Evolet

Cruda Realidad

-Me enamore – dije mientras me lanzaba sobre la cama de mi mejor amiga y cerraba por completo mi nueva adquisicion, "Donde Termina el Arcoiris"

-Si claro – hablo sin importancia, pasando nuevamente la hoja de su revista de cocina

Ella podía llegar a ser muy exasperante cuando quería.

-Deja de ignorarme, ¿Por qué lees mientras hablo? 

-No se te hace familiar… Tal vez ¿A ti? – dijo en tono irónico

-Nunca te eh ignorado – gruñí,

-Recuerdas cuando te contaba sobre la pelea de mi hermano y te pedí que repitieras de que hablaba y dijiste…Me amas ¿Real o no?

-Epa!, deja a Peeta fuera de esto – dije sentándome

-Peeta, Scott, Jace, Daemon, Edward, Travis, Tobias, Walker, Patch, Mr. Darcy, Christian…

-Bien que te gusta Christian – susurre

-Solo lo lei porque dijiste que mi vida sexual iba a mejorar – grito

-Y...

-Y ¿Qué?

-¿Funciono? – bromee, quise reír pero el ceño fruncido en su rostro me hizo pasar saliva

-Necesitas un psicólogo – dijo lanzando su revista a un lado

-¿Psicólogo? Porque deberi…

-Por los últimos años has estado enamorada – hizo una pausa – treinta, cuarenta veces pero... un momento ninguno de ellos eran reales... eran personajes ficticios – gruño

Suspire.

Eso era cierto, muy cierto.

Pero no dudaba de mi estado mental.

Solo que... Aun pensaba que pudiera existir alguien como ellos.

Cada uno era diferente a su manera, y llevaban esos toques que a cualquiera volvería loca.

Pero cruda realidad, ellos no podían salir de los libros.

-Toc.. Toc ¿Hay alguien allí? – bromeo Nina

Odio su maldita bipolaridad.

Ella necesitaba un psicólogo, no yo.

Además, enamorarse de un personaje ficticio le pasa a cualquiera, ¿Cierto?

-No, no a cualquiera solo a ti – dijo caminando hacia mí

-¿Cómo lees mis pensamientos? – pregunte incrédula

-No los leo, te conozco hace – enumero con sus dedos – Seis años, se lo que piensas. Haz leído libros desde que te conozco pero, no crees que es demasiado – susurro esto ultimo

-Demasiado porque, además no estoy buscando a alguien en específico – Nina bufo a mi lado

- Mírame – dijo tomándome de los hombros para que girara hacia ella

-Y allí viene el sermón – bromee

-No es un sermón, solo que… sientes demasiado por personas que… no existen.

-No hables así de ellos, las películas ya están saliendo – sonreí

-Mierda!, Siempre es lo mismo contigo. Encuentras respuestas a todos mis peros. Es enserio, quieres ser una solterona de por vida, criar cinco perros, cuatro gatos, tres tortugas, dos hámster y un loro.

Alce la ceja.

Si, necesitábamos un psicólogo en esta habitación y no exactamente para mí.

Acaso no creía posible que yo, Evolet Duarte, mantuviera una relación real con un chico real.

¿Real o no?

Peeta no es el momento.

-No seré una solterona, podría salir con quien quiera. Pero sencillamente no me da ganas, así que dejemos este tema aun lado, te parece – Dije enojada

Ella podía hacerme cambiar de humor tan rápido.

Oh no.

La alerta roja en mi cabeza se encendió cuando vi a Nina sonreír con malicia, esto no era nada bueno y podía notarlo así estuviera a kilómetros de ella.

Trague fuerte.

-Así que con quien quieras – alzo una ceja

Ja, si creía que podía intimidarme con eso estaba equivocada.

Muy equivocada

-Claro – dije firmemente

Nina se aclaró la garganta.

Mierda.

Me Retracto.

Mierda.. Mierda.. Mierda.

Ella podía ser una persona muy, muy mala cuando se lo proponía

Podía jurar que estaba sudando, e incluso las gotas ya caían por mi mejilla.

-Entonces… - la interrumpí

-Aunque no es que quisiera a alguien genial no, tu.. Tu sabes mis gustos no, te imaginas yo saliendo con el popular de la escuela, algún universitario, el mujeriego, un ángel caid… obviemos eso último, a lo que me refiero es que, mis gustos son simples, lo sabes ¿Cierto? – balbucee esto ultimo

-Si claro, se claramente cuáles son tus gustos y no creo que sean simples – mordió su labio inferior – Tatuados, Populares, Megalómanos, Musculosos, Ojos claros, Cabello claro, luchadores, ¿ Me perdí algo o está todo allí? – pregunto con burla

-No me vas a obligar a nada – enfurecí

-No te estoy obligando a nada – susurro

Me estremecí

-Entonces… que.. Quieres.. con todo ello - pregunte curiosa

-Nada - respondio

-Nada - Entrecerre los ojos, esto andaba mal, ella no era de las personas que dejaban algo inconcluso, eso lo sabia perfectamente, la conocia durante seis años y podia jurar que la conocia como la palma de mi mano.

Nina sonrio para tranquilizarme al notar que no le quitaba la mirada de encima.

-Tranquila. Dime tu, que podria hacer yo para obligarte a salir con alguien - Respire aliviada y entonces.. todo los hilos se unieron.. mis labios se entreabrieron y yo tan solo quize golpearme fuertemente por no haber notado lo que estaba haciendo.

Esa no era una pregunta.

No lo era.

Se estaba burlando de mi.

Ella tenia algo con que obligarme, y justo ahora estaba repasando mentalmente las formas posibles para escapar de esto.

Maldita sea Nina.

Maldita sea Yo.

Maldita sea mi jodido orgullo.

Estaba jodida.

Muy Jodida.

Meterse con la familia Montaner no era cosa de juego, y sabia perfectamente que Nina usaria a su familia. 

Mas claro.

Su hermano, el estupido Evan Montaner.