Capítulo 23 - Nuevos horizontes

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¿Rusia?
¿Cómo iríamos a dicho lugar en tan poco tiempo?
Sí o sí teníamos que cruzar el mar, llegar a tierra, buscar el lugar, cambiar todo, y revertir el proceso de "Purificación".
Buscaríamos soluciones lo más pronto posible, en grupo, como familia que éramos. Otra idea ambiciosa a la lista.
Le pedí opciones a la computadora, pero, dijo que no había vehículos disponibles en este momento. Yo seguía seguro de que tenía que haber una solución.

-¿Qué quieren que hagamos? -Les consulté a los chicos-.

-Creo que, es primordial tener solucionado eso desde ya. -Dijo Dylan-.

-Creo que tiene razón. En el aeropuerto tiene que estar nuestra respuesta. -Exclamó Andrew ancioso-.

Decidimos emprender un pequeño viaje al aeropuerto, ya que ahí seguro había un avión o algo para poder viajar. Antes de eso, me comuniqué con Philip, le dije que se alistara con Briana, a lo que él aceptó, y, fuimos por ellos. Mathew, el chico espía que nos habíamos encontrado aquel día en la base de Dylan, se quedó a cargo de nuestro hogar, junto a Emma y Chloe.
Laura, Dylan, Andrew, Philip, Briana y yo, seis chicos con la misión de evitar que el mundo acabara de forma permanente.

Llegamos a casa. Ahí estaban ellos dos, sin saber qué viaje nos deparaba.

-¿Cuál es la razón de esto? -Preguntó Briana-.

-Pronto se darán cuenta. -Dijo Andrew-.

-Espera, espera, ¿Qué carajos hace aquí este tipo? -Dijo Philip, señalando a Dylan-.

Procedí entonces a ponerlo en contexto, y él comprendió, pero no tragó entero.

-Sólo no vayan a morir, ¿Sí?, capaz que los haces morir. –Me dijo Chloe antes de irnos-.

-Tú encárgate de cuidar esto con Emma, es lo único que nos queda... idiota. –Le respondí-.

Llegamos al aeropuerto. Ya estaba amaneciendo.
A pesar de todo, era muy bonito. El efecto de la naturaleza mezclado con las edificaciones, es hermoso.

Bajamos todos del auto, sosteniendo nuestras armas, y con los ojos bien abiertos, entramos.
El lugar estaba cerrado, casi que intacto, pero, esto se debía a la cantidad de Z tan grande. Miles de Z, podían impedir que viajáramos. Eran demasiados, y quizás por eso nadie se atrevió a entrar y establecerse aquí.
Casi todos aquellos Z estaban ubicados en un sitio específico del aeropuerto, así que, teníamos que usar eso a nuestro favor.
Philip le puso silenciador a su pistola, y le disparó al candado que tenía la puerta. Entramos.


Con mucho silencio, nos dirigíamos a la sala de control. Por cada Z que nos encontráramos, lo acabábamos con un cuchillo, así, sin alertar al resto, pero, eso cambió, porque un Z atacó a Dylan, y, no tuvimos más remedio que disparar, obviamente al Z. Pero no disparó Dylan, quien tenía el arma con silenciador, sino que fue Andrew. El ruido causado alertó a todos los Z que se encontraban en el lugar, y tuvimos que correr directo a la sala de control. Ya eran varios Z los que nos perseguían.

Decidimos separarnos, Andrew y Dylan por un pasillo, Laura y yo por otro, Briana y Philip por otro. Ellos fueron directo a la torre de control, o, ¿Quién sabe?, nosotros iríamos a una parte del aeropuerto donde no nos pudieran alcanzar, haríamos tanto ruido, como para que todos los Z se concentraran en eso, y así, Andrew y Dylan podrían hacer su trabajo.
Llegamos a dicho lugar, y comenzamos con el ruido. Dylan me comunicó por radio que, sólo había disponible un pequeño avión, con capacidad máxima para 6 personas, pero, ¿Y la gasolina? Eso sería algo de lo que nos encargaríamos después, porque ahora que ya sabíamos que había un vehículo, y debíamos volver a organizar las maletas para salir. Rusia cada vez estaba más cerca.
Dylan aún hablaba conmigo, pero, se escuchó un ruido, y él dejó de hablar, como si algo le hubiera pasado.
Agarré una pistola de bengalas que llevaba, y la disparé, para que así, los Z fueran por ella, y nosotros iríamos a ayudar a Dylan y a Andrew. Llegamos al lugar donde se suponía estaba Andrew y Dylan, pero, para nuestra sorpresa, no había nadie.

