Capítulo 51

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El grupo entró en el complejo y se dividieron para buscar a la gente que debían sacar. La entrada trasera estaba vigilada por un guardia, cosa que no debía ser así. Nunca nadie iba por ahí, y en un principio, por ahí es por donde debían sacar a la gente, pero con un guardia se complicaba la cosa, así que a Hell y a Alec les tocaba improvisar.

Encontraron el garaje de los supervisores de Élite y entre todos los coches, decidieron "coger prestada" una moto. Hell le hizo el puente para arrancarla y después le dijo a Alec que subiera.

–Vale, aquí está el embrague, aquí el acelerador y ahí el freno.– Le explicó y al levantar la vista, vio que Alec estaba más cerca de lo que recordaba.– Necesito que crees una buena distracción.

–¿Y tu que? Prometiste que no volveríamos a separarnos.

–Lo sé, lo sé. Pero necesito que hagas esto.

–Dime donde puedo encontrarte cuando termine.– Le cogió la mano.

–Nos veremos en nuestros antiguos cuartos, espérame allí. Pero si te avisan antes para salir de aquí, hazlo.

–No voy a irme sin ti.

–No lo harás, te lo prometo. Pero si se da ese caso, vete.

Hell, tenemos al grupo 1. Listos para salir.– Escuchó a Evan hablar por el walkie-talkie.

–Recibido. Pero esperad dos minutos. Necesitamos librar la salida.

Recibido.

En cuanto dejaron de escuchar a Evan, Hell se puso recta y le pasó el casco a Alec.

–Tienes que irte.– Alec asintió cogiendo el casco, pero antes de ponérselo le dio a Hell un beso.

–No va a ser el último, ¿me oyes? No pienso dejar que sea el último.

–Estupendo.

Hell salió corriendo en dirección a las instalaciones de Élite mientras Alec salía con la moto hacia el guardia. Embistió directo hacia él, pero paró a escasos centímetros. El guardia puso las manos en la moto y gritó a Alec que se identificara. Él se limitó a quitarse el casco y pasó al guardia por encima dando una voltereta. Y cuando el guardia se dio la vuelta para mirarle, Alec ya le había metido dos balas en el pecho.

–Grupo 1, tenéis vía libre.– Dijo por el walkie-talkie y al medio minuto, Evan y Zoe aparecieron por la puerta.

–¿Qué le ha pasado a este?– Preguntó Zoe.

–Lugar equivocado, momento equivocado.– Alec miró al grupo de niños que llevaban.– Marchaos ya, tenemos que ser más rápidos de lo que teníamos preparado. Yo me quedo aquí por si hay más... contratiempos.

–¿Y Hell?

–Espero que a salvo o haciendo algo útil.– Evan y Zoe se miraron.– ¿A qué esperáis? ¡Largaos de una vez!

Él grupo de Evan y Zoe salió corriendo hacia la frontera con el bosque. A Evan le hubiera gustado ir con Taylor, pero dos personas que conocían la base juntas era una pérdida de tiempo. En este caso, Evan conocía la base y Zoe el bosque, o eso se suponía. Zoe les llevó por el bosque, pero algo no iba bien.

–¿Qué pasa? ¿No deberíamos estar ya en el campamento?– Preguntó Evan.

–El bosque... cambia mucho de día. Y hacia años que no venía sola.

–No estas sola, pero tenemos que llegar ya. Los otros grupos ya habrán empezado a salir.

–Lo sé, Evan. Lo sé. Sólo necesito...

–¿Un punto de referencia?– Escucharon ambos.

Toda la gente que llevaban se asustó al ver a un hombre en lo alto de una colina, apoyado en un árbol mirándole muy serio con los brazos cruzados, aunque Evan y Zoe no sabían si sentirse aliviados o enfadados.

–Que decepción.– Dijo August bajando hasta ellos.– Esperaba más de ti, Zoe.

–¿Y que haces aquí?– Preguntó Evan.– Creí que esto era una locura y que nos matarían a todos.– August sonrió.

–Estoy aquí para llevar a toda esta gente a casa. Mis hombres están por todo el bosque por lo que pueda pasar, llevan una banda azul en el brazo derecho.– Dijo enseñándoles su brazo.– Por la colina hasta encontrar a otro grupo, no estáis lejos.

Evan sonrió aliviado y guió al grupo por el camino que August les había indicado mientras avisaba al resto del grupo de rescate. Zoe esperó a que todos se fueran para quedarse un segundo a solas con August y después iría por detrás para asegurarse de que nadie se perdía.

–Conoces el bosque como la palma de tu mano.– Le reprochó August.– ¿Por qué has hecho tanto el idiota para volver?

–Quizás sólo estaba haciendo tiempo para que aparecieras.

August y Zoe sonrieron antes de que ella volviera con su grupo y él se quedara a patrullar el bosque, ballesta en mano por si las cosas se complicaban.

Mientras tanto en la base, los grupos iban saliendo hasta que todo se quedó casi vacío. Hell vio a un par de guardias perder la cabeza con todo aquello. Nadie sabía lo que pasaba y los que lo sabían, ya estaban inconscientes o muertos. Encontró a Miles y a Diana, Hell les prometió que no les haría nada si ellos no decían nada. Estaban de parte de Hell, pero a su vez estaban tan metidos en los planes de Élite que era imposible salir para ellos, así que juntos llegaron a un plan donde no les pasaría nada. Miles y Diana se ataron las muñecas mutuamente y después Hell les encerró en una clase vacía.

–Aquí estaréis a salvo, pase lo que pase.– Les prometió ella.

–Sentimos no poder ayudar más.– Dijo Diana.

–Con la información que me habéis dado es suficiente.

Hell cerró la puerta, cargó su ballesta y marchó a por su verdadero objetivo en aquella misión.

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