QUESTIONS

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Una sonrisa se formó en sus labios al reconocer el lugar donde estaba, desde aquella tarde cuando se confesaron todo, el descanso de sus noches había cambiado. Pasó sus manos por su rostro para despejar todo rastro de sueño que aún quedara, miró a su al rededor y el otro lado de la cama estaba vacío, supuso entonces que debía llevar un buen rato durmiendo solo en aquella habitación...

La habitación de Harry.

Una semana, solo una semana desde que finalmente todo sentimiento fue confesado; Harry le había susurrado al oído cómo fue que aceptó que sentía cosas por él, y con una de esas sonrisas que hacían derretir a Louis le confesó todo lo que los actos coquetos del ojiazul le hacían sentir. El ángel no se quedó atrás y confesó que desde el primer momento había sido flechado por él, y que aquella noche en la que Harry le regaló caricias y besos mientras decía estar "jodido" por él fue el detonante para que Louis se decidiera a confesar.

Harry se disculpó por sus celos, le dijo que no supo lo que atravesó su cuerpo cuando vio a Louis siendo lindo con otro chico que no fuera él. Louis comprendió entonces que Harry nunca había tenido motivos para celarlo, y entre risas le dijo que de haber sabido que con causarle celos el rizado finalmente se declararía, lo hubiera intentado semanas antes.

Cerca de llegar a la cocina escuchó a cierto rizado tararear una canción desconocida para él, involuntariamente sonrió y se detuvo en el marco de la puerta; Harry se movía de un lado a otro al ritmo del sonido que él mismo producía, vestía unos pantalones holgados al igual que Louis y su torso se podía admirar perfectamente.

Louis no pudo contener el suspiro que escapó de él y aún con la sonrisa en su rostro se acercó al rizado, el olor a tocino y panqueques intensificándose cuanto más se acercaba. Rodeó la cintura de Harry con sus brazos y depositó un suave beso en su nuca.

—Buenos días perezoso —saludó Harry con una sonrisa en sus labios.

—Buen día madrugador —respondió con la misma alegría Louis, el rizado giró su rostro para encontrarse con el del ángel. Se miraron por unos segundos hasta que sonrieron al mismo tiempo y unieron sus labios en un suave beso.

Así habían sido todas las mañanas desde aquella tarde que regresaron repentinamente de Secrets, y ambos se sentían tan bien con ello, como si llevaran toda una vida con esa rutina de la que jamás se cansarían.

—Terminaré en unos minutos, ponte cómodo —dijo Harry con voz suave después de separar sus labios, el ojiazul asintió besó rápidamente el hombro desnudo del rizado y se dirigió a la isla de la cocina.

Harry terminó de colocar los últimos trozos de tocino en el plato que contenía el resto, tomó el recipiente que contenía la miel y se giró para llevarlos a la superficie de mármol, se detuvo de golpe y logró salvar el desayuno que tenía en las manos.

No era la primera vez que veía aquellas cicatrices en la piel de Louis, sin embargo, quería saber su historia, sobre todo la historia del ángel.

Las miles de incógnitas que desde hace tiempo rondaban en su cabeza volvieron a aparecer, más ahora que Louis y él estaban juntos...porque ya eran un ellos ¿cierto? "Maldita sea" pensó Harry; eso quería decir que había algo más que aclarar entre ellos.

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—No vayas a Secrets hoy —rogó Louis con un puchero en sus labios— pasa el día conmigo.

Harry sonrió ante la actitud caprichosa que Louis estaba comenzando a tener, aunque debía ser honesto y admitir que también le costaba estar tanto tiempo separado del ojiazul. Llevaban apenas una semana juntos y el único momento en el que eran inseparables era en la noche, cuando la fuerza de voluntad de ambos era derrumbada por la adicción que tenían a los labios del otro. Ya sea que Louis pidiera a Harry que durmieran juntos o que el rizado le pidiera a Louis que se quedara con él hasta que se durmiera y claro, al final terminaban pasando la noche juntos.

GIFTED 🌙 |L.S.| Where stories live. Discover now