Laura y yo nos separamos. El lugar tenía varias columnas, así que fuimos con cuidado. Después de un par de minutos que se hicieron eternos, no encontramos nada. Al darnos casi que por vencidos, mi radio sonó, pero no era ni Dylan ni Andrew, era una voz conocida, pero, no la podía determinar muy bien. Hablé con esa persona.

-Tengo a tus chicos. Si los quieres vivos, vengan hasta donde estoy. -Dijo la voz indeterminada, y concluyó dando su ubicación-.

¿Quién sería?
Por mi mente, la única persona en la que pensé como opción, era una que se había perdido, una persona con la cual, no me llevo muy bien. Sí, efectivamente, con Félix.
Nos dirigíamos entonces al lugar que nos indicó, muy alertados, y con mucha precaución.
Teníamos que acabar de una vez con Félix, era una piedra en el zapato.
Llegamos. Había mucho silencio. Y para nuestra sorpresa, ahí estaba el avión, así que, siendo ese el único lugar, decidimos entrar a él. Estábamos aún muy alertados.


No estábamos solos, pero, sería fácil encontrarlos en un avión pequeño. Fuimos hasta a la parte final, la trasera del avión, y abrimos una pequeña cortina y, ahí estaban ellos, amarrados, asustados, casi que llorando.
En eso, escuchamos que alguien cerró la puerta del avión, y al asomarme, afuera estaba Félix, con una sonrisa mala. Al ir hasta la puerta, me di cuenta de que estaba cerrada, y que, no había forma de salir. Nos había encerrado. Me miró, miró su muñeca, e hizo como si tuviera un reloj. En eso, Laura me llamó muy asustada.

-Hay una bomba en el avión.

Mi cara de incomprensión lo dijo todo. Félix se estaba saliendo con la suya.

Teníamos cinco minutos para encontrar cómo salir. Las ventanas eran muy estrechas. No había forma de salir por ahí.

Félix había salido del lugar, lo podíamos ver, estaba fuera del aeropuerto, esperando a que el avión explotara junto con nosotros.

Nos faltaba alguien, nos faltaban dos integrantes, y, sin pensarlo dos veces, hablé por radio con Philip y Briana, y ellos contestaron, y, preguntaron por nosotros, por nuestra ubicación. Les dije que ahí estaba Félix, que él estaba afuera, pero, le comenté el pequeño detalle, y, dijo que ya venía. Eran los cinco minutos más cortos de mi vida.
Philip y Briana llegaron, trataron de abrir la puerta, y, no pudieron. Félix vio esto, y, decidió venir tan rápido como pudo para matar a los chicos. El infeliz estaba en un auto.

Philip pudo abrir la puerta, casi que dañándola. Sacamos la bomba y, faltando diez segundos, le tiramos la bomba al auto en el que estaba Félix, cosa que, no nos afectó. El auto y Félix explotaron. La explosión hizo que nos cayéramos.

Al avión no le pasó nada. Después de estar un rato en el piso, me incorporé, revisé a Laura, y ella estaba bien y, la ayudé a pararse, al igual que al resto de los chicos. El auto estaba volcado, soltando fuego, con Félix dentro, o eso se suponía. Fui a ver, y, para una gran sorpresa, Félix no estaba. Al voltearme, me di cuenta de que tenía de rehén a Briana.

Philip despertó, y fue a lanzársele encima, pero lo detuve. En eso despertó Dylan y Andrew. Le apuntaba con una pistola en la cabeza a Briana.

-Y míranos, qué cosas de la vida. Por tu puta culpa Laura dejó de ser esa hermana incondicional que me acompañó durante años. -Dijo él-.

-Hermanastra. -Intervino Laura-.

-Y, Riley, ¿Sabías que nunca te quiso?

-Riley está muerta, ni la menciones. -Le dije-.

Su cara de rabia empeoró, pero dejó de hacer tanta presión en la cabeza de Briana.

Pudimos notar que había varios Z que venían de espaldas a Félix, así que, para distraerlo de eso, le seguimos hablando, y él soltó el arma. Laura decidió no ver, y, en un abrir y cerrar de ojos, los Z se estaban comiendo a Félix.

 Laura decidió no ver, y, en un abrir y cerrar de ojos, los Z se estaban comiendo a Félix

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