, asi que tomaron una canasta y una manta, Rey no dejaba de sorprenderse con toda la bella naturaleza que los rodeaba, Ben llebava la canasta.
—Este lugar es hermoso Ben, - sin soltar su mano.
—No más que tú.
—Ben, - le gritó.
—Eres bellísima eres la cosa más bella que halla visto, - atrayendola para besarla, ella lo abrazo por la espalda fuertemente, se separaron para tomar aire.
—Ven sentemonos por aquí.
Ben la llevo a un agradable lugar bajo un árbol con vista al río, hay acomodaron la manta y se sentaron mirandose fijamente.
—Me gusta que estemos solos en la casa, - le dijo a ella.
—A mí también, - tomando un poco de pan.
—Me siento en paz cuando estoy contigo, - acariciando su mejilla, ella se estremeció ante su toque.
—Yo también me siento tan bien de estar contigo es una paz que jamás sentí antes y que nunca creí sentir pero contigo mi amor me siento tan tranquila y
Ñ protegida bajo tus brazos, - tomó su mano y la besó.
—Yo siento exactamente lo mismo me sentía tan solo tan dolido de la vida pero tu mi amor eres mi luz en esta oscuridad, - atrapando sus labios y entre ese beso Rey logró articular palabra.
—Espero que sea así siempre Ben, tu y yo por siempre eternamente juntos, - el se detuvo y la miro.
—Eternamente seré tuyo y tu mía, te amo tanto Rey, - ella lo miro con una mirada mordaz y con una gran tentación.
—Besame, Besame y no pares, - le rogó, el le beso el cuello primero tan lentamente pero Rey quería que fuera más halla, el tocó su piena bajo su vestido Rey ya estaba jadeando.
—¿Rey?, - le dijo mirándola con deseo ella asistió, —Muy bien.
Ella se recosto sobre la manta y el se poso sobre ella con mucho cuidado besandola profundamente ella lo recibió muy tentada de que este juego pasará a otro nivel, el le abrió un poco la parte superior del vestido y tocó sus suaves pechos los masajeo mirando su reacción ella se encontraba pérdida entre sus manos que la tocaban profundamente, Ben bajo una de sus manos para levantar su vestido y ella lo atrapó con otro beso encontrando su lengua ella había aprendido muy bien, el bulto entre sus piernas palpitaba deseoso de tenerla, Rey bajo su mano para sentirla tomandola de su eje Ben se sobre salto un poco algo nuevo en ella, la siguió besando y subiendo su vestido y sus manos nadaron entre sus ropas, si ella lo hacía tocar el cielo el también lo haría metió uno de sus dedos y ella se tenso por un momento dejó de masajear pene.
—¿Te duele?, - le susurro.
Ella nego con la cabeza.
—Sigue porfavor, - atrapando su labio con sus dientes.

AMOR ETERNO Where stories live. Discover now