ú n i c o

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YoonGi estaba harto de Park en su gimnasio, estaba harto de que él se metiera en su espacio personal como si fuera dueño del mismo, definitivamente algo andaba mal porque lo que resultaba realmente perturbador es que Park parecía no tener ni mínima idea de cómo afectaba su presencia en cada espacio en el que se forzaba a entrar sin ser invitado.

Irritado esa noche observó a Park entrar al gimnasio, muchos de los chicos le miraban y otros simplemente demasiado heterosexuales no parecían notar el cambio en el ambiente, él en cambio se esforzó por no ser pillado mirándole el trasero en esos pantaloncillos cortos de color rojo que se moldeaban a la perfección sobre la curva de su trasero, imaginaba que al levantarle la camisa un par de hoyuelos le saludarían.

Park entró moviendo las caderas al ritmo de la música en sus auriculares, saludó a su instructor que fue específicamente seleccionado por Min, obviamente eligiendo al más heterosexual de sus hombres para ser su instructor personal. Min siguió con su rutina de la noche y ayudó a dos chicos a hacer sus ejercicios correctamente como siempre, el último de la noche estaba por llegar y Park ahora estaba sudado y cansado haciendo su último ciclo de entrenamiento.

YoonGi podía dar una mirada furtiva para ver como los pantaloncillos cortos del rubio se movían hacia arriba cuando contraía las piernas, como su clavícula se marcaba más cuando este hacia movimientos con las pesas, como mostraba su clavícula con esa camiseta de cuello grande, santo pecado. Duro de nuevo, se forzó a sí mismo para pensar en cosas desagradables como en los señores en el sector de al lado que pasaban por una crisis de los 50 y venían a entrenar creyendo que algo cambiaría a sus cincuenta cuando durante sus veintes comieron todo lo disponible en el área de comidas rápidas ¡ilusos! Pero pagaban demasiado bien y un 35 de la economía de su gimnasio venia de eso.

A Min no le gustaba ser la clase de chico fornido al cual se le lee en los brazos que se ejercita en exceso para ocultar su pequeño tamaño de paquete y Park era exactamente lo contrario a eso ¡Lo cual lo volvía una tortura! , el chico ejercitaba su cuerpo completo como formando una maquina perfectamente aceitada, el chico no quería músculos pero al ponerse sus pantalones parecía encantarle como estos se apretaban en su cadera y marcaban la curva perfecta de su culo. Matador.

JiMin se acercó a él, y todo su cuerpo reaccionó al instante tratando de mantenerse concentrado en el chico que hacia flexiones frente a él, tratando de ver la manera que las rodillas se contraían de la manera correcta, la espalda recta... y el olor a Park.

—Hombre ¿Cuándo aceptaras entrenarme a mí? —preguntó Park, Min no se atrevía a pensar en su nombre de pila aunque lo supiera, era casi como si al usarlo Park sabría que pensaba en él, cosa que no permitiría.

—Estoy algo ocupado chico, tengo muchos otros esperando por mí—eso tendría doble sentido pero el tono de voz de Min era lo suficientemente plano para no dejar que las insinuaciones tuvieran cabida. Casi podía decirse que no estaba mintiendo la verdad era que tenía trabajo hasta para meterse por el culo pero su hermano y él se negaban a contra mas asistentes fuera de NamJoon que era casi su hermano, y Suho, no solo los restaurantes pueden ser negocios familiares.

—Eres un descarado, te veo haciendo nada cada vez que vengo—Park rodó los ojos y luego su vista se plantó en el chico frente a ellos—Wow, eso es un buen cuerpo.

Min se atrevería a malinterpretarlo pero estaba claro que esa no era la intención de Park, el entendía que siendo cazador de arte* él solía hacer esa clase de comentarios sin vergüenza alguna. El chico frente a ellos se sonrojó un poco pero siguió con el ejercicio de subir y bajar con ambas manos detrás de la nuca.

Terapia de Gimnasio O.S +18 [YOONMIN]Where stories live. Discover now