ONE SHOTS | CLAUMILIA

Reencuentro

Hoy era el gran día en que todos los ex-alumnos de Like volvían a la institución para celebrar una fiesta a los alumnos que habían salido bien.

Emilia se encontraba emocionada porque al fin vería a León y a Ulises. Hasta que cayó en cuenta que también implicaba ver a Claudio y Keiko.

—Amor... ¿Cuál te gusta más, este o este?—le preguntó con un saco en cada mano.

—El negro te queda mejor.

—Gracias.

Su pareja salió del cuarto. Emilia siguió mirando la puerta.

Él no era Claudio.

(...)

—¿Tienes todo?—le dijo revisando su bolsa.

—¡Si! Ya es la quinta vez que me lo dices y revisas mi bolso y maletas.

—Lo siento, es que no solo iremos a una fiesta. Después es el viaje.

—Ya sé...—rodó los ojos.

—¿No estás emocionada?

Se quedo callada y se adentró al carro para emprender marcha a Like.

(...)

Al llegar en la pantalla que se encontraba en las escaleras está escrito con letras mayúsculas y amarillas "BIENVENIDOS".

Emilia sonrió al recordar lo que había pasado en esas escaleras.

—Me gusta...—le dijo su acompañante.

—Sí, es hermosa... Extraño tanto a mis amigos.—suspiró melancólica.

—¡Vamos a buscarlos!

Avanzaron al lugar donde sería la fiesta.

—¡Emilia!—Ulises corrió a abrazarla al lado de Machu.

—¡Hola!—los abrazó.

Machu observó detrás de Emilia.

—Hola...—saludó tímida.

—Hola, mucho gusto.—dijo la pareja de Emilia y saludo a Ulises y Machu.

—¿Él es de quién me hablabas?—Emilia asintió.

Cuando Machu iba a seguir preguntando llegó León al lado de Tony.

—¡Emi!—la abrazó Tony.

—Te extrañe mucho.—le sonrió León y la abrazó.

Emilia presentó a su acompañante y se sentaron todos en una mesa apartada de los demás.

(...)

—Emi...—le susurró Machu al oído.

—¿Qué pasa?—dijo de la misma manera.

—No quiero que te pongas mal... Pero creó que es necesario decírtelo para que... Te vayas concientizando...

—¿Qué sucede?—habló preocupada.

Machu iba a hablar cuándo entraron.

Claudio tomaba a Keiko de la mano.

Emilia sintió su corazón romper.

¿Cuánto iba a tardar en superarlo?

(...)

Claudio no hacía más que abrazar a Keiko y darle besos en las mejillas. Emilia estaba tan enojada que hasta de la desesperación quería llorar.

—Amor, ten.—le tendió una cerveza.

—Gracias.—la tomó.

Cuando Emilia se había volteado miró de reojo que Claudio la miraba. Tomó a su acompañante del cuello y lo acercó para besarlo.

(...)

—Emilia...—llegó Claudio.

—Claudio, ¡que sorpresa verte por acá!—fingió entusiasmo.

—¿Podemos hablar?

—¿De?

—Quiero aclarar algunas cosas.

—Está bien. Vamos a la sala de música.

(...)

Cuando llegaron Emilia se recargó en el piano y Claudio igual a su lado.

—Habla.—dijo Emilia.

Se tomó unos minutos para comenzar.

—Yo... Terminé con Keiko.—le confeso.

Emilia quedó perpleja. ¿Entonces esas muestras de cariño?

—No te creo, pero tampoco es algo que me importe.

—Esos abrazos y besos en la mejilla, son porque somos mejores amigos ahora.

—Claudio, no tienes porque darme explicaciones ¿sí? Tú y yo terminamos nuestra relación hace mucho tiempo. Ahora soy feliz.

—¿Cómo se llama?—le preguntó.

—Luis.

—Ese tal Luis... No te hará sentir jamás como yo.—se le acercó y le beso la frente.

Emilia se quedó quieta.

Claudio bajo a su nariz y depósito un beso. Bajo a su cuello y lo beso. Emilia sentía que no iba a aguantar y tendrían sexo aquí mismo.

—Claudio...

Intento pararlo pero Claudio no hizo caso. Hasta que subió a sus labios.

—No sabes cuanto te extrañe

Y la beso. Emilia perdió el control.
Claudio la levantó y la subió al piano mientras seguían besándose. Iban quitándose lentamente las prendas cuando Emilia paro.

—¿Qué sucede?—preguntó agitado.

—Sucede que no le voy a hacer esto a Luis. No voy a hacerle lo que tú me hiciste a mi.

Claudio la miró triste.

—Luis es un buen chico. Él si me hace sentir amada. Lo quiero mucho y no voy a perderlo por un estúpido como tú.—dijo Emilia tranquila.

Claudio bufó al oír esas palabras.

Emilia se bajo del piano y camino hacía la puerta.

—Un consejo: Nunca pienses en hacer algo malo, porque existe el karma y es peor.

Salió con una sonrisa dejando a un Claudio triste, enojado y abatido.
Nunca pensó que para estar feliz necesitaba hacerlo sufrir.

Avanzó al lugar de la fiesta y término de disfrutar la noche.