DESBLOQUEADO

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Estrechó la mano del piloto que había encabezado su largo viaje de catorce horas, una pequeña sonrisa y un movimiento de cabeza a las sobrecargó que habían atendido cualquiera de sus antojos y, finalmente bajó la escalinata de su nuevo jet privado.

Sin embargo, no mucha gente en el aeropuerto prestó atención al chico de cabellera negra y sexy outfit, solo unos cuantos curiosos sorprendidos por los guardaespaldas y, quizá, los tres paparazzi que seguían su camino rumbo a su camioneta.

Había regresado a Londres, y la última parada que haría sería la casa de cierto rizado...solo quería comprobar lo que había dejado meses atrás.

...

—¿Davina? ¿La chiquilla fugitiva? —preguntó Joan.

Por supuesto que sabía de ella, toda la isla lo hacía, Estela se había encargado de dejar en claro que quería a esa niña en sus manos; quien la entregara sería recompensado. Hasta que, bueno, el hechizo de la joven bruja se rompió...y la encontró.

Joan podía sentir plena tranquilidad recorrer su cuerpo, ella genuinamente pensaba que Estela le había perdonado la vida.

Estela tenía otros planes.

—Esa niña parecía conocer de lo que podía ser capaz, pero no del todo —inició relatando Estela— uso un conjuro para cubrir su coartada pero —miró seria a Joan— ¿cuál es la única manera de romper un conjuro?

—Depende del tipo de conjuro —contestó Joan, sintiéndose nerviosa por un momento, era como si la mirada de Estela congelara su sangre y eso, le aterraba.

—Bloqueo —respondió simple la bruja

—Un conjuro de bloqueo solo es posible romperlo si la persona que lo conjuró lo confiesa.

Estela sonrió, su macabra sonrisa regresó provocando un escalofrío no solo en Joan, también en su hermana Frida.

—La muy estúpida se ocultó en Luggnagg —continuó relatando Estela— y lo confesó.

—Su conjuro se rompió...

—Lo demás es historia querida Joan —dijo la bruja— historia que tu conoces, un ángel recurriendo a la bruja experta en pociones para bloquear un don y visitar a una mortal.

—¿Dónde entra el ángel en todo esto?

Estela sonrió, sus ojos esmeralda brillando, ya fuera de gozo, diversión, lo que fuera...brillaban.

—Davina rompió su conjuro cuando confesó estar embarazada de ese ángel —habló Frida por primera vez en todo ese rato.

La cara de Joan se deformó, porque no podía ser posible, la tranquilidad de esfumó. Ella no podría ser parte de eso, del plan malvado de una bruja solo por la avaricia de más poder; iba contra sus principios como bruja de pociones, además ¡se trataba de una niña! y... un ángel que no mostró más que amor puro dispuesto a romper las reglas para acercarse a su pequeña hija.

—No —sollozó Joan— ¡Estela por favor no!

—No lastimarás a la niña, querida Joan —aclaró Estela con tono fastidiado— solo necesito tener acceso al ángel desde alguien que allá.

—Si me permite, me ofrezco por voluntad propia mi señora —dijo Edward inclinándose hacia la bruja— seré yo quien la traiga a usted.

—Gracias querido, pero será más fácil y obvio que te aparezcas de la nada, necesito de alguien que ya es conocido para él.

—Quieres una poción de posesión —titubeó Joan.

—Tu inteligencia es extraordinaria, por ello eres la mejor con las pociones —halagó Estela— así es, quiero una de esas...

GIFTED 🌙 |L.S.| Where stories live. Discover now