Cierra la boca. [SnK Yaoi FanFic]

*Primera impresión.*

-General Jaeger, es un honor tenerlo por aquí ¿algun encargo o tarea en especial?- preguntó el Capitán General Tim del lugar. Era un Señor, con algunos treinta años encima, no era muy viejo y mantenia su forma.

-Para nada Señor, el honor es todo mío- comentó el otro-. Y... no, no es una entrega ni nada por el estilo, me han transferido a esta Correccional.

Jaeger se veía sumamente... decepcionado, había trabajádo toda su vida para conseguir las cuatro estrellas que orgullosamente portaba, como para que trabajará de "niñera de personas-problema"  o, como el les decía "sucias ratas que sólo eran un desperdicio en el mundo de espacio y de tiempo", y no, no era simplemente resentimiento, su motivación para acabar con la basura en su labor surgía de un lado muy oscuro de su corazón, los quería asesinar a cada uno de ellos lenta y tortuosamente, pero no, el no sería como esos, lo haría limpiamente. Era un odio totalmente incomprendido, pues nadie había vivido lo que el...

Y lo peor de todo es que hasta tuvo que mudarse, pues ese lugar quedaba a las afueras de la ciudad

-... Joven Jaeger...?- escuchó Eren a lo lejos y rápidamente volvió en si.

-¡L-lo siento, Capitán!- se disculpó inmediatamente.

Lo que realmente agradecía el chico era la confianza que el Capitan le brindaba, porque, al único que pudo comentarle de su severo caso de autismo fue a el. El Señor Tim jamás lo juzgó y siempre tubo altas expectativas en el, apoyándolo cuando lo necesitase y, gracias a él, pudo convertirse en lo que es ahora.

-No te preocupes- le consoló el Capitán-. Sé, que éstas primeras semanas son difíciles y necesitarás habituarte, pero no te la pasarás mal. El Capitán le guiño el ojo y le dio una palmadita en la espalda antes de salir y dejarlo sólo.

-... Yo no lo creo...

°^°

Eran exactamente las 9:45 de la noche cuando Eren se encontraba rondando por el comedor de la prisión. Debía conocer el lugar, pero le gustaba más el silencio, así que decidió hacerlo en la noche.

El comedor, el patio, la zona de entrenamiento, los baños, todo lo recorrió, ahora sólo faltaban las celdas.

Todas estaban en el otro edificio, así que cuando llegó eran las 11:15.

El pasillo A.

-...- él silencio realmente le fascinaba, era frío y calculador, pero, cuando se encontraba sólo y en silencio podía ser el mismo.

El pasillo B.

-...- el sonido de la lluvia empezaba a hacerse presente, a Eren no le molestaba tampoco.

Caminaba a paso normal, con las manos en los bolsillos y la cabeza en alto.

-...Ey, niñero nuevo, no deberías ir para allá...- escuchó a alguien susurrar.

Inmediatamente se puso en posición de ataque, y avistó a un hombre sacando su mano por la reja.

-No creo que seas el adecuado para decirme que debo hacer...- contestó molesto.

Al verlo mejor, se dio cuenta que tenía una cicatriz cruzandole la cara.  Tenía una rara expresión, si a eso se le podía decir, daba acierto aire de inquietud.

-... sólo era un consejo...- le contestó el preso.

-Pues yo te daré otro. Ya lárgate a dormir.

Eren se giró, y, decidido, continuó su camino.

-...nunca sabes lo que te puedes encontrar...- susurró por último aquel sujeto.

A Eren le dio un escalofrío con esas últimas palabras.

No, no podía acobardarse, era un oficial, un General, el ya había visto todo, o eso creía.

Caminó y caminó. 

El pasillo C.

Siguió caminando y no había encontrado nada sospechoso. Los presos se hallaban durmiendo en sus respectivas celdas. Nada extraño.

-...Ahh...- escuchó.

Ese sonido le era muy peculiar. Y lo recordó. Alguien estaba siendo violado.

-¡Ahh!...- el sonido cada vez se escuchaba más fuerte.

Rápidamente tomó su arma y su linterna y corrió hasta la última celda.

Iluminó su interior y...

-¡Detenganse aho...

Lamentaria el momento de su interrupción.