VII

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La luz del sol entraba en la recámara cuando ChanYeol despertó. En la sala comedor repiqueteaba el teléfono. ChanYeol se estiró en la cama y giró para ver con ojos entrecerrados el radio reloj digital. Había olvidado programar el despertador. Los números rojos sobre fondo negro indicaban: "Thurs 21 / JUL / 10:22".


-Feliz cumpleaños, KyungSoo* -murmuró sórdidamente.


La recámara apestaba a vómito seco y alcohol. ChanYeol había pensado mandar al diablo el teléfono, pero éste insistía. ChanYeol apartó la sábana y se sentó en la cama. Le dolía la cabeza como si estuvieran remachándosela. Se puso los lentes, pero no mejoró. Al levantarse sintió un mundo pegajoso bajo sus pies. Estaba parado encima de su vómito. Las plantas de sus calcetines llevaron la peor parte.

Antes de levantar la bocina recordó la reflexión de la noche anterior y se dijo: "Es Dios atendiendo mi llamada". Se equivocó por bastante. La voz era de Tao, su asistente.


-Ya iba a colgar, doc. Estoy aquí en el consultorio -ChanYeol le había dado una llave al muchacho para que diariamente hiciera la limpieza antes de abrir-. ¿Ya viene?


ChanYeol carraspeó pero no aclaró la voz.


-No. Amanecí enfermo, Tao. No vamos a abrir hoy. Termina de limpiar y tómate el día.


-Sí que se oye mal -dijo Tao sarcástico. No se le iba una-. Es que hace un rato habló una señora. Quiere que usted le vaya a vacunar a diez perros. Tres vacunas cada uno.


-¿Es clienta?


-No, es la primera vez. Pero fíjese, doc. Treinta vacunas.


A quince mil cada una, cuatrocientos cincuenta mil wons. Con eso pagaba la renta, el sueldo de Tao y a lo mejor hasta unos gramos de "eso".


-¿A que hora quiere que vaya? -preguntó ChanYeol.


-A la una en punto. Es en Gwangjin.


-¿Le dijiste cuánto se le cobraría?


-Sí. No puso peros. Le tomé su teléfono.


-Llámale y dile que ahí estaremos.


-Ya se lo dije. Sabía que no me iba a quedar mal, doc.


ChanYeol sonrió. El fiel Tao era uno de los pocos detalles amables del mundo.


-En un rato más voy para allá -aseguró ChanYeol-. Antes quiero pasar al cementerio. Tengo que visitar a alguien.



El nombre y las fechas estaban pintadas en un mosaico sucio:


DO KYUNGSOO

1952-1969

Hoy Como Ayer (ChanSoo)Where stories live. Discover